lunes, agosto 13, 2012

Comprando dólares... (diálogo) - Acheter dollars ... (Dialogue)


¿¿¿VAS A COMPRAR DÓLARES???

ESTÁ BIEN, HACELO CHE. A LO MEJOR PERDÉS GUITA PERO ESE ES UN PROBLEMA TUYO. A MÍ LO QUE ME IMPORTA ES EL PROBLEMA DE TODOS. MIRÁ, YO ENCONTRÉ ESTO EN INTERNET QUE SIRVE PARA PODER ENTENDER CON SENCILLEZ LO QUE ESTÁ PASANDO CON EL DOLAR. DATE UN RESPIRO ANTES DE SALIR CORRIENDO A COMPRAR Y LEÉLO... DESPUÉS SÍ, DALE, VOLÁ, VOLÁ ATRÁS DEL BILLETITO VERDE!!!

"-¿Vas a comprar dólares?
-Ni en pedo.
-¿Y cómo vas a hacer para ahorrar?
-Mira, si se me da por ahorrar pensaré en algún plazo fijo en pesos, o comprar acciones o bonos o, mejor, compro mercadería.
-¿Cómo “si se me da por ahorrar”? Hay que ahorrar. El que guarde siempre tiene.
-Pero una cosa es ahorrar, y otra especular. Cuando vos compras dólares para meterlos abajo del colchón estás haciendo especulación cambiaria.
-¿Y qué tiene eso de malo? Si hay inflación es una forma de ahorrar.
-No, ahorrar es no invertir en algo concreto, pero eso no significa sacar la plata del circuito económico. Si la plata que no gasto ni invierto la meto, por ejemplo, en un plazo fijo en pesos, esa plata se usa para darle un crédito a alguien que sí la va a invertir en algo. Pero si, en lugar de eso, compro dólares para meterlos abajo del colchón, esa plata queda improductiva, está afuera del circuito de la economía y pasa a ser una parte de lo que se conoce como fuga de capitales. Además, desde hace años que el plazo fijo es mucho más rentable que el dólar.
-No sé. Yo toda la vida compré dólares para atajarme de la inflación.
-Error.
-¿Por qué?
-Porqué decís que queres atajarte de la inflación, pero la estás provocando.
-¿Cómo?
-Porque cuando todos salen a comprar dólares, es obvio que el dólar tiende a aumentar. Lo ideal es que la gente deje de pensar en dólares y piense en pesos.
-Pero en este país todos piensan en dólares.
-Yo no.
-Y, pero casi todos. Además a mí me dan miedo los bancos, ya tuvimos un corralito.
-Sí, pero cuando eso pasó había otro sistema económico. Acá gobernaban los bancos, por eso se llevaron la plata de los ahorristas y nadie les paró el carro. Pero, ponele que no querés meter la plata en el banco. Invertila en algo.
-¿Y en qué?
-Qué se yo. Vos sos el que quiere ahorrar. Si querés ahorrar es para algo. Ponele que querés ahorrar para arreglar tu casa a fin de año. Entonces mejor andá comprando la pintura o los ladrillos o cualquier cosa que pienses que vas a necesitar. Ponele que querés ahorrar para hacer negocios, entonces no te conviene ahorrar, sino ir invirtiendo de entrada en el negocio que tenés en mente, porque si se trata de un micro-emprendimiento no necesitas grandes gasto y podes ir arrancado, mientras que si se trata de un negocio grande solamente podes hacerlo si ya tenés un gran capital para invertir, y si tuvieras un gran capital para invertir, lo invertirías ahora y no ahorrarías. O ponele que querés ahorrar para tener algo de efectivo por si necesitas para un médico o algo así. Entonces no es mucho lo que necesitás guardar, es decir, cuatro o cinco mil pesos, por decir algo. Entonces la diferencia que vas a tener dentro de seis meses, o de diez meses es mínima. Quiero decir que, en ese caso, ponele que el dólar aumentó diez centavos, como mucha furia, estamos hablando de poca guita. Además una cosa es la inflación y otra el precio del dólar. En una economía sin industria, como la de los noventa, como era todo importado, todos los precios dependían del precio del dólar, pero ahora canta otro gallo, y eso metételo en la cabeza. 

-Igual no entiendo por qué eso del cepo al dólar. ¿Qué le importa al gobierno si yo quiero comprar dólares guardármelos?

-Porque la economía viene creciendo desde hace nueve años, y viene creciendo la industria, y el desarrollo de la industria requiere que se compren maquinarias e insumos que todavía acá no se producen y que, por lo tanto, se tienen que comprar en el extranjero, y en el extranjero no podés comprar con pesos, necesitás los dólares. Entonces el gobierno trata de capturar los dólares que entran por las exportaciones y tenerlos disponibles para vendérselos a los importadores y empresarios industriales que los necesitan para salir a comprar insumos. También los necesita para pagar la deuda externa. ¿Nosotros para qué carajo queremos dólares? Yo compro y vendo todo en pesos. Me tienen podrido en el dólar. Cuando viene uno a pagarme en dólares no se los agarro.




-Y pero yo tengo la libertad de comprar lo que quiero.

-Sí, pero esa libertad, para existir, implica que tengas plata para comprar lo que querés. Con el neoliberalismo teníamos la libertad de comprar todos los dólares que se nos cantaba, pero como no teníamos un mango y estábamos todos cagados de hambre, no podíamos comprar nada, ni dólares, ni yerba, ni arroz. Vos te comés esa mentira de que tenés más libertad de comprar lo que querés cuando no hay una ley que te prohíbe comprar dólares. Mentira. La libertad la tenés cuando podés realmente comprar porque tenés plata para comprar, aunque haya una norma que te diga que no podés comprar los dólares que se te cante. Lo único que hacés queriendo comprar dólares a toda costa es llenarle la panza a esos especuladores del mercado paralele que son unos chantas que viven de psicosis dolarista de mierda que, por desgracia, todavía existe en el país. Vivir pendiente del puto dólar es vivir esclavizado por los yanquis, y yo no pienso vivir así. Yo soy argentino. Este es mi país, y mi moneda es el peso. Yo no soy de los que son argentinos solamente cuando juega la selección. Yo, la camiseta, la tengo puesta todo el año, y si por tener algo de plata guardada en pesos mucho tiempo pierdo algo de plata, me cago, porque lo que puedo llegar a perder no es mucho, pero al menos no pierdo mi orgullo de poder decir que a mí no me vino a decir ningún piola cómo tengo que vivir. Es una cuestión cultural. Está la cultura de los que se pasan la vida mirando hacia afuera, al dólar, a Norteamérica, a Europa, si se termina muriendo sin ser nunca nada. Yo moriré pobre pero a nadie le va a quedar dudas de que tengo una cultura auténticamente argentina.

-Y, sí. Pero lo que pasa es que uno tiene siempre un poco de miedo de lo que pueda pasar.

-Pero no se puede vivir así. Miedo tuviste la primera vez que te ibas a subir a una bicicleta, la primera vez que te agarraste a trompadas y la primera vez que te le tiraste a una mina, ¿y qué? ¿acaso sos virgen y no sabés andar en bicicleta? No, porque el miedo no importa, uno hace lo que tiene que hacer, y con esto es igual. Hay que dejar de lado el miedo, cagarse en el dólar y empezar una revolución cultural, para poder ser alguna vez un país verdaderamente independiente.

-La verdad, tenés razón.

Solamente el 11% de los argentinos ahorra en dólares. Un plazo fijo en pesos desde 2003 hasta ahora representa más de un 50% de ganancia. 
El ahorro en dólares durante el mismo período representa menos de un 10%. El mercado del dólar paralelo es solamente un 2,5% del mercado de divisas. La mayoría de los que acuden a ese mercado son los que no quieren justificar sus ingresos. Es un mercado ilegal en el que los especuladores ganan plata sin pagar impuestos. En Brasil hay 6 dólares por habitante. 
l gobierno presiona para que los negocios inmobiliarios comiencen a realizarse más en pesos. En Argentina, 1300. En Brasil la gente común desconoce la cotización del dólar y las ventas de inmuebles se hacen en Reales. El dólar paralelo, en Argentina, es un mercado clandestino y de dimensiones pequeñas para la economía. La divisa no es un medio de ahorro, sino un instrumento del comercio internacional. El ahorro está en la inversión. El crecimiento del sector industrial requiere disponibilidad de divisas para sostener el abastecimiento creciente de bienes de capital, intermedios y energía. El crecimiento acumulado de las exportaciones industriales desde 2003 a la fecha es de 263%. 
El respaldo de la moneda nacional no está dado por la cantidad de divisas de la economía sino por las riquezas que produce el país. El viejo cuento monetarista de la especulación está acabado. La paranoia, el sálvese quien pueda y el dólar debajo del colchón son la peste cultural que tenemos que erradicar. Siga participando, presidente Washington. "

Fuente: Pensamiento Discepoleano La Matanza

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