martes, agosto 14, 2012

Historia Nac&Pop: José Hernández Arregui y la Clase Media - Nac&Pop Histoire: José Hernández Arregui et la classe moyenne


“Su dependencia material le quita a la clase media toda libertad. Y un sordo descontento la obliga a refugiarse en un idealismo ético, que en el fondo oculta su impotencia revolucionaria.
La clase obrera, en lo inmediato de la vida, no necesita ser educada políticamente. Su universidad es el sindicato. Es la clase media educadora la que debe recibir educación política.

La Universidad difunde y los estudiantes de clase media asimilan, estos valores éticos: 1) la creencia de que el título universitario es un talismán del éxito personal y una diferenciación social, una aristocracia modesta y diplomada,
2) el sentimiento de que sólo la capacidad personal explica el éxito o el fracaso en la vida con lo cual adopta la teoría de las clases altas sobre las diferencias naturales y jerarquizadotas de la sociedad. 
Su visión del mundo es enteramente individualista.
No le han enseñado:
1) que el título universitario en un país dependiente donde las oportunidades son escasas, debe plegarse al poder institucionalizado de la clase que manda y por esta vía plegarse a sus intereses materiales,
2) que esa formación mental recibida tiende a apartarla de la lucha por la liberación nacional,
3) que únicamente la identificación con la clase trabajadora puede hacer efectiva su aspiración personal que depende de la industrialización del país y del mercado profesional diversificado,
4) que su emancipación como clase está sujeta a la emancipación del país en su conjunto,
5) que el enemigo de la clase media no es el movimiento obrero organizado, sino ella misma, por su falsa idea de la jerarquía social, por su incomprensión de su real ubicación en los cuadros de la sociedad dividida en clases y por su función conservadora del antiguo orden, del cual es una víctima asalariada, y por ende sin libertad ética ni cultural, aunque con camisa planchada.”

De “La formación de la conciencia nacional”, 1960, página 93 
Fuente: Pensamiento Discepoleano La Matanza

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