“La cuestión Malvinas ya no es
sólo argentina”
Por: Alejandro L. Corbacho*
Las visitas de jefes de
Estado son siempre importantes por tres motivos. Primero, porque son una
muestra de la alta jerarquía que se le da a la relación. Segundo, porque el
contacto personal refuerza el conocimiento mutuo y facilita el entendimiento.
Por último, permite a las más altas autoridades presentar y explicar, sin
intermediarios sus posiciones y pedidos. La posición de Chile tiene especial
relevancia para la política exterior argentina.
En diciembre pasado, los
países del Mercosur a los que se le sumó Chile, acordaron prohibir que toquen
puerto buques con bandera de las Malvinas. Otros Estados de la región
expresaron su apoyo o simpatía hacia la medida. A Gran Bretaña le sorprendió la
noticia, mas quizás porque por primera vez los sudamericanos dejaron las
posturas declaratorias y fueron unánimes en adoptar medidas que afectaban
directamente a sus intereses. Londres se dio cuenta que había descuidado las
relaciones con Sudamérica. Una respuesta a esta situación fue incrementar la
actividad diplomática con visitas de altos funcionarios a la región.
La última de ellas, hace dos
días, a Chile y luego a Colombia y Perú, del viceministro de relaciones
exteriores, Jeremy Browne, tuvo entre otros objetivos hacer que la gente “en
Chile, Brasil, Uruguay y otros países vea que no está bien cuando un país
grande y poderoso establece un bloqueo para tratar de reducir la calidad de
vida de gente que vive en unas islas remotas”. Lo que ocurre es que para
nuestros países, la cuestión Malvinas ya no es una cuestión argentina. A lo
largo de los años adquirió claramente una dimensión simbólica en países que por
compartir sus orígenes coloniales no aceptan que persistan rasgos de esa situación. Por otra parte, un resultado no esperado para
los argentinos luego de la derrota en 1982, fue el crecimiento de la
importancia de Chile en el tema Malvinas al remplazar a la Argentina como punto
de apoyo continental de estas islas “tan remotas” de las Islas Británicas.
Desde Chile parten un vuelo semanal hacia las islas y otro mensual que hace
escala en Río Gallegos. Los chilenos también constituyen el mayor contingente
de inmigrantes al archipiélago.
Este es uno de los motivos
por los que es importante la visita de la presidenta Cristina Fernández al país
trasandino. La mandataria argentina seguramente pedirá que los vuelos se
realicen desde el territorio argentino en aviones de Aerolíneas Argentinas. Por
su parte, el par chileno, Sebastián Piñera, requerirá que se levanten o
suavicen las restricciones para las
exportaciones de su país. De todos modos, un paso importante ha sido dado, que
Chile se sumara a la medida del MERCOSUR. La relación bilateral se había
planteado por muchos años en términos de oposición y, por un momento, de gran
hostilidad.
Hoy, compartiendo una visión
de concordia regional la relación es amistosa y cooperativa lo cual hace
suponer que ambos Estados no tendrán
grandes dificultades en encontrar soluciones a sus mutuos requerimientos.
Estamos ante una situación que depende de la buena voluntad y de recordar que
para recibir, hay que dar.
*Director del Departamento de Ciencias
Políticas y Relaciones Internacionales de la UCEMA.