Una mujer muere y va al cielo. Mientras espera a San Pedro, mira al interior del Edén y ve una mesa tendida con un enorme banquete; allí están sus padres y toda la gente que ella había amado y que había fallecido años antes. Llega San Pedro y ella le dice:
- ¡Qué lugar maravilloso! ¿Qué tengo que hacer para poder ingresar?
- Tenés que deletrear una palabra.
- ¿Qué palabra?
- «Amor».
La mujer deletrea la palabra sin dificultades, y entra al Paraíso.
Unos cinco años más tarde, San Pedro se acerca a la mujer y le pide si por favor puede cuidar por un día las puertas del Cielo porque él tiene cosas que hacer. Justo en ese turno de suplencia, llega su esposo.
Ella le dice:
Unos cinco años más tarde, San Pedro se acerca a la mujer y le pide si por favor puede cuidar por un día las puertas del Cielo porque él tiene cosas que hacer. Justo en ese turno de suplencia, llega su esposo.
Ella le dice:
- ¡Marcos! ¡Qué sorpresa verte por acá! ¿Cómo estuviste todo este tiempo?
- Y, bastante bien desde que vos te moriste... Me fui a vivir con la enfermera, ésa que te cuidaba; sí, la rubia de 30 años que era divina. Después me gané la lotería, vendí el tres ambientes que teníamos y me compré una mansión en las barrancas de San Isidro, y después me dediqué a viajar por el mundo.
Ayer estaba de vacaciones en los Alpes suizos, estaba esquiando y me choqué contra un árbol en una bajada.
Y acá estoy... ¿Cómo entro?
Ayer estaba de vacaciones en los Alpes suizos, estaba esquiando y me choqué contra un árbol en una bajada.
Y acá estoy... ¿Cómo entro?
La mujer piensa unos segundos y responde:
- Fácil: tenés que deletrear una palabra... en tres segundos!
- ¿Y qué palabra es ésa?
- Otorrinolaringología...