Qatar y China
Los jeques se enamoran del yuan
China y Qatar han estado tomando posiciones virtualmente opuestas a propósito de los eventos de Libia y Siria. No obstante parece que esta pequeña diferencia no los ha disuadido y se están vinculando considerablemente en una cooperación económica mutuamente beneficiosa.
El Primer Ministro chino Wen Jiabao, que visitó Doha la semana pasada, reveló en una conferencia de prensa el viernes que: a) China se propone invertir en la fabricación de “productos derivados del petróleo que Catar necesita con urgencia”; b) China y Catar firmaron un acuerdo para construir conjuntamente una refinería en Taizhou, Zheijiang, en China; c) Las compañías chinas proponen su participación en proyectos de infraestructura en Catar; y d) China y Catar están discutiendo “una cooperación a largo plazo, estable y exhaustiva” con respecto al gas natural.
Luego Wen produjo tranquilamente una sorpresa. Reveló “otro punto importante” como si se tratara de una ocurrencia tardía. Dijo:
A fin de encarar temas de inversión, nosotros [China y Catar] necesitamos apoyo financiero. Por lo tanto llegamos a otro acuerdo, un acuerdo de cooperación que vincula las finanzas con la inversión. Catar también propuso el uso de moneda local en los pagos comerciales e incluso una tasa específica. Pienso que esta propuesta se puede estudiar.
En resumen, se trata de que el renminbi “la moneda popular” también conocida como yuan, aparece en Doha. El acuerdo de swap de monedas entre China y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) que se firmó durante la visita de Wen a Abu Dhabi la semana pasada ya lleva el yuan a los Emiratos. El acuerdo con los EAU asciende a 5.500 millones de dólares y según la declaración del banco central de China apunta a “fortalecer la cooperación financiera bilateral, promover el comercio y las inversiones y salvaguardar en conjunto la estabilidad financiera regional”.
Por cierto, China juega a largo plazo. Al dirigirse a una cumbre energética en los EAU, Wen hizo la sorprendente propuesta de crear un organismo internacional que tenga el mandato de determinar el precio del petróleo y que regularía las políticas de toda la cadena de suministro involucrando a los países proveedores, los consumidores e incluso los países de tránsito.
Irán y Rusia ya han hecho el cambio a sus divisas nacionales para realizar el comercio bilateral. El embajador de Teherán en Moscú, Seyed Reza Sajjadi, dijo el viernes: “[El comercio] con Rusia se basa en nuestras monedas nacionales. Comenzamos este trabajo hace mucho tiempo. Los empresarios iraníes están comprando productos en Rusia y utilizan el rublo como moneda [de pago]… El dólar estadounidense no tiene una base [económica] de apoyo… Existe un interés similar del lado ruso”.
La semana pasada también se supo que India se propone permitir que el Banco Central de Irán abra cuentas en rupias con dos bancos indios como una solución a largo plazo a los problemas de pago de los países instigados por EE.UU. (que presionó a Nueva Delhi a poner fin al mecanismo tradicional de pago para Irán dentro de la Unión de Pagos de Asia.) Una delegación india visitó Teherán la semana pasada para concretar los detalles.
El nuevo acuerdo prevé que mientras los pagos por las importaciones de petróleo iraní a India (aproximadamente entre 12.000 y 14.000 millones de dólares anuales) inicialmente se harían en rupias indias, posteriormente se convertirían en una moneda denominada de manera separada. Es un claro desaire a Washington, que prohíbe que los países amigos tengan tratos con el Banco Central de Irán.
Pero los EAU y Catar no se deben comparar con Rusia e India. Están ampliamente considerados como anclas y áncoras de la estrategia occidental en Oriente Medio y garantizan fundamentos muy sustanciales al reciclaje de petrodólares.
¿No se nos olvida algo? Obviamente los países del Golfo Pérsico están explorando continuamente sus opciones en Asia-Pacífico para diversificar sus relaciones exteriores que han estado tradicionalmente ligadas a Occidente. Con Europa sumida en una seria confusión y EE.UU. en decadencia y con su reputación en Oriente Medio significativamente afectada, esta tendencia probablemente se hará más pronunciada.
Huele a café arábigo…
Igualmente, Wen hizo algunas sinceras observaciones sobre Siria e Irán durante su conferencia de prensa en Doha, consciente de que el país anfitrión tendría una opinión diferente. Wen dijo que Pekín está “muy preocupado” por la situación en Siria. Agregó con cierto detalle:
La agitación en Siria ha tenido lugar durante cierto tiempo. Tenemos tres comentarios sobre el problema sirio. Primero, tenemos que esforzarnos por buscar una solución pacífica y política al problema sirio. Nos oponemos al asesinato de civiles inocentes y deberíamos impedir que suceda. Se debe restaurar el orden en Siria lo antes posible.
Segundo, debemos respetar los pedidos de cambio del pueblo sirio y sus demandas de salvaguardar sus propios intereses. Tercero, hay que dar lugar al papel de la LAS [Liga Árabe] al respecto, especialmente su rol de investigación y mediación en el problema sirio, y permitir que la LAS provea ayuda a la resolución pacífica del problema sirio mediante diálogos y por medios políticos
Nuestro objetivo es encontrar soluciones, incluida la satisfacción de las demandas de cambio del pueblo, que se siga desarrollando la economía y mejorando el sustento de la gente, para que los Estados que sufren inestabilidad como Siria puedan lograr estabilidad y desarrollo.
Es el primer pronunciamiento importante de la dirigencia china con respecto a Siria, y los más interesante es que se hizo en suelo catarí. La impresión creciente es que China se siente bastante cómoda tanto con Irán como con los Estados del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y que no ve el paradigma de seguridad en el Golfo Pérsico en esos términos de suma cero. El CCG incluye a Bahréin, Kuwait, Omán, Catar, Arabia Saudí y los EAU.)
Otra vez estamos haciendo suposiciones despreocupadas basándonos en la permanente propaganda occidental respecto a un impenetrable cisma suní-chií en el Golfo Pérsico, que hace caso omiso totalmente del hecho de que Irán y los Estados del CCG (en particular Arabia Saudí) siempre han conservado canales secretos para mantener bajo control sus discordias.
Evidentemente, China se está colocando en medio de la línea divisoria en el Golfo Pérsico mientras fortalece sus intereses en ambas partes. Será interesante contemplar cómo se materializa su nueva influencia.
Por su parte, parece que a los Estados del CCG no les importa que China tenga una fuerte cooperación estratégica con Irán. Y, por su parte, parece justificado que China evalúe que los gobernantes del CCG están lejos de ser los estúpidos fanáticos unidimensionales antichiíes que presenta a menudo la propaganda occidental. El nuevo modo de pensar de Pekín abre un fantástico panorama de cooperación entre China y el CCG.
Wen dijo que Irán no figuró en sus conversaciones con los dirigentes de Arabia Saudí, los EAU o Catar.
Los comentarios chinos dan a entender que los continuos suministros de petróleo iraní son vitales para China y que cualquier aumento de las compras de las grandes compañías petroleras que operan en los Estados del CCG haría que China fuera vulnerable a presiones. El China Daily de propiedad gubernamental publicó el sábado un comentario en un resumen de la gira de Wen por el Golfo Pérsico, que dice:
EE.UU. está presionando a la comunidad internacional para que apriete las tuercas a Irán. Pero China debe comprender ese juego y abstenerse de sucumbir ante otras presiones de las grandes potencias… China debe seguir su propio camino, porque el comercio entre China e Irán está de acuerdo con el derecho internacional…
Irán es un mercado esencial en el extranjero para productos de China, especialmente los intensivos en tecnología, que construyó el metro de Teherán… Las importaciones de petróleo de Irán son muy importantes para China. Si China deja de importar petróleo de Irán, enfrentará una escasez inmediata de combustible. Incluso si China puede solucionar esa escasez importando de otros países, tendría que pagar precios elevados y satisfacer condiciones duras, que asestarían un terrible golpe a su economía. China ha sufrido durante mucho tiempo los caprichos de grandes compañías exportadoras de petróleo y es hora de limitar ese monopolio.
Wen se mostró claramente desdeñoso con respecto a los informes de los medios occidentales de que andaba buscando petróleo del CCG para reemplazar el petróleo iraní. “Alguna gente piensa que he venido a por petróleo. Pienso que son demasiado estrechos de miras. Se debería decir que he venido por la amistad. La mayor cosecha de mi viaje es el realce de la confianza política mutua”.
Por lo tanto, se está creando una nueva configuración por la cual, dentro del marco de acuerdos bilaterales, los países del Golfo Pérsico –Irán y el CCG por igual– comienzan a dejar de lado el dólar estadounidense como intermediario en su comercio petrolero con Asia.
Ni los EAU ni Catar se están lanzando a un desafío estratégico de EE.UU. Pero saben que el yuan huele a buen café arábigo y que es bueno tenerlo en un mundo volátil y efímero, en vista de que el aumento de su valor en el futuro es una certeza.
Dicho simplemente, los EAU y Qatar están creando una cobertura contra la volatilidad de los tipos de cambio. Pero la realidad política también es que el renminbi se verá bien depositado en sus cajas fuertes. La gran pregunta es cuándo podría hacer su movimiento Arabia Saudí.
El embajador M. K. Bhadrakumar fue diplomático de carrera del Servicio Exterior de la India. Ejerció sus funciones en la extinta Unión Soviética, Corea del Sur, Sri Lanka, Alemania, Afganistán, Pakistán, Uzbekistán, Kuwait y Turquía.
M K Bhadrakumar
Asia Times Online,
Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/NA24Ak03.html