26 de Enero de 1680
Fundación de la Colonia del Sacramento
Fundación de la Colonia del Sacramento
El 26 de enero de 1680, el Gobernador de Río de Janeiro, Maestre de Campo Don Manuel de Lobo, arriba a la Península de San Gabriel, al frente de 5 naves, comenzando con el proceso fundacional de la Colonia do Sacramento.
Plaza Fuerte de Colonia del Sacramento
La guarnición militar de la plaza la conforman 200 soldados portugueses. Manuel de Lobo enferma y nombra al capitán Manuel Galvao como segundo al mando en la sucesión para la defensa de la Plaza. Este hecho fundacional marca con ello, el comienzo de una férrea disputa por esta plaza, tanto en el orden militar, como así también en lo político (donde le cabe gran peso a las intervenciones diplomáticas) y en el plano económico (el que a nuestro entender es la principal causa de la disputa entre las colonias europeas por esta posición estratégica).
En el orden militar, el Consejo de Indias aprueba “Arrojar al invasor a sangre y fuego de la Colonia”, y el 6 de agosto de 1680, el Gobernador español de Buenos Aires, Joseph De Garro asalta y toma el poblado de Colonia del Sacramento, poniendo el primer Sitio a la ciudad. Galvao es apoyado de forma incondicional por su esposa Johanna Galvao, heroína de la defensa de Colonia, quien murió protegiendo el cuerpo de su marido, herido de muerte en la lucha.
Intervienen 300 soldados españoles y 3.000 indios Tupíes los cuales eran conducidos en el combate por padres misioneros. Mueren en la acción 125 soldados portugueses, 5 españoles, 31 indios y 45 negros, tomándose a los portugueses 150 prisioneros y 6 mujeres.
Esta seguidilla de acciones que se suceden entre Portugal y España por la ocupación de Colonia del Sacramento da lugar en el orden militar y social, a la conformación de polos bien identificados, en los cuales hoy en día aún persisten claros vestigios de su presencia.
El primero y el más singular se desarrolla en lo que actualmente se conoce como “Ciudad Vieja” o “Barrio Histórico”, otrora bastión amurallado que contaba con cuerpos de línea propios, como lo fue el “Regimiento da Praça da Colonia”, baluartes y bastiones fuertemente artillados, a la vez de ser un muy importante apostadero naval que, muy a pesar de su difícil acceso, controlaba el ingreso hacia el alto Paraná y el Uruguay, manteniendo a la vez una férrea visión de los sucesos que en Buenos Aires acontecían.
Esta plaza fuerte, contaba con alertas tempranas, las cuales se disponían entre Colonia y Montevideo, y hacia el norte de la ciudad, con la finalidad de alertar de la presencia de naves y tropas enemigas.
Estas fuertes medidas en el orden bélico fueron parte del “Plan Cevallos”, y construidas entre los años 1762 y 1776.
Quien dominara Colonia, sabía de antemano, que la defensa se basaría específicamente en la capacidad de soportar un asedio combinado, y tratar de resistir los constantes ataques, que terminarían en la conducción de un asalto por parte del enemigo. Por su parte, el sitiador, como primera medida, debía tratar de apoderarse de estas Guardias, para ir “acorralando” a su oponente hasta reducirlo a su defensa sobre la misma ciudad, a la vez que contribuirían a cortar las vías de comunicación y rutas logísticas. De estas guardias la más decisiva fue la de San Juan, la cual se constituyó en un verdadero punto de alto valor estratégico.
Estas guardias complementadas con destacamentos y piquetes de caballería, se posicionan desde Colonia al Este, encontrándose ubicadas en Riachuelo, Artilleros del Plata, Barra del Sauce, Rosario, Paso de la Tranquera, Cufré y Estancia del Rey; y hacia el Norte, San Pedro, San Juan, Horqueta, Migueletes, Víboras y Las Vacas.
Es de destacar, que la instalación de estos puestos de “Guardias” pasaban de ser en muchos casos de carácter provisorio a efectivo, llegando en el caso de Víboras a nuclear un importante grupo de vecinos en torno a ella, como así fue ocurriendo, más tardíamente, en los casos de Puerto Sauce (Juan L. Lacaze), Las Vacas (Carmelo), Rosario y Artilleros.
Resulta muy destacable la formación de “Reales” y “Reductos”, ello como consecuencia de asentamientos militares en la periferia de la ciudad fuerte. Montevideo no es ajena a esta situación, y durante varios asedios se distinguen claramente los campos de sitiados y sitiadores, y la formación de Reductos, Guardias, Destacamentos y Puestos de Vigilancia y Seguridad.
En Colonia del Sacramento, en 1761, Don Pedro de Cevallos, comandante del campo de bloqueo sobre la Colonia portuguesa, funda el “Real de San Carlos”, disponiendo del nombre como homenaje al Rey de España.
No sólo el “Real”, que por definición es un campamento militar, va a contar con alojamientos para la tropa, sino que se ordena construir una capilla, casa para los oficiales y caballerizas; comenzando a llegar a visitar estos campos de sitio, los comerciantes con sus mercaderías, conocidos como “mercachifles”, incluso llegando a instalarse en pulperías en las zonas aledañas.
A la vez se sumaban las actividades religiosas y oficios en la capilla del Real, la cual recuerda a San Benito, conjuntamente con las primeras uniones conyugales, por lo general entre soldadesca y muchachas de la zona. Y no era el Real un simple campamento militar, sino que comenzaba a cumplir un importante factor social, si bien no restándole mérito al orden religioso, pero que comenzaba a ser partícipe también de factores económicos.
Cercano a esta zona, se encontraban fuertemente custodiados los depósitos de pólvora, que dieron origen al establecimiento de soldados en su órbita, y llegando a agrupar luego a más de una decena de familias sobre lo que se conoce como “Cuchilla de la Pólvora”.
A la vez en intramuros, los sitiados desarrollaban un intenso intercambio comercial y se cumplían en forma similar a los sitiadores, con los oficios religiosos y las uniones matrimoniales.
Este factor social, creado por el arraigo de estas tropas con mujeres de la zona, llevó a otro problema, como lo fue el de al deserción. Ambos ejércitos (sitiador-sitiado) sufrían de este mal militar, incontrolable, muchas veces en momentos que los afectos sopesan más que la disciplina.
La ciudad amurallada, intrínsecamente llevaba consigo a que su sola presencia, hiciere conformar en su zona de influencia un sinnúmero de parafernalias militares abocadas en uno u otro caso a cumplir con su rol militar, pero que derivada de éstas, se conformara un nuevo ámbito social, económico y cultural. Dentro de las obras de construcción contamos con baterías navales (el caso de la batería de Rivera) sobre la costa del Río Uruguay e islas circundantes (San Gabriel, Martín García); asimismo con los importantes bastiones artillados que defendían la ciudad de los ataques navales, como el Bastión de Santa Rita cuya artillería provocó el hundimiento del barco inglés Lord Clive en el año 1763.
Es de destacar el rol de Colonia del Sacramento como base de operaciones para la Expedición Reconquistadora que al mando de Santiago de Liniers y Bremond parte en la tarde del 3 de agosto de 1806 hacia la zona del Tigre, atacando las fuerzas expedicionarias la capital del Virreinato en poder de las tropas británicas.
En 1807, Colonia del Sacramento vuelve a adquirir trascendencia, con la ocupación de la misma por las fuerzas británicas, por lo que se destinan tropas a operar en la Banda oriental del Río de la Plata; entre estas fuerzas encontramos la presencia del Cuerpo de Patricios de Buenos Ayres.
En el año 1811, los hechos históricos de la época independentista comienzan teniendo presente en Colonia a José Gervasio de Artigas, quien por entonces revistaba a órdenes de la Corona Española hasta el momento en que se produce su deserción y la inmediata salida desde la mítica plaza fuerte para presentar su espada a la Junta de Buenos Aires al servicio de la causa americana.
Variados hechos de armas se suceden sobre Colonia, y tanto españoles como patriotas, portugueses y brasileños, van ocupando la ciudad.
En el orden militar, otro de los cambios más significativos a resaltar como consecuencia directa de la posición y la calidad de plaza fuerte de Colonia, es la formación de un “Reducto” a unos 12 km al noreste de la ciudad, si bien más cercana en el tiempo, pues se remonta a la época de la Guerra Grande (1839-1851), donde sirvió de punto fuerte a las tropas del Gral. Manuel Oribe. Este reducto, también debía de contar con los principios básicos de un bastión defensivo, ya que a la altura de los acontecimientos, al no contar con la supremacía en el terreno, debía de tomar las mismas medidas precaucionales que la fuerza sitiada.
Colonia por su parte tenía sus murallas derruidas, lo que llevaba a tener que disponer de partidas volantes y piquetes de vigilancia, para tratar de prevenir a la ciudad de un posible ataque.
Si a esto le agregamos la creación de Hospitales de Sangre y nuevas líneas de comunicación entre guardias (caso de las guardias de Artilleros y San Juan, que dieron origen a la actual ruta 22) se conforma un nuevo mapa físico de la zona, como así lo fue también el Camino Real (antigua Ruta 1).
El caso del Hospital sobre el río San Juan, el cual fue creado durante la Guerra Grande, por orden de Lucas Moreno, trae aparejado que se forme una nueva zona de desarrollo; a este lo acompañan las pulperías que se comienzan a instalar circundante a la zona, los puestos de diligencia más tarde, y en el caso del Cerro de las Armas, la visualización de un punto desde el cual se dominaba el terreno circundante en la zona y se utilizaba como base para las futuras operaciones militares a conducir.
La posición geoestratégica de Colonia del Sacramento, llevó a sus diversos ocupantes a tener que desarrollar una actividad militar muy importante para poder mantener a este reducto a salvo de las pretensiones de sus enemigos, que lo llevó en el transcurso de los siglos a ser muy codiciado, pero que a la vez obligó a sus ocupantes a efectuar planes de operaciones y de control fluvial sobre sus costas e islas, coordinando los esfuerzos navales con los de las tropas de tierra.
Fuente
Díaz Buschiazzo, Cap. Marcelo – Acciones Militares del Cuerpo de Patricios de Buenos Aires en la Banda Oriental (1807-1811) – Tradinco – Montevideo (2007).
Agradezco especialmente el aporte de www.revisionistas.com.ar
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