"Si la América del Norte, después
del empuje de 1775, hubiera sancionado la dispersión de sus fragmentos para
formar repúblicas independientes; si Georgia, Maryland, Rhode Island, Nueva
York, Nueva Jersey, Connecticut, Nueva Hampshire, Maine, Carolina del Norte,
Carolina del Sur y Pensilvania se hubieran erigido en naciones autónomas,
¿comprobaríamos el progreso inverosímil que es la distintiva de los yanquis? Lo
que lo ha facilitado es la unión de las trece jurisdicciones coloniales que
estaban lejos de presentar la homogeneidad que advertimos entre las que se
separaron de España. Este es el punto de arranque de la superioridad
anglosajona en el Nuevo Mundo".