Como ante determinadas tragedias también le ponemos humor (los
musulmanes también contamos cuentos), vamos con este paréntesis fuerte propio
de la comunidad islámica:
Un árabe viaja a New York y a los dos días decide ir a una disco de intercambio de parejas.
Besuquea a unas cuantas jovencitas y finalmente hace el amor con varias a diestra y siniestra.
En el intercambio, y después de beber mucho alcohol, se mezclan algunos varones y termina sodomizado.
Al día siguiente comienza a tener remordimientos y va a la mezquita a confesarse con el imán, y obtener el perdón.
Comienza a explicarle su noche de desenfreno:
- Tomé alcohol... tuve sexo con otras mujeres... no la mía, y al final fuí sodomizado por un hombre.
El imán le dice que es extremadamente grave, que si quiere ser perdonado, debe volver al día siguiente con $15.000.
Por un lado se va contento de que va a obtener la absolución, pero cuando reflexiona sobre el monto del dinero empieza a dudar.
Camino a su casa pasa una iglesia católica.
Reflexiona que si bien no es su religión, quizás pueda obtener la absolución y por una suma menor.
Entra y habla con el párroco.
- Noche desenfrenada... tomé alcohol... tuve sexo con otras mujeres, no la mía, y al final fuí sodomizado.
El cura le dice que aunque no es católico, lo puede ayudar y si quiere el perdón, debe volver al día siguiente con $8.500.
El árabe se va un poco más contento al haber obtenido un precio menor.
Pero antes de llegar a su casa, pasa por una sinagoga y piensa..
- ¿Por qué no? Yo entro y pregunto.
Lo recibe el rabino, y le cuenta que si bien él es árabe y obviamente no profesa la religión judía resulta que tuvo una noche loca... tomó alcohol... tuvo sexo con otras mujeres, no la de él, fue sodomizado, y ahora siente remordimientos.
El rabino lo escucha atentamente y le pide que para obtener el perdón vuelva al día siguiente, con gaseosas, sandwiches de miga, y algunos paquetes de masas dulces y otros postres, y que todo tiene que ser, obviamente kosher.
El árabe se sorprende y se alegra de cumplir su penitencia con tan poco, entonces le pregunta al rabino:
- ¿Es todo lo que tengo que hacer? ¿Por qué el imán me pidió 15.000 y el cura 8.500? ¿Usted está seguro de lo que me está diciendo?
El rabino le responde:
- ¡Absolutamente seguro! Así es entre nosotros.
¡Cada vez que le rompen el culo
a un árabe, hacemos una fiesta!