domingo, enero 15, 2012

Paréntesis fuerte: Cuento de las tarifas…-Le taux de ...


Como ante determinadas tragedias también le ponemos humor (los musulmanes también contamos cuentos), vamos con este paréntesis fuerte propio de la comunidad islámica: 

Un árabe viaja a New York y a los dos días decide ir a una disco de intercambio de parejas.


Besuquea a unas cuantas jovencitas y finalmente hace el amor con varias a diestra y siniestra.

En el intercambio, y después de beber mucho alcohol, se mezclan algunos varones y termina sodomizado.

Al día siguiente comienza a tener remordimientos y va a la mezquita a confesarse con el imán, y obtener el perdón.

Comienza a explicarle su noche de desenfreno:

- Tomé alcohol... tuve sexo con otras mujeres... no la mía, y al final fuí sodomizado por un hombre.

El imán le dice que es extremadamente grave, que si quiere ser perdonado, debe volver al día siguiente con $15.000.

Por un lado se va contento de que va a obtener la absolución, pero cuando reflexiona sobre el monto del dinero empieza a dudar.

Camino a su casa pasa una iglesia católica.

Reflexiona que si bien no es su religión, quizás pueda obtener la absolución y por una suma menor.

Entra y habla con el párroco.

- Noche desenfrenada... tomé alcohol... tuve sexo con otras mujeres, no la mía, y al final fuí sodomizado.

El cura le dice que aunque no es católico, lo puede ayudar y si quiere el perdón, debe volver al día siguiente con $8.500.

El árabe se va un poco más contento al haber obtenido un precio menor.

Pero antes de llegar a su casa, pasa por una sinagoga y piensa..

- ¿Por qué no? Yo entro y pregunto.

Lo recibe el rabino, y le cuenta que si bien él es árabe y obviamente no profesa la religión judía resulta que tuvo una noche loca... tomó alcohol... tuvo sexo con otras mujeres, no la de él, fue sodomizado, y ahora siente remordimientos.

El rabino lo escucha atentamente y le pide que para obtener el perdón vuelva al día siguiente, con gaseosas, sandwiches de miga, y algunos paquetes de masas dulces y otros postres, y que todo tiene que ser, obviamente kosher.

El árabe se sorprende y se alegra de cumplir su penitencia con tan poco, entonces le pregunta al rabino:

- ¿Es todo lo que tengo que hacer? ¿Por qué el imán me pidió 15.000 y el cura 8.500? ¿Usted está seguro de lo que me está diciendo?

El rabino le responde:

- ¡Absolutamente seguro! Así es entre nosotros. 
¡Cada vez que le rompen el culo a un árabe, hacemos una fiesta!

Entradas Relacionadas