miércoles, abril 18, 2012

Empresas españolas en Argentina temen a... España - Les entreprises espagnoles dans la crainte Argentine ... Espagne

El mayor contencioso entre España y Argentina

El Gobierno sopesa su reacción para no perjudicar a las otras empresas que trabajan en el país y a los 380.000 españoles que residen allí

LUIS AYLLÓN / MADRID

La decisión del Gobierno argentino de expropiar el 51 por ciento del patrimonio de la petrolera YPF, controlada por Repsol, coloca al Ejecutivo español en una posición delicada. España está dispuesta a dar una respuesta firme y así lo han ido anunciando varios ministros desde que se conoció la intención de la presidente argentina, Cristina Fernández de Kirchner, pero es consciente de que cualquier paso que se dé puede tener repercusiones.

El contencioso abierto ahora es, posiblemente, el más serio en las relaciones entre los dos países, que han pasado por algunos momentos delicados, la mayoría de las veces por cuestiones relacionadas con las actividades de las empresas españolas en Argentina, hasta el punto de que hubo reuniones tensas en la sede de CEOE durante una visita de Néstor Kirchner a Madrid en 2004. Pero nunca se llegó a estos extremos. En 2008, el Gobierno argentino recuperó el control de la compañía aérea Aerolíneas Argentinas, que pertenecía la Grupo Marsans, y que había sido privatizada en 1999 por el entonces presidente Carlos Menem.


En Argentina nuestro país es el principal inversor
España siempre ha mantenido su compromiso con el futuro de Argentina, especialmente en los momentos más delicados, como cuando en 2001, el Gobierno de José María Aznar facilitó un crédito de 1.000 millones de dólares (más de 1.100 millones de euros al cambio de entonces) para apoyar financieramente al país. Las empresas españolas presentes en Argentina – entre ellas Repsol, Telefónica, BSCH, BBVA, Endesa e Iberia- decidieron mantenerse en el país pese al difícil momento que atravesaba.
Ahora, tras no haber podido frenar la decisión de Cristina Fernández de Kirchner, al Gobierno español se le plantea un serio problema. Por una parte, debe mostrar firmeza, como ya anunció, tras convocar al embajador argentino en Madrid la pasada semana, y por otro debe medir bien su reacción, porque en Argentina nuestro país es el principal inversor y hay muchas empresas españolas con intereses allí, que también es necesario proteger. Además, no se puede olvidar que en Argentina viven unos 380.000 españoles, la mayoría muy arraigados en el país.

Por eso, el Gobierno sopesa la respuesta diplomática a dar, porque una llamada a consultas a nuestro embajador en Buenos Aires, puede perjudicar a esos españoles y los intereses empresariales. En el terreno comercial cabrían algunas respuestas, como podría ser frenar las compras de carne y soja argentinas o aumentar la producción nacional de biodiésel, lo que perjudicaría alas importaciones que se hacen de ese producto desde Argentina. A nivel europeo, España invocará, como anunció el Tratado de Lisboa, que establece la defensa de las inversiones de las empresas de un Estado miembro en otro país.

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