Dimite un
director de Goldman Sachs por su "bancarrota moral"
Greg Smith dirigía el negocio de derivados de renta variable del
banco en la City londinense y trabajaba en la compañía desde hace 12 años
Ha tardado cuatro años en
ver que el banco de inversiones para el que trabajaba ha sido uno de los
causantes de la peor crisis económica mundial desde la Gran Depresión. Pero en
cualquier caso, el gesto le honra. Greg Smith presentó esta mañana su dimisión
como director ejecutivo de Goldman Sachs en Londres despidiéndose con una carta
en la que acusa a sus trabajadores de "bancarrota moral". Lo que no
explica es si se lleva consigo algún tipo de indemnización.
Smith, que llevaba 12
años en la entidad, en la que comenzó a trabajar como becario, dirigía el
negocio de derivados de renta variable en Europa. En su misiva, publicada este
miércoles en The New York Times, lamenta haber participado en reuniones
"en las que no se pierde un minuto en buscar cómo podemos ayudar a
nuestros clientes. Se trata solo de encontrar la forma en que nosotros les
saquemos el mayor dinero posible".
"Puede que algunas
personas se sorprendan por lo que voy a decir, pero la cultura siempre fue un
elemento fundamental del éxito de Goldman Sachs. Se trataba de trabajo en
equipo, integridad, espíritu de humildad y de hacer siempre lo mejor para
nuestros clientes. La cultura fue el ingrediente secreto que convirtió esta
empresa en grande y lo que nos permitió dar confianza a nuestros clientes
durante 143 años", dijo.
"No se trataba solo
de dinero -prosigue Smith- tenía que ver con el orgullo y los valores de la
organización. Pero me entristece decir que ahora miro alrededor y ya no veo un
resquicio de esa cultura". Y Smith no tiene dudas de cómo el banco de
inversiones ha perdido esos valores: "Cuando los libros de historia hablen
de Goldman Sachs reflejaran que la compañía ha perdido su cultura bajo el mando
del actual director ejecutivo, Lloyd C. Blankfein, y el presidente, Gary D.
Cohn".
El exdirector, hace
además un pronóstico: "Creo realmente que la pérdida de fibra moral de la
empresa representa la mayor amenaza para su supervivencia a largo plazo".
"No puedo mirar a los ojos a los estudiantes"
Smith no era un
cualquiera en el mundo Goldman Sachs y de ahí que sea una de las 10 personas
-sobre 30.000 empleados- que aparece en los vídeos promocionales del banco
destinados a las universidades económicas de todo el mundo.
El exdirector participaba
activamente en las campañas de contratación y formación de nuevos empleados
seleccionando a los futuros becarios y asegura que esta es una de las cosas que
le llevaron a tomar su decisión. "Me di cuenta de que no puedo seguir
mirando a los ojos a los estudiantes y decirles que este es un gran sitio para
trabajar", dijo.
Básicamente -insiste
Smith- porque solo "si consigues el máximo beneficio para la empresa,
serás ascendido a un puesto influyente". El problema es cómo conseguir
esto. Según él, el banco basaba su éxito en el liderazgo, "liderazgo que
se centraba en las ideas, por ejemplo, hacer las cosas correctas".
Aunque hoy, lo correcto
no lleva al éxito en Goldman Sachs, sino todo lo contrario. En la carta dice
que hay tres posibilidades para convertirse en un líder: convencer a los
clientes de que inviertan en los activos de los que el propio Goldman Sachs
"quiere deshacerse porque ya no son rentables"; "cazar a los
clientes" y venderles los productos que más beneficios puedan dar a la
compañía; y por último estar en un puesto en el que "tu único trabajo es
vender cualquier producto opaco con tres letras", en clara referencia a
los bonos de deuda sobreana y los CDS (credit default swaps).
Los clientes "marioneta"
Smith se lamenta de cómo
algunos trabajadores de Goldman Sachs hablan "cruelmente de arrancarle
todo el dinero a sus clientes". "En los últimos 12 meses he visto a
varios directores referirse a sus propios clientes como "marionetas"
muchas veces en correos internos", asegura.
Y vuelve a la carga
contra los actuales dirigentes diciendo que "hoy en día, la pregunta más
recurrente que me hacen nuestros analistas más jóvenes es cuánto dinero hemos
sacado al cliente. Me molesta cada vez que lo oigo porque es el claro reflejo
de que lo que están viendo en sus jefes. Si piensas cómo serán las cosas de
aquí a diez años, no hace falta ser un científico para entender que los
analistas que se sientan sin hacer un ruido en su rincón y escuchan hablar de
"marionetas", "sacarles los ojos" y "cobrar" no
se van a convertir en ciudadanos modelo".
Para terminar, da un
consejo al banco: "Espero que esto sirva para llamar la atención de la
directiva. Hagan de los clientes su foco principal otra vez. Sin ellos no van a
hacer dinero. Y de hecho no existirían. Desháganse de la gente en bancarrota
moral sin tener en cuenta cuántos beneficios consiguen para la compañía".
http://www.publico.es/dinero/425842/dimite-un-director-de-goldman-sachs-por-su-bancarrota-moral