lunes, septiembre 17, 2012

Diarios de Hoy: Resumen de la sección política de los principales diarios de Argentina


La política nacional se sigue cocinando, mediáticamente hablando, entre cacerolas. Luego de las protestas del jueves 13 de septiembre (13-S), las secciones políticas se vuelven a nutrir –por cuarto día consecutivo– del impacto político que introdujeron las movilizaciones contra el Gobierno nacional. Los matutinos coinciden al destacar que desde la Casa Rosada negaron liderar una “contramarcha”; Clarín y los financieros destacan el tema en sus portadas.


Al abrir la sección “El País”, que presenta durante tres páginas el cintillo “Después del cacerolazo”, Leonardo Míndez sostiene en Clarín que los funcionarios del Gabinete nacional, además de continuar con sus “críticas” a las protestas del 13-S, afirmaron que no se pondrán al frente de una supuesta “contramarcha”. 
Detalla que el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, volvió a hablar en “6,7,8”; y que el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el secretario de Transporte, Julio Ramos, se sumaron a los cuestionamientos. Eduardo Aulicino opina que el argumento “elitista” del Gobierno es “hueco” porque apeló al “silencio” en casos como los de Humahuaca (Jujuy), la comunidad qom (Formosa) y los reclamos de tierra ya habituales en Santiago del Estero.
En otro orden, el diario fundado por Noble agrega que el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, y la titular de Madres-Línea Fundadora, Nora Cortiñas, se diferenciaron de las “críticas” de Hebe de Bonafini, quien había dicho que la marcha “le dio ‘asco’”. Además, amplifica las voces del socialista Hermes Binner (hay que “atender” la demanda) y del radical Julio Cobos (“el Gobierno ha perdido la calle”).
“Sin antimarcha, los K esperan que se repita el efecto Blumberg”, escribe Pablo Ibáñez en Ámbito. Consigna que desde “Unidos y Organizados” ordenaron “no salir a disputar el control de la calle” y, por otro lado, que apuestan a que la protesta “se licue con el tiempo y desperfile cuando aparezcan ‘figuras’ políticas que se quieran apropiar de ese malestar”. Al mismo tiempo, el diario sigue de cerca las estrategias electorales de Binner y la UCR.
Desde El Cronista, Sebastián Iñurrieta también sostiene que “allegados al Gobierno” plantearon que “no merece” llevar adelante una contraprotesta. Mientras tanto, sobresale un artículo que se titula: “La oposición busca estrategias para capitalizar el reclamo del cacerolazo”. Edita que según una encuesta que lanzó en su sitio web y de la que participaron “más de 2000 ingresantes”, el “53%” planteó que la mayor motivación de la protesta fue rechazar la “re-re”. Luego siguen las preocupaciones por la “inseguridad” (16,3%), la inflación (10,2%) y el “cepo” al dólar (8,1%).

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En un artículo sin firma que se impone en la página 8, La Nación reconoce que desde el oficialismo “desactivaron” las posibles “contramarchas” y que hay “expectativa” por el acto que encabezará la presidenta Cristina Fernández mañana en Chaco. Edita que hubo “duras críticas” de Abal Medina y De Vido, y una posición “moderada” de Nora Cortiñas.
Finalmente, Página/12 se detiene en los “cruces” de declaraciones entre el oficialismo y “la oposición”. Eduardo Aliverti opina que hay “dos extremos”: los que “ningunean lo ocurrido” y los que le otorgan un “valor histórico”.

Los countries  
Con menor visibilidad que el pasado miércoles 22 de agosto, cuando trascendió el supuesto proyecto kirchnerista para “eliminar las barreras” en los barrios privados, El Cronista y La Nación se concentran en el cuestionario que impulsa la AFIP para recolectar información puntual acerca de cómo viven las familias en los countries.
El diario salmón, que anticipa el foco noticioso en su portada, consigna que los diputados Eduardo Amadeo (Peronismo Federal) y Patricia Bullrich (Unión por Todos) le recomendaron a los implicados no llenar el formulario del organismo recaudador porque consideran que se trata de una “‘medida ilegal’”. Especifica que el cuestionario fue publicado ayer por el diario La Nación.
En tanto, el matutino de los Saguier realza las “críticas” del tributarista Juan Manuel Álvarez Echagüe, abogado y socio del estudio Álvarez Echagüe & Asociados, quien calificó la disposición como una “medida efectista”.

La Nación se alerta por el rojo  
La mirada de los editores hacia el Interior sigue encontrando una presencia destacada en los matutinos porteños. Luego de que la semana pasada sobresalieran los casos de Córdoba (diferendo previsional con la Casa Rosada) y Santa Cruz (jaqueada por las deudas y el conflicto entre el gobernador Daniel Peralta y el Ejecutivo nacional), hoy La Nación abre su sección política apuntando: “Más de la mitad de las provincias, con rojo en sus cuentas”.
En la página 6 del diario centenario, Lucrecia Bullrich expone que las “combinaciones por falta de fondos” presentan combinaciones varias, aunque subraya que el fenómenos es “llamativo” por dos motivos: “en primer lugar porque la mayoría de los distritos con rojo en sus cuentas son kirchneristas y, por otra parte, hay que considerar que en los últimos días la Presidenta cuestionó a los gobernadores que manejan mal sus distritos y no dio señales de emitir ayuda alguna desde la Nación”.
Al entrar en detalles, la periodista define que Buenos Aires figura “al tope del ranking de provincias con problemas de caja”. Luego, describe las situaciones de Mendoza, Neuquén, Jujuy y Tierra del Fuego. En menor medida, agrega los casos de Tucumán, Santa Cruz y Río Negro. Desde una pequeña columna, registra que sólo Córdoba, Santa Fe, Corrientes y San Luis se animaron a reclamar las deudas del Estado nacional en la Justicia.
En el ristretto del artículo, los editores de La Nación critican a Cristina Fernández porque “no parece querer asumir este costo político del modelo que impuso”.
En Clarín, Lucía Salinas profundiza sobre la situación en Santa Cruz y exhibe que desde la provincia sureña tratan de buscar otros medios de financiamiento ante la “asfixia” de la Rosada.

Periodismo “oficial” y periodismo “militante”
En su editorial del domingo, La Nación expresó las diferencias que existen, desde su perspectiva, entre los llamados “periodismo oficial” y “periodismo militante”. El diario de los Saguier resaltó que en la última declaración de “Carta Abierta” se denominó “periodismo oficial” a la “red de empresas periodísticas que dependen para subsistir de la pauta publicitaria del Estado” y señaló que “era hora” de nombrar de ese modo a “esa cadena de medios que prospera a la sombra del Gobierno”.
El periodismo militante, en cambio, es aquel que “cultivan todos aquellos que, corriendo riesgos económicos y, muchas veces, políticos, fundan un órgano de prensa para defender una idea, una concepción del mundo”, según publicó el matutino. En ese sentido, La Nación indicó que ese “periodismo” enriquece el debate “ofreciendo una visión de la realidad desde un punto de vista explícito”.

El “cacerolazo” también dominó los espacios de opinión
Las protestas del jueves fueron el eje de la mayoría de los espacios de opinión publicados el fin de semana. En Clarín, Jorge Lanata señaló que se movilizaron “personas de clase media y media baja, arrinconadas, preocupadas, que sintieron que caminar por el medio de la 9 de Julio en dirección a la Plaza de Mayo era una manera de perder el miedo” y que su reclamo fue “democracia, más democracia, mejor democracia”. Ricardo Roa expresó que “el cacerolazo multitudinario” fue empujado por el propio gobierno nacional y que “la gente” demostró que no le tiene miedo a la presidenta. Ricardo Kirschbaum, por su parte, indicó que la “erupción ciudadana” sorprendió al gobierno por su magnitud y la equiparó a la “Primavera Árabe” y a las protestas de los “indignados europeos” debido a su convocatoria a través de las redes sociales.
Carlos Pagni, en su columna para La Nación, calificó al “cacerolazo” como la “última manifestación” de la crisis que sufre el sistema político desde 2001. En ese sentido, agregó que la protesta “expresa un malestar que avanza entre una oposición sin organización ni discurso, y un oficialismo que se repliega sobre sí mismo sin reconocer otra legitimidad que la propia”. Joaquín Morales Solá, por su parte, sostuvo que la “reacción oficial a la protesta” puede “crear dos sociedades enfrentadas entre sí” y que el riesgo para Argentina es “la fractura de la sociedad”, tal como ocurre en Venezuela.
El CEO de Perfil, Jorge Fontevecchia, señaló que “aunque quienes protestaron la noche del jueves fueran exclusivamente de clase media hacia arriba, no se podría desconocer que las redes sociales y los celulares permiten la emergencia de un nuevo sujeto político que, aun siendo el mismo de siempre, al hacerse visible se hace otro”. Sin embargo, Fontevecchia añadió que “la indignación es un combustible, pero sin una máquina política no llega a ninguna parte”.
En Página/12, Luis Bruschtein indicó que la marcha “estuvo llena de guiños y reflejos hacia el macrismo” y que “el pliego de reclamos está muy referido al juego gobierno-oposición”. Al respecto, Bruschtein señaló que “cuanto más duro fue el discurso anti”, mayor legitimidad otorgó al kirchnerismo. Por último, Mario Wainfeld resaltó que “para el kirchnerismo es un clásico que sus adversarios irrumpan en la calle o en las rutas en el primer año de sus mandatos” y que la movilización superó “las expectativas de propios y extraños”, además de sentar las bases para “otra movida”. 


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