Un hombre va manejando por una ruta semidesierta, y a lo lejos ve la luz de un café. Para el auto, baja y entra al bar. Allí sólo ve a una rubia, madura pero todavía bastante atractiva.
Le pide el menú, y la dama le alcanza un papel en el que dice solamente: «Gaseosas: $ 6; Sándwiches de jamón y queso: $ 10; sándwiches de salame y queso: $ 8. Masturbaciones: $ 50. Por otros servicios, consultar».
El cliente, atónito, lee el menú varias veces; finalmente, se decide y llama a la moza.
Y pregunta:
Le pide el menú, y la dama le alcanza un papel en el que dice solamente: «Gaseosas: $ 6; Sándwiches de jamón y queso: $ 10; sándwiches de salame y queso: $ 8. Masturbaciones: $ 50. Por otros servicios, consultar».
El cliente, atónito, lee el menú varias veces; finalmente, se decide y llama a la moza.
Y pregunta:
- Disculpame: ¿vos sos la que se encarga de las masturbaciones?
La rubia, ronroneando y con una mirada prometedora de placeres en sus ojos, responde:
- Sí, papito... ¿Por?
- Entonces andá a lavarte las manos, que quiero un especial de cocido y queso...