King, el Reverendo
Okupa
Por: David Brooks
Estaba
organizando una ocupación masiva de espacios públicos en Washington por un
“movimiento de los pobres” para denunciar la desigualdad económica extrema. No
pocos de sus colegas y colaboradores lo habían criticado por su enfoque sobre
la injusticia económica, argumentando que eso era poco pragmático, y que no
estaba formulando demandas políticas concretas, sino algo demasiado radical.
Eso era a lo
que el reverendo Martin Luther King Jr. se dedicaba hace 44 años cuando una
bala le quitó la vida en Memphis, adonde había viajado para sumarse en
solidaridad a una huelga de trabajadores de limpieza cuya demanda era la
dignidad y salarios justos. Fue el estadunidense desarmado más peligroso de su
época.
“Estoy
convencido de que si hemos de estar del lado correcto de la revolución mundial,
nosotros como nación tenemos que realizar una revolución radical de valores…
Cuando las máquinas y las computadoras, los motivos de ganancia y los derechos
de propiedad son considerados más importantes que la gente, el terno gigantesco
de racismo, materialismo extremo y militarismo no puede ser conquistado”, dijo.
En su histórico discurso del 4 de abril de 1967 en la Iglesia Riverside, en
Nueva York, agregó que “una verdadera revolución de valores pronto verá con
inquietud el contraste deslumbrante de pobreza y riqueza”.
Esos ecos se
escuchan de nuevo en múltiples esquinas de este país, y en este lunes,
oficialmente feriado como Día de Martin Luther King, su natalicio fue celebrado
no sólo por veteranos de la lucha de derechos civiles que lo acompañaron en los
60, ni sólo por funcionarios que recordaron sus palabras sobre la igualdad
racial (pero casi nunca por su oposición a la guerra y menos su campaña final
de los pobres), sino ahora por integrantes de un nuevo movimiento que nació con
una ocupación en nombre del “99 por ciento”, y un grito de ¡basta! ante la
injusticia económica y la corrupción de la promesa democrática.
Como escribe
el gran periodista Bill Moyers, citando la vieja canción de Woody Guthrie, la
gran pregunta del momento es si “este país fue hecho para ti y para mí”, y “la
noticia doméstica más grande de nuestros tiempos es el colapso de la clase
media, un agudo incremento en el número de pobres y un enorme traslado de
riqueza a los ya ricos”.
Todo mundo
ahora lo sabe, lo ve, lo siente, no como algo ajeno sino en su propia vida. La
mayor fuente de tensión en Estados Unidos hoy día según un nuevo sondeo
nacional del Centro de Investigación Pew, es el conflicto entre ricos y pobres,
superando la histórica tensión racial y la tensión entre inmigrantes y los
nacidos aquí que en estos últimos años ocupaba el primer lugar.
No sorprende.
Los hechos documentan lo que todos perciben: la Oficina del Censo recientemente
detectó que el 10 por ciento más rico concentraba 56 por ciento de la riqueza
nacional en 2009 (tenía el 49 por ciento en 2005). Joseph Stiglitz, el
economista premio Nobel, calcula que el 1 por ciento más rico controla hoy 40
por ciento de la riqueza nacional. Los índices de desigualdad son los más extremos
desde los registrados antes de la gran depresión.
Pero el nivel
de cinismo político ante todo es asombroso. Como siempre, este año electoral,
el 1 por ciento evalúa cuáles de sus seleccionados políticos es el mejor para
velar por sus intereses y dotar a sus favoritos con millones de dólares. Pero
ahora, con autorización de un fallo histórico de la Suprema Corte en 2010, el
poder del dinero en el proceso proclamado como “democrático” se ha multiplicado
a niveles sin precedente.
Ahora,
cualquier agrupación puede crear lo que se llama un súper comité de acción
política (súper PAC). La ley marca límites sobre cuánto puede donar un
individuo o agrupación a la campaña de un candidato, pero con el fallo de la
Suprema Corte ahora no hay tope alguno para los montos que puede recibir y
gastar un súper PAC para promover u obstaculizar a un candidato a través de
propaganda, foros y otras actividades, pero sobre todo en publicidad política
en los medios masivos. La única restricción legal es que no pueden “coordinarse”
o ser manejados por una campaña electoral, o sea, tienen que aparentar ser
“independientes”.
Esto ya tiene
un efecto masivo sobre el concurso electoral. Por ejemplo, el súper PAC ligado
al precandidato presidencial Mitt Romney ha gastado millones en publicidad para
atacar a sus contrincantes. En respuesta, un simpatizante del aspirante Newt
Gingrich acaba de donar 5 millones para contrarrestar el esfuerzo del súper PAC
aliado de Romney, y así con todos. Claro, por supuesto, los candidatos y los
PAC no tienen nada que ver uno con el otro.
Tan obsceno y
corrupto es todo esto, que sólo un cómico puede abordarlo de manera seria. El
influyente cómico satírico Stephen Colbert del programa de televisión Colbert
Report registró legalmente su propio súper PAC hace unos meses, con donaciones
de su público televisivo, para exhibir lo absurdo que es todo esto. Esta semana
dio un paso más, al declarar que creará un “comité de exploración” para,
posiblemente, lanzar su candidatura presidencial en su estado natal de Carolina
de Sur, y transfirió su súper PAC a manos de su amigo, el comediante Jon
Stewart. El nuevo nombre del súper PAC es “súper PAC definitivamente no
coordinado con Stephen Colbert”.
Aunque ya es
demasiado tarde para registrarse como candidato, sus maniobras fueron
ampliamente cubiertas en los principales medios de Estados Unidos. Aún más loco
es que en los sondeos ya tiene más apoyo en su estado que por lo menos uno de
los precandidatos republicanos.
Ni el
reverendo King se podría haber imaginado el grado de avaricia y falta de
vergüenza del 1 por ciento y sus compinches políticos en el manejo del país.
Pero al 1 por ciento jamás se le ocurrió que la convocatoria de King a impulsar
un movimiento Ocupa tendría respuesta más de 40 años después de su muerte y que
hoy las palabras de ese reverendo indignado tienen nuevos ecos por todas las
esquinas del país.
Fuente: http://www.surysur.net/2012/01/king-el-reverendo-okupa/
Fuente: http://www.surysur.net/2012/01/king-el-reverendo-okupa/