martes, enero 24, 2012

Minería: rambletamble y nestornautas en otra magnífica nota - Mines: rambletamble y nestornautas dans une autre note une grande


R-E-C-O-M-E-N-D-A-D-A   
(PARA REFLEXIONAR Y NO CAER EN TRAMPAS)

MARTES 24 DE ENERO DE 2012

EL TEMA DE LA MINERÍA

Por Raúl Degrossi

La protesta en Famatina contra el proyecto de Osisko y el gobierno de Beder Herrera han vuelto a poner el el tapete "el tema de la minería"; discusión compleja si las hay, porque es muy difícil escapar al maniqueísmo del enfrentamiento entre malos químicamente puros (aunque contaminen con cianuro), como las mineras extranjeras; y buenos buenísimos como los actores y actrices que se prendieron en la movida, y grabaron esta canción (por cierto: ¿no la habrá financiado la Barrick?).

Y así se dificulta no ya ponerse de acuerdo, sino simplemente saber que se está discutiendo.

Lo primero que se me ocurre (ante el hecho objetivo del corte y la protesta de los riojanos) es que cualquier gobierno democrático (entendiendo por tal al elegido por su pueblo) debe tomar nota de una protesta social legítima, y buscar una solución política al asunto; sin ampararse exclusivamente en que hace poco ha sido votado por un amplísima mayoría electoral, como es el caso de Beder Herrera. Más aun: justamente por eso debe hacerlo.

Así como digo también que me parece que en este caso (como en otro similares) ese gobierno tiene la obligación de prestarle preferente atención a las quejas y protestas de los lugareños cercanos a un emprendimiento minero, que son las que al fin de cuentas -si la cosa es tan negra como la pintan- los primeros que padecerían las consecuencias; pero recalco el punto: quejas y protestas de los lugareños, no las de cualquier boludo/a que escuchó hablar del asunto, y se puso a buscar en Google donde queda Famatina.

Del mismo modo digo que el argumento de que Beder ganó la elección (con más del 67 % de los votos) con un discurso anti-minero y luego viró su posición, tampoco me cierra del todo: tiene cierto tufillo a suponer que la inmensa mayoría de los riojanos son bastante nabos, o víctimas fáciles del clientelismo; y si alguno quiere internarse por ese terreno alla él, yo paso.

Porque por ejemplo en San Juan se podría decir -por el contrario- que Gioja hizo del desarrollo minero de la provincia una bandera fundamental de su gobierno y su campaña, y fue reelecto con más del 68 % de los votos.

¿Significa eso que el pueblo de esas provincias apoya la tan denostrada "mega minería a cielo abierto"?: entre otras cosas es probable que sí, aunque bien sabemos que las opciones electorales son determinadas por un conjunto de factores que no es del caso analizar acá.

Y hay otro costado en todo este asunto que hace difícil discutir de la minería en sí: es utilizado por los opositores al gobierno nacional (en especial los grandes medios) para pegarle, con el argumento de que favorece a las mineras, o que lo hacen gobernadores que forman parte del dispositivo político oficialista.

Sin ser falso, el argumento es rebuscado: hay desarrollo de la minería donde hay recursos mineros que explotar (algo que debería resultar obvio), no donde gobierna el Frente Para La Victoria o sus aliados (que por otro lado, y por imperio de las elecciones, gobiernan en la mayoría de las provincias); porque por caso la explotación de Bajo La Alumbrera (la mina más grande del país) en Catamarca, fue iniciada por el ex gobernador radical Arnoldo Castillo, allá por el 94', y mantenida desde entonces por todos sus sucesores boinas blancas hasta hoy.

Por otro lado con el estrellato mediático del asunto en los grandes medios (al menos a mí) me sucede algo parecido a lo que pasaba con la discusión de la 125: notas como ésta de La Nación no es creíble (conociendo el pedigree del diario) que estén dirigidas a concientizar sobre los problemas ambientales y de todo orden que acarrearía la minería; sino más bien a captar ese sujeto social voluble y disperso, capaz de embarcarse fácilmente (y más si es por medios virtuales) en este tipo de cuestiones; como aquéllos que caceroleaban a favor de la Mesa de Enlace (y hasta ahí nomás con las similitudes).

Y atención que no digo que no sea cierto lo que se afirma (como las "listas negras" de gente que protesta): las mineras seguramente son capaces de hacer eso, y cosas peores; es sólo que La Nación (y no Página 12 por ejemplo) denunciando con grandes titulares ese tipo de prácticas hace algo de ruido: indicaría que hay muchas otras cosas en medio del reclamo de la gente de Famatina.  

Ahora bien, y yendo al asunto minero en sí: en éste como en otros temas, lo juicioso es leer o escuchar a la gente que sabe (busquen por otro lado, acá van a aprender poco al respecto, aviso); que -vea usted señora- no necesariamente son Pino Solanas, Nacha Guevara o Natalia Oreiro; por más tiempo que le dediquen al tema, o por más buenas intenciones al respecto que puedan tener.

Y eso tampoco significa preguntarle a los ingenieros de Osisko o de la Barrick Gold: hay mucho escrito y publicado respecto a la denominada "mega minería a cielo abierto", tanto que lleva a preguntarse si -por ejemplo- no es en realidad la característica del yacimiento o del metal que se está explotando, el que determina que se haga de ese modo y no de otro; o si lo "mega" tiene que ver con las economías de escala, o el volumen de los capitales que se requieren para un determinado emprendimiento minero (es como el que quiere vivir como un magnate de los rindes y rentabilidades de la soja transgénica, con un campito de dos hectáreas), o si las técnicas de extracción difieren según se trate de oro, hierro, aluminio, o lo que fuera.

En síntesis: conocer un poco más del tema antes de repetir cosas a la bartola, de decir estupideces sin sentido o reincidir en berretaddas, y pongo dos ejemplos:

Uno: los que se oponen a la minería tendrían que dejar de ilustrar cualquier video sobre el tema con el derrumbe del Perito Moreno (¿por qué no buscan una imagen de los famosos glaciares que estarían en peligro en San Juan por Veladero o el proyecto Pascua Lama?); que está a 600 kilómetros (por lo bajo) en línea recta de Cerro Vanguardia, que es el principal emprendimiento minero de Santa Cruz, a unos 150 kilómetros al noroeste de Puerto San Julián, en plena estepa y donde a los glaciares los conocen sólo por fotos.

Dos: también tendrían que dejar de pedir que el gobierno nacional dicte una ley prohibiendo la mega minería a cielo abierto en todo el país, cuando bien saben (y si no lo saben averigüen) que los recursos naturales son de las provincias (artículo 124 de la Constitución, reformado en el 94'), y el Estado nacional lo lo único que puede hacer al respecto es fijar los presupuestos mínimos de protección de esos recursos (desde el punto de vista ambiental) sin alterar las jurisdicciones locales (artículo 41 CN); y en el caso de la minería lo ha hecho desde 1995, con la Ley 24.585.

¿No les gusta o les parece laxa y permisiva?, vean de cambiarla (o hacerla cumplir) aportando a esa discusión, que es más productivo.

Y esos "presupuestos mínimos" nunca podrían derivar en una prohibición total de la actividad, porque irían en contra de la propiedad provincial de la explotación del recurso; mamarracho jurídico que contenía la primera ley de glaciares vetada por Cristina (la segunda mejora un poco, pero no mucho); y lo contesto antes que lo pregunte alguno: estoy absolutamente a favor de una reforma de la Constitución para que los recursos naturales estratégicos (como el petróleo y algunos minerales) vuelvan a ser propiedad del Estado nacional (como lo eran en el artículo 40 de la Constitución peronista del 49'), y que el producido de su explotación se coparticipe con las provincias en las que existen esos recursos.

Producido de su explotación dije, lo que me lleva a otro punto: la minería -como cualquier actividad humana, más aun las productivas- afecta el ambiente, el punto es cuanto es lo tolerable; porque si la descartamos a priori (el famoso pedido de la prohibición absoluta) no podemos cuestionar como se reparten los beneficios que genera, o una cosa, o la otra; pero las dos al mismo tiempo, no.

También ayudaría saber si la gente que se opone a la minería lo hace a cierto tipo de emprendimientos (mega minería a cielo abierto, con uso de cianuro, para extraer oro o plata); o a la minería en bloque, como actividad económica, en cualquiera de sus formas: porque si fuera lo primero, habría que pedirles que dejen de usar anillos y collares de oro y plata, pero si fuera lo segundo, hay que exigirles que sean serios y se pongan a pensar en todos los productos de origen mineral que utilizan a diario, y si estarían dispuestos a prescindir de ellos; para contribuir a la causa.

No va a ser la primera vez que se embarca (y nos embarcan) en cruzadas ambientalistas gente que detesta la polución, pero no puede dejar de andar en auto; o no sabe que buena parte de los componentes de su net book, están hechos con productos de la minería, por decir algo.

Del mismo modo supongamos por un momento que, por imperio de la presión mediática, las protestas sociales o todo eso junto, se suspenden lo que se denominan emprendimientos de mega minería a cielo abierto en todo el país, ¿podría esperarse el mismo despliegue de energía de los ecologistas -vocacionales o profesionales- y de esos mismos medios, puesto en generar otras alternativas de desarrollo para las comunidades en que esos emprendimientos funcionan?

En ese sentido, no deja de ser paradójico lo extendido que están los planteos anti mineros en regiones del país (como las provincias de la pampa húmeda) que no tienen minerales que explotar, pero han sido favorecidas con la generosa disposición de otros recursos naturales, que más que compensan sobradamente esa carencia.

La seriedad del planteo ambiental (es decir, la genuina preocupación por lograr un desarrollo económico sustentable y armónico con la naturaleza) termina muchas veces convirtiéndose en algo ridículo cuando se extreman posturas: es como si cerráramos las rutas y prohibiéramos a la gente andar en auto, porque hay muchos accidentes de tránsito.

Porque por ese camino nos encontramos con recursos naturales susceptibles de explotación (y ni siquiera estoy hablando del oro) que decidiríamos no aprovechar, cosa que sucede lo contrario por ejemplo con otros (como el petróleo o el gas); en los que muchos de los que piden la prohibición lisa y llana de la "mega minería a cielo abierto", por el contrario, reclaman que se incremente la explotación.

Y queda el asunto de la la apropiación de la renta minera, que (zanjados los aspectos ambientales por una clara regulación normativa acompañada de fuertes controles estatales) me parece es el que amerita una discusión más seria; claro que para llegar a ese punto previamente habría que haber dejado definitivamente atrás los infantilismos ecologistas sobre la prohibición de la actividad, y ponerse a hablar más en serio.

Se objeta que la mayoría de los emprendimientos mineros de envergadura en el país están en manos de capitales extranjeros y es cierto; tanto como que esa extranjerización se verifica en la mayoría de los rubros de la estructura económica, y allí se soslaya el hecho, o en muchos casos no se lo objeta.

Lo que habría que preguntarse en todo caso es si existen capitales privados nacionales dispuestos a aportar las inversiones que demanda la explotación minera (sobre todo en gran escala), y dejar de lado el sueño de que en ese campo existan "pequeños y medianos productores", como nos cuentearon cuando la discusión de la 125: no los permite directamente la escala del negocio; al menos si se lo quiere encarar en serio y generando un impacto social positivo por el lado del empleo y los salarios.

Personalmente creo que un país con desarrollo integral tiene que tener desarrollo minero, con un control del Estado de los recursos estratégicos, y con una fuerte presencia de ese mismo Estado (incluso como empresario) en la explotación de esos recursos, como lo hace Evo Morales en Bolivia o Chávez en Venezuela.

De hecho, algunas provincias (es el caso de Santa Cruz en Cerro Vanguardia a través de Fomicruz Sociedad del Estado, y creo que lo mismo intenta La Rioja con Osisko) se han asociado a las empresas en las explotaciones, con ese fin. En todo caso habría que plantear que se incremente (al menos mientras duren las concesiones, o en las futuras) esa asociación, y la participación del Estado en los beneficios (como que aporta el recurso imprescindible para el emprendimiento); en lugar de pedir que se prohíba la actividad.

Y probablemente nos encontremos que, llegado ese caso, ese Estado minero deba conformar "mega emprendimientos  mineros a cielo abierto" para sacarle un mejor provecho a los recursos, y hasta usar cianuro en determinados procesos (como la Barrick), porque así lo exige la técnica de explotación: no lo sé con certeza, pero se puede preguntarle a la gente que sí sabe.

Del mismo modo que se puede (y se debe) exigir que se estudien en detalle todos los resquicios que da el régimen llamado "de estabilidad fiscal" del que gozan las empresas mineras, al amparo de la Ley 24.196 (1993), y que les garantiza "estabilidad fiscal" por 30 años desde la presentación de factibilidad de cada emprendimiento; para ver si se puede captar socialmente -vía impuestos- una mayor parte de la renta minera.

Justamente en ese régimen es en el que se han basado muchas mineras para protestar cuando se les impusieron retenciones a las exportaciones (porque pagan retenciones, poco o menos que otras actividades, pero pagan), o cuando hace poco Cristina les impuso la obligación de liquidar íntegramente en el país las divisas que obtienen por exportar el mineral.

Régimen que por ejemplo se podría modificar por otra ley, para los futuros emprendimientos (eliminando exenciones y privilegios), pero siendo realistas, y siempre teniendo en cuenta que en la minería en la etapa de exploración hay riesgos y un porcentaje mayor de inversiones que pueden fracasar por completo; algo que en otras actividades no sucede.

Como ven, desde el "no" absoluto a la minería hasta el mirar para el costado mientras un puñado de empresas la levantan con pala, hay un ancho campo para recorrer, si hay voluntad para hacerlo y para discutir en serio.

Claro que a lo mejor entonces para algunos ya pierda interés seguir hablando del "tema de la minería".

Fuentes:
http://rambletamble.blogspot.com/
http://nestornautas.blogspot.com/2012/01/el-tema-de-la-mineria.html

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