martes, enero 24, 2012

Cipayismo en Latinoamérica y Rial - Cipayes en Amérique latine et Rial


A propósito de un amplio debate que se generó en las redes sociales cuando el conductor argentino de programas de la farándula, Jorge Rial, se mostró en un teatro con una remera que hace alegoría a la bandera británica.

Rial junto a los “Gungas Din” aguateros

En la edición del 18 de septiembre de 1998 del periódico mexicano El Financiero, Francisco Helguera Ramírez cita aquella sentencia de Kipling que, gracias a Dios, Ghandi nunca tomó en serio: "La responsabilidad de gobernar a la India fue puesta por el inescrutable destino sobre los hombros de la raza británica".
Aquellos años de trajes de lino blanco y Martini seco en el Bombay Yatch Club dejaron su huella de héroes en la literatura y el cine. Gunga Din, dirigida por George Stevens en 1939, con guión adaptado por William Faulkner y basada en un poema de Kipling, es uno de los clásicos de esa época: cuenta la historia de tres sargentos del ejército colonial, Cutter, Mac Chesney y Ballantine (interpretados por Cary Grant, Víctor McLaglen y Douglas Fairbanks Jr.) que son enviados en misión especial a la selva para descubrir las causas de una extraña interrupción de las comunicaciones telegráficas.

Allí se enfrentan con los temibles "tags", que no eran otros que los mismos hindúes luchando por liberar a su país pero, a efectos cinematográficos, aparecen como una secta de asesinos depravados, adoradores de la diosa Kali.

El personaje que da título al film, Gunga Din, es el aguatero de la expedición, interpretado por Sam Jaffe. Helgueras lo describe como "el aguador nativo de las tropas coloniales, de patético servilismo, cuya máxima ambición era ser considerado 'uno de ellos'.
El personaje era moreno oscuro, delgado, bajito, de nariz ganchuda".

Gunga Din daría su vida —en verdad, dará su vida— por su sueño de ser inglés.

Gunga muere heroicamente, tocando la trompeta para prevenir a los blancos de una emboscada, en una escena que treinta años después satirizó Peter Sellers en La fiesta inolvidable. Por supuesto, Gunga logra, post mortem, cumplir con sus desvelos: las tropas lo declaran "de los de acá", debido a los servicios prestados a su Graciosa Majestad.

Nadie podría afirmar con seriedad que el Complejo de Gunga Din se ha sufrido solamente en la Argentina, pero es innegable que, a lo largo de nuestra historia, hemos estado plagados de aguateros que soñaban con ser ingleses.

La siguiente frase del vicepresidente argentino Julio Roca (hijo) en medio de una negociación con sir Walter Runciman en Londres bien podría tomarse como una muestra señera de dicho síntoma: "Argentina es, desde el punto de vista económico, parte integrante del Imperio Británico".

Menos conocido pero igualmente certero a efectos de diagnosticar el Complejo de Gunga Din resulta el discurso pronunciado por el doctor Ezequiel Ramos Mejía, presidente de la Sociedad Rural, al inaugurar la muestra del campo de 1902. (Incluido en Historia Gráfica de la Argentina Contemporánea y citado por la página de Felipe Pigna, www.elhistoriador.com.ar.)  
"Densos nubarrones se levantan que presagian tormentas proteccionistas en las colonias inglesas, y la tendencia imperialista que va mordiendo fuerte el espíritu británico, no es por cierto una garantía para el porvenir de nuestro comercio internacional.
Mucho hablamos de abrir nuevos mercados, sin notar acaso que más valdría asegurar los que ya tenemos, como el de Inglaterra, para quien deberíamos tratar de convertirnos mercantilmente en su mejor colonia, a fin de hacerle imposible dar preferencia a nuestros competidores de Canadá y de Australia."

Los ejemplos a lo largo de nuestra historia son infinitos: van desde el Gunga Din "filosófico", como Sarmiento, Bunge, González Rivadavia, Pellegrini, hasta el más terrenal Gunga Din político con Roca padre e hijo, Alvear, los Alsogaray, Martínez de Hoz, los Anchorena y Carlos Menem, entre otros.

Rial y muchos otros ciudadanos en Latinoamérica, se suman al listado con el orgullo del aguatero Gunga Din.

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