Adiós al Granadero Centenario
El más antiguo de los Granaderos
tenía 102 años. Don Miguel Cleofo Villarreal había nacido el 25 de Setiembre de
1906. Allá por 1927 fue escolta presidencial del Dr. Dn. Marcelo Torcuato de
Alvear. Era buen jinete y en el Histórico Cuartel de Palermo hacia gala del
manejo con los caballos. Con su avanzada edad, tenía buena memoria y recordaba
con nombre y apellido a compañeros y al personal de cuadros, a quienes nombró
toda su vida, como también, muchas anécdotas de su paso por el Ejército. En su
juventud fue comerciante y conducía un carretón tirado por diez magníficos
animales. Al cumplir los cien años, sus
familiares le preguntaron que deseaba que le regalasen; solo les pidió: ¡Quiero
que me traigan Granaderos!
Sus familiares le cumplieron el
deseo, se contactaron con nosotros y una sección de efectivos partimos para su
casa de Bartolomé Bavio (Buenos Aires), en Setiembre de 2006.
De buen humor, cordial y
enamoradizo, su contacto con él, llenó de vida y de dicha a todos sus camaradas
que fueron a saludarlo, manifestando un profundo sentimiento patriótico, lanzó
con entusiasmo un pedido comprometedor que tomó un medio televisivo: ¡Deseo
tener conmigo un uniforme de gala de Granadero!
Sabíamos que ese pedido solo era
factible cuando era solicitado por una institución que lo amerite, como un
museo histórico, pero nunca su tenencia podía recaer en persona alguna.
La propia madre del Jefe de
Regimiento de Granaderos, Coronel Federico Sidders, que había visto la nota del
noticiero del mediodía, llamaba angustiada todos los días a su hijo para
recordarle la honrosa petición hecha por el hombre centenario. Pero la decisión
ya había sido tomada.
Se ordenó le fuera entregado en acto
a Villarreal un “Morrión de tropa”, el clásico casco de combate de los Granaderos.
Al poco tiempo, las máximas autoridades del Arma de Caballería le entregaron la
cruz “Orden Ecuestre Militar Caballeros Granaderos de los Andes”. Todos
compartimos su alegría inmensa.
Su hija Cristina mimaba y asistía a
ese honorable padre que la colmaba de felicidad; dicha que la sumió en gran
dolor, cuando fuera de su vista y alcance, en Diciembre de 2008, don Miguel
tropezó en el fondo de su casa y dio su rostro contra el piso. Tras padecer un
coma, nos dejó el 7 de Febrero de 2009.
Ahora, conforma la tropa celestial,
con todos aquellos héroes de la argentinidad, junto al General José de San
Martín.
Fuente
Urueña,
Pedro Alberto – Vicepresidente de la “Asociación de Granaderos Reservistas de
la República Argentina” – Buenos Aires (2009)
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