Hizbullah:
la CIA perdió sus agentes por reunión de informantes en un local de Pizza Hut
en Beirut
Funcionarios de EE.UU. en activo
y retirados reconocen que la CIA sufrió un golpe duro; las fuentes informantes
del Líbano se vieron comprometidas por la reunión de agentes de la CIA en un
local de Pizza Hut en Beirut.
Decenas de espías que trabajaban para la CIA fueron capturados
recientemente en el Líbano e Irán, dijeron funcionarios en activo y retirados
de EE.UU. a The Associated Press y ABC News. Según estas fuentes, las
operaciones de la CIA en el Líbano fueron gravemente dañadas después de que
Hizbulá identificó y capturó a varios de los espías de EE.UU.
El dirigente histórico de Hizbulá, el jeque Hassan Nasrallah, se
jactó en la televisión en junio de que había arrancado de raíz por lo menos a
dos espías de la CIA que se habían infiltrado en las filas de Hizbulá,
organización que los EE.UU. consideran un grupo terrorista estrechamente aliado
con Irán. A pesar de que la Embajada de EE.UU en el Líbano, oficialmente negó
la acusación, funcionarios y ex funcionarios admiten que ocurrió y el daño se
ha extendido aún más.
De acuerdo con un informe de ABC News, había dos redes de
espionaje diferenciadas dirigidas a Irán y a Hizbulá en el cual los espías
fueron reclutados por la CIA. Estas redes fueron descubiertas también en forma
separada y en ambas se ocasionó un retroceso significativo en los esfuerzos de
EE.UU. para rastrear las actividades nucleares de Irán y las acciones de
Hizbulá contra Israel.
ABC informó de que según los funcionarios de EE.UU., la CIA
utilizaba la palabra clave “pizza” cuando se deliberaba para decidir un
encuentro con los informantes. Otros ex funcionarios dijeron que funcionarios
de la CIA se reunieron con varios informantes libaneses en una sucursal de
Pizza Hut en Beirut y de esta manera Hizbulá pudo identificar a los espías.
Funcionarios de EE.UU., sin embargo, niegan toda acusación de que sus agentes
estaban comprometidos en el Pizza Hut, informó ABC.
En los últimos meses, funcionarios de la CIA han estado luchando
en secreto para proteger a sus espías restantes,-activos en el extranjero o
agentes que trabajan para la agencia- , antes de que Hizbulá pueda
encontrarlos.
Sin duda, algunas muertes son de esperar en las guerras de
espionaje en las sombras. Es un negocio muy riesgoso y muere gente. Pero el
daño a la red de espionaje de la agencia en el Líbano ha sido mayor de lo
habitual, dijeron varios funcionarios en activo y retirados de EE.UU. hablando
bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a hablar públicamente
sobre asuntos de seguridad.
La crisis del Líbano es el último desaguisado en el que se ve
envuelto el servicio de contraespionaje de la CIA, que apunta al debilitamiento
y la manipulación de la capacidad del enemigo para obtener información.
Antiguos funcionarios de la CIA dijeron que se han erosionado aptitudes
esenciales que la agencia utilizó para engañar a agencias rivales de espionaje
para combatir a los terroristas. En la prisa por obtener resultados inmediatos,
dicen los ex funcionarios, se vieron afectados los métodos de trabajo.
El ejemplo más reciente de alto perfil fue el atacante suicida
que se hizo pasar por un informante y mató a siete empleados de la CIA e hirió
a otras seis personas en Khost, Afganistán en diciembre de 2009.
El año pasado, el entonces director de la CIA, Leon Panetta,
dijo que la agencia tenía que mantener “una mayor conciencia de la
contrainteligencia”. Sin embargo, ocho meses después, Nasrallah hizo saber al
mundo que había derrotado a la CIA, lo que demuestra que la agencia todavía
lucha con este aspecto crítico del espionaje y envía un mensaje a los que
traicionaría Hizbulá.
La CIA era consciente de que los espías eran vulnerables en el
Líbano. Funcionarios de la agencia fueron advertidos, entre ellos el jefe de la
unidad que supervisa las operaciones de Hizbulá en la sede de la CIA en
Langley, Virginia, y el jefe de contrainteligencia. No está claro si alguien ha
sido o será responsable como consecuencia de este desastre de
contrainteligencia o si el incidente afectará la capacidad de la CIA para
reclutar a los activos en el Líbano.
En respuesta a las preguntas de la AP sobre lo que sucedió en el
Líbano, un funcionario de EE.UU. dijo que Hizbulá está reconocido como un
enemigo complicado, responsable de matar a más estadounidenses que cualquier
otro grupo terrorista antes de septiembre de 2001. La agencia no subestima a la
organización, dijo el funcionario.
Los adversarios más duros de la CIA, como Hizbulá e Irán,
durante años fueron mejorando su habilidad para cazar espías, confiando en la
paciencia y la astucia para explotar agujeros de contrainteligencia.
En 2007, por ejemplo, cuando Ali-Reza Asgari, un general de
brigada de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, desapareció en Turquía,
se suponía que estaba muerto o que había desertado. En respuesta, el gobierno
iraní inició una revisión minuciosa de los viajes al extranjero de sus
ciudadanos, especialmente a lugares como Turquía, donde los iraníes no
necesitan una visa y podría reunirse con los servicios de inteligencia
extranjeros. No pasó mucho tiempo hasta que un funcionario de inteligencia
occidental dijo a la AP, que los EE.UU., Gran Bretaña e Israel comenzaron a
perder contacto con algunos de sus espías iraníes.
El año pasado, el Departamento de Estado describió a Hizbulá
como “el grupo terrorista más capacitado técnicamente en el mundo”, y el
Departamento de Defensa estima que recibe entre 100 y 200 millones de dólares
al año de fondos de Irán.
Respaldado por Irán, Hizbulá ha construido un aparato de
contrainteligencia profesional que Nasrallah -a quien el gobierno de EE.UU.
designó como terrorista internacional hace una década- prudentemente describe
con orgullo como “la unidad de combate espía”. Los funcionarios de inteligencia
de EE.UU. creen que la unidad, que se considera formidable e implacable, inició
sus operaciones alrededor de 2004.
Utilizando lo último en software comercial, la unidad de los
cazadores de espías de Nasrallah comenzó metódicamente la búsqueda de espías en
el interior de Hizbulá. Para encontrarlos,-dijeron funcionarios de EE.UU.-,
Hezbolá examinó los datos de teléfonos móviles en busca de anomalías. La
inspección identificó que los teléfonos celulares, por ejemplo, se utilizan
rara vez o siempre en lugares específicos y sólo durante un corto período de
tiempo. Entonces todo se redujo al antiguo método del trabajo de detective de
zapatos de cuero: ¿Quién en esa zona tenía información de que valdría la pena
vender al enemigo?
El esfuerzo tomó años pero al final Hizbulá, y más tarde el
gobierno libanés, comenzaron a hacer los arrestos. Según una estimación, 100
israelíes activos fueron detenidos al momento que la noticia llegó a los
titulares en toda la región, en 2009. Algunos de los espías israelíes
sospechosos trabajaban para compañías de telecomunicaciones y sirvieron en el
ejército.
De vuelta a la sede de la CIA, las detenciones alarmaron a altos
funcionarios. El organismo preparó un estudio sobre sus propias vulnerabilidades,
según dijeron funcionarios de EE.UU., y los resultados demostraron ser
proféticos. El análisis concluyó que la CIA era susceptible a las mismas
inspecciones que habían comprometido a los israelíes, dijeron los funcionarios.
Los dirigentes de la CIA fueron instruidos para ser muy
cuidadoso sobre el manejo de las fuentes en el Líbano. Un funcionario de EE.UU.
dijo que las recomendaciones se emitieron para contrarrestar el potencial
problema.
Pero no está claro cuáles son las medidas preventivas tomadas
por el jefe de la unidad de Hizbulá o el oficial a cargo de la estación de
Beirut. Ex funcionarios dicen que el jefe de la unidad de Hizbulá no es ajeno a
la necesidad de contrainteligencia y conocía los riesgos. El jefe de la unidad
ha trabajado en el extranjero en entornos hostiles, como Afganistán y jugó un
papel importante en la captura de terrorista de envergadura, mientras estaba
apostado en la región del Golfo Pérsico después de los ataques del 11-S. “Hemos
perdido una gran cantidad de personas en Beirut en los últimos años, por lo que
todo el mundo debería conocer el terreno”, dijo un ex funcionario de Medio
Oriente familiarizado con la situación.
Pero sin importar cuántas acciones hizo la CIA, no fueron
suficientes. Al igual que los israelíes, malos negocios condenaron a estos
activos de la CIA y la agencia, en última instancia, no pudo protegerlos,
reveló un funcionario. En algunos casos, agentes de la CIA cayeron en patrones
de conducta predecibles cuando se encontraron con sus fuentes, dijo el funcionario.
Esto permitió a Hizbulá identificar activos y eventuales
oficiales y desentrañar al menos una parte de la red de espionaje de la CIA en
el Líbano. También hubo renuencia a compartir casos y algunos archivos fueron
puestos en “el manejo restringido”. La designación limita severamente el número
de personas que conocen la identidad de la fuente además de reducir el número
de peritos que puedan detectar los problemas que puedan conducir a su
descubrimiento, dijeron las autoridades.
El anuncio televisado de Nasrallah en junio fue seguido de
acusaciones entre los distintos departamentos dentro de la CIA y la agencia de
espionaje intentó averiguar lo que salió mal y contener el daño.
El destino de estos activos CIA es desconocido. Hizbulá
considera espías de otra manera, dijo Matthew Levitt, un experto en
contraterrorismo y en inteligencia en el Instituto Washington para Estudios del
Cercano Oriente, que está escribiendo un libro acerca de la organización
terrorista. “Todo depende en qué estaban estos chicos y lo que tienen que
decir”, dijo Levitt. “Hizbulá hizo desaparecer a gente antes. Otros fueron
mantenidos cerca”.
¿Quién es responsable del desastre en el Líbano? No está claro.
El jefe de operaciones sobre Hizbulá en la sede de la CIA continúa regenteando
la unidad que también se enfoca sobre los iraníes y los palestinos. El más alto
oficial de contrainteligencia de la CIA, fue una de las mujeres de más alto
rango en el servicio clandestino y se retiró recientemente después de
aproximadamente cinco años en el cargo. Le acreditan algunos casos importantes,
como las recientes detenciones de espías rusos que habían estado viviendo por
años en los EE.UU.
Las autoridades dijeron que la mujer fue reemplazada por un
oficial de operaciones con más experiencia. Dicho funcionario ha ocupado
importantes puestos en Moscú, el sudeste de Asia, Europa y los Balcanes, en
importantes frentes de las guerras de espías de la agencia con los servicios de
inteligencia extranjeros y organizaciones terroristas.
Fuente: Barak Ravid y The
Associated Press/ Rebelión / Aporrea