2012, el año del Juicio Final
James Petras
Introducción
La perspectiva social, política y
económica para 2012 es extremadamente negativa. El consenso casi universal,
incluso entre los economistas ortodoxos convencionales, es pesimista respecto a
la economía mundial. Aunque incluso aquí sus predicciones subestiman el alcance
y la profundidad de la crisis, hay poderosas razones para creer que 2012 será
el principio de un declive mayor que el experimentado durante la Gran Recesión
de 2008 a 2009. Con menos recursos, mayor deuda y una creciente resistencia
popular a salvar el sistema capitalista, los gobiernos no pueden rescatar el
sistema.
Muchas de las grandes instituciones y
entornos económicos responsables de la expansión capitalista regional y mundial
durante las últimas tres décadas están en proceso de desintegración y desorden.
Los anteriores motores económicos de la expansión global, Estados Unidos y la
Unión Europea , han agotado sus potencialidades y están en franco declive. Los
nuevos centros de crecimiento -China, India, Brasil y Rusia- que durante una
‘corta década’ proporcionaron un nuevo ímpetu al crecimiento mundial han
recorrido todo el trayecto posible y ahora se encuentran en rápida
desaceleración, lo que continuará durante el año nuevo.
El colapso de la Unión Europea
Concretamente, la destrucción causada
por la crisis en la Unión Europea la terminará de romper y su estructura de facto de complejos niveles se
convertirá en una serie de acuerdos bilaterales/multilaterales de comercio e
inversión. Alemania, Francia, los Países Bajos y Escandinavos intentarán
aguantar la depresión. Inglaterra, en concreto la City , espléndidamente
aislada, se hundirá en un crecimiento negativo y sus financieros se pelearán
por encontrar nuevas oportunidades de especulación entre los Estados petroleros
del Golfo y otros ‘nichos’. Europa central y del este, en particular Polonia y
la República Checa , fortalecerán sus vínculos con Alemania, pero padecerán las
consecuencias del declive general de los mercados mundiales. Europa del sur
(Grecia, España, Portugal e Italia) entrará en depresión a medida que los pagos
masivos de la deuda que se afrontan mediante las agresiones salvajes a los
salarios y las prestaciones sociales reducen la demanda de los consumidores.
El desempleo, que se encuentra en
niveles de depresión, y el subempleo que afecta a un tercio de la fuerza de
trabajo detonarán conflictos sociales que durarán buena parte del año y se
convertirán en levantamientos populares. Con el tiempo la desintegración de la
Unión Europea es inevitable. Se restituirán las monedas nacionales en lugar del
euro, lo que permitiría la devaluación y el proteccionismo. El nacionalismo
estará a la orden del día. Los préstamos concedidos a los países del sur por
los bancos en Alemania, Francia y Suiza serán objeto de grandes pérdidas. Se
necesitarán importantes rescates, lo que polarizará las mayorías que pagan
impuestos y los banqueros en Alemania y Francia. La militancia sindical y el seudo
‘populismo’ derechista (neofascismo) intensificarán las luchas nacionales y de
clases.
Es menos probable que una Europa
polarizada, fragmentada y deprimida se una a una aventura militar
estadounidense inspirada por los sionistas contra Irán (o incluso Siria). Una
Europa acosada por la crisis se opondrá a la actitud de confrontación de
Washington hacia Rusia y China.
Estados Unidos: la recesión vuelve con venganza
La economía estadounidense sufrirá
las consecuencias de su hinchado déficit fiscal y no podrá salir de la recesión
mundial de 2012 mediante el gasto. Tampoco podrá superar el crecimiento
negativo mediante la exportación hacia Asia anteriormente dinámica, porque
China, India y el resto de Asia están perdiendo ímpetu económico. China crecerá
mucho menos que su media de 9%. India decrecerá de 8% a 5% o más. Por otra
parte la política militar de alejamiento del régimen de Obama, su política de
exclusión y proteccionismo excluirá cualquier estímulo nuevo que proceda de
China.
El militarismo agrava la depresión económica
Estados Unidos y el Reino Unido serán
los mayores perdedores en la reconstrucción económica de la posguerra iraquí.
De los proyectos de infraestructura por valor de 186 billones de dólares,
Estados Unidos y el Reino Unido ganarán menos del 5% (Financial Times 16 de
diciembre de 2011). El resultado será parecido en Libia y otros lugares. El
militarismo imperial de Estados Unidos destruye a su adversario, se llena de
deudas para hacerlo y las entidades civiles cosechan los lucrativos contratos
económicos de reconstrucción de la posguerra.
La economía estadounidense se
contraerá en 2012 y un pronunciado incremento del desempleo sustituirá la
“recuperación sin creación de empleo de 2011” . De hecho toda la fuerza de
trabajo se encogerá a medida que la gente que ya no recibe prestaciones por
desempleo deja de inscribirse [como desempleados].
La explotación de la mano de obra
(“productividad”) se intensificará a medida que los capitalistas obligan a los
trabajadores a producir más por menos dinero y de esta manera se ensancha la
brecha salarial entre ingresos y ganancias.
Recortes salvajes en los programas
sociales acompañarán la depresión económica y el aumento del desempleo, con el
objetivo de subvencionar a los bancos y las industrias con problemas
financieros. Los debates entre los partidos versarán sobre cuán grandes han de
ser los recortes para los trabajadores y pensionistas con el fin de procurar la
‘confianza’ de los titulares de bonos. Confrontado con opciones igualmente
limitadas, el electorado reaccionará mediante el rechazo de los cargos
actuales, la abstención o la movilización masiva organizada y espontánea, como
la protesta Occupy Wall Street. El descontento, la hostilidad y la frustración
impregnarán la sociedad. Los demagogos del Partido Demócrata victimizarán a
China; los demagogos del Partido Republicano culparán a los inmigrantes. Los
dos fulminarán a los “fascistas islámicos”, especialmente a Irán.
Nuevas guerras en medio de la crisis: los sionistas
aprietan el gatillo
Los ‘52 presidentes de las
principales organizaciones judías estadounidenses’ y sus seguidores “Israel es
lo primero” en el Congreso, el Departamento de Estado, el Departamento del
Tesoro y el Pentágono fomentarán la guerra con Irán. Si tienen éxito, la consecuencia
será una conflagración regional y la depresión mundial. Dado el éxito del
régimen extremista israelí para conseguir la obediencia ciega del Congreso
estadounidense y la Casa Blanca acerca de sus políticas bélicas, hay que
descartar cualquier duda sobre la posibilidad real de un desenlace
catastrófico.
China: mecanismos compensatorios en 2012
China se enfrentará a la recesión
global de 2012 con varias posibilidades de aminorar sus consecuencias. Pekín
podría producir bienes y servicios para los 700 millones de consumidores
internos que actualmente están fuera del circuito económico. Al aumentar los
salarios, los servicios sociales y la seguridad del medioambiente, China podría
compensar la pérdida de mercados exteriores. El crecimiento económico de China,
que depende fuertemente de la especulación inmobiliaria, se verá afectado
adversamente cuando estalle esta burbuja. Se producirá una fuerte depresión,
bancarrotas municipales y más conflicto social y de clases. Esto podría traer
más represión o una gradual democratización, lo que afectará profundamente a
las relaciones entre el mercado y el Estado. Lo más probable es que la crisis
económica fortalecerá el control estatal del mercado.
Rusia se enfrenta a la crisis
En Rusia la elección del Presidente
Putin conducirá a menos apoyo de los levantamientos y sanciones promovidas por
Estados Unidos contra los aliados y socios comerciales rusos. Putin reforzará
sus vínculos con China y se beneficiará de la desintegración de la UE y el
debilitamiento de la OTAN.
La oposición apoyada por los medios
occidentales utilizará su influencia financiera para erosionar la imagen de
Putin y alentar los boicoteos a la inversión, aunque perderá las elecciones
presidenciales por un margen grande. La recesión mundial debilitará la economía
rusa y la forzará a escoger entre una mayor propiedad pública o una mayor
dependencia de fondos estatales para rescatar a destacados oligarcas.
La transición entre 2011 y 2012: del
estancamiento y la recesión regionales a la crisis mundial
El año 2011 preparó la
infraestructura para la desintegración de la Unión Europea. La crisis empezó
con la defunción del euro, el estancamiento en Estados Unidos y el estallido de
protestas masivas contra las desigualdades obscenas a nivel mundial. Los
acontecimientos de 2011 constituyeron un ensayo general del nuevo año de
guerras comerciales a gran escala entre las grandes potencias, lo que agudizará
las luchas imperialistas y la probabilidad de que las rebeliones populares se
conviertan en revoluciones. Además, el recrudecimiento de la fiebre bélica
orquestada por los sionistas contra Irán en 2011 promete convertirse en la
mayor guerra regional desde el conflicto entre Estados Unidos, India y China.
En 2011, el régimen de Obama anunció
una política de confrontación militar con Rusia y China y otras políticas
destinadas a socavar y degradar el auge de China como poder económico mundial.
Frente a la creciente recesión económica y el declive de los mercados
exteriores, sobre todo en Europa, se desarrollará una importante guerra
comercial. Washington perseguirá con agresividad políticas que limiten las
exportaciones e inversiones chinas. La Casa Blanca incrementará sus esfuerzos
para desestabilizar el comercio e inversiones de China en Asia, África y otros
lugares. Podemos esperar mayores esfuerzos por parte de Estados Unidos para
explotar los conflictos internos étnicos y populares y para incrementar su
presencia militar frente a la costa china. Tampoco se debe descartar una gran
provocación o incidente fabricado dentro de este contexto. En 2012 esto podría
dar lugar a rabiosos llamamientos chovinistas a una nueva y costosa ‘Guerra
Fría’. Obama ha proporcionado el marco y la justificación para una
confrontación a gran escala y largo plazo con China, lo que se interpretará
como un esfuerzo desesperado de apuntalar la influencia estadounidense y las
posiciones estratégicas en Asia. El “cuadrilátero de poder” militar
estadounidense -Estados Unidos, Japón, Australia y Corea del Sur- con el apoyo
satélite de Filipinas, enfrentará los vínculos de mercado de China con la
propaganda militar de Washington.
Europa: más austeridad y lucha de clases
Los programas de austeridad impuestos
en Europa, desde el Reino Unido a Latvia y Europa del sur se afianzarán en 2012.
Despidos masivos en el sector público y menos salarios y empleos en el sector
privado conducirán a un año de lucha de clases y continuos desafíos a los
gobiernos. Las suspensiones de pago acompañarán las ‘políticas de austeridad’
en el sur, lo que dará como resultado quiebras de bancos en Francia y Alemania.
La clase financiera dirigente del Reino Unido, aislada de Europa pero
predominante allí, animará a los conservadores a ‘reprimir’ los disturbios
populares y laborales. Emergerá un nuevo estilo de gobierno autocrático
‘neoThatcher’; la oposición sindical emitirá protestas vacías y tensará la
correa del populacho rebelde. En resumen, las regresivas políticas
socioeconómicas introducidas en 2011 han establecido el escenario para nuevos
regímenes de estados policiales y posibles confrontaciones sangrientas más
intensas con los trabajadores y jóvenes desempleados sin futuro.
Las guerras futuras que pondrán fin a Estados Unidos como
lo conocemos
Dentro de Estados Unidos, Obama ha
puesto los cimientos para una nueva y gran guerra en Oriente Próximo al
concentrar ahora a los soldados que operaban en Iraq y Afganistán contra Irán.
Con el fin de menoscabar a Irán, Washington está desarrollando operaciones
militares y civiles clandestinas contra los aliados iraníes en Siria, Pakistán,
Venezuela y China. La clave de la estrategia bélica de Estados Unidos e Israel
contra Irán es una serie de guerras en estados vecinos, sanciones económicas a
escala mundial, ataques cibernéticos destinados a neutralizar industrias vitales
y asesinatos terroristas clandestinos de científicos y militares. El impulso,
la planificación y la ejecución de las políticas estadounidenses que conducirán
a la guerra con Irán se pueden atribuir empíricamente y sin ninguna duda a la
configuración sionista de poder (CSP) que ocupa posiciones estratégicas en el
gobierno estadounidense, los medios de comunicación de masas y la ‘sociedad
civil’. Un análisis sistemático de los diseñadores de las políticas
estadounidenses que implementan las sanciones económicas en el Congreso
descubrirá los papeles fundamentales que ejercen los ‘megasionistas’ (‘Israel
es lo primero’) Ileana Ros-Lehtinen y Howard Berman; Dennis Ross en la Casa
Blanca , Jeffrey Feltman en el Departamento de Estado y Stuart Levy y su sustituto
David Cohen en el Departamento del Tesoro. La Casa Blanca está totalmente en
deuda con los recaudadores de fondos sionistas y recibe órdenes de los ‘52
presidentes de las principales organizaciones judías estadounidenses’.
La estrategia israelí-sionista es
rodear a Irán, debilitarlo económicamente y atacarlo militarmente. La invasión
de Iraq fue la primera guerra de Estados Unidos realizada para Israel; la
guerra de Libia la segunda; la actual guerra por poderes contra Siria es la
tercera. Estas guerras han destruido o están destruyendo a los adversarios de
Israel. En 2011 las sanciones económicas diseñadas para crear descontento en
Irán fueron las principales armas escogidas. La campaña de sanciones globales
ocupó todas las energías de los principales grupos de presión judío-sionistas.
No han encontrado ninguna oposición en los medios de comunicación de masas, el
Congreso o la Casa Blanca. La CSP no ha recibido prácticamente ninguna crítica
por parte de las revistas, movimientos o grupos socialistas, de izquierdas o
progresistas, salvo pocas insignes excepciones. El traslado de tropas
estadounidenses de Iraq a las fronteras de Irán realizado el año pasado, las
sanciones y el impulso de la Quinta Columna de Israel dentro de Estados Unidos
extendieron la guerra en Oriente Próximo.
Esto seguramente significará una
agresión “sorpresa” aérea y marítima por parte de las fuerzas estadounidenses,
basada en el pretexto de “inminente ataque nuclear” urdido por el Mossad
israelí y fielmente transmitido por la CSP a sus lacayos del Congreso
estadounidense y la Casa Blanca para el consumo mundial. Será una guerra larga,
sangrienta y destructiva para Israel; Estados Unidos costeará los gastos
militares directos y el resto del mundo pagará el carísimo precio económico. La
guerra de Estados Unidos promovida por los sionistas convertirá la recesión de
principios de 2012 en una importante depresión para finales del año y
probablemente provocará levantamientos masivos.
Conclusión
Todo indica que 2012 será un año
decisivo de crisis económica implacable que se extenderá desde Europa y Estados
Unidos a Asia y sus dependencias en África y América Latina. La crisis será
verdaderamente global. Las confrontaciones imperiales y las guerras coloniales
minarán cualquier esfuerzo de atenuar esta crisis. Como respuesta surgirán
movimientos de masas cuyas protestas y rebeliones, esperemos, se transformarán
en revoluciones sociales y la en toma del poder político.