El
Reino Unido exige contratos petroleros por la ayuda militar ofrecida al CNT
libio
“Favoreceremos a nuestros amigos cuando
otorguemos los contratos de explotación de las reservas de petróleo de Libia”,
declaró Nuri Berruien, presidente de la Compañía Nacional de Petróleo de Libia,
en Doha (Qatar), el pasado 13 de noviembre.
Se refería a la compensación que
darían por la ayuda militar prestada por la comunidad internacional, liderada
por Francia y Reino Unido. El 15 de noviembre, los miembros del Gobierno del
Consejo Nacional de Transición libio (CNT) animaron a los inversores británicos
a “aprovechar” las innumerables oportunidades que se presentaban en Libia en
una reunión celebrada en un hotel del centro de Londres.
Según el responsable de la Compañía
Nacional de Petróleo de Libia, “la producción de petróleo libia que actualmente
es de 600.000 barriles diarios -en noviembre- , retornará a los niveles
anteriores al conflicto, unos 1,2millones, al final de 2012″. Libia es el país de mayores
reservas del continente africano y el octavo mundial, con 46.000 millones de
barriles por explotar.
Por su parte, Stephen Green (en la
fotografía), ministro de Comercio británico, lideró en septiembre de 2011 una
delegación de grandes empresas del Reino Unido en Trípoli para reunirse con
ministros del CNT, entre las que se encontraban las petroleras BP y Shell y
multinacionales como Arup y Mott MacDonald, con el propósito de asegurarse la
participación británica en la explotación de crudo y en la reconstrucción del
país.
En relación a las adjudicaciones
preferenciales de nuevos contratos que prometió el Consejo Nacional de
Transición libio y lo que espera el Gobierno británico, el diputado conservador
Daniel Kawczynski, presidente de la comisión parlamentaria británica sobre
Libia, escribió recientemente que el Reino Unido debería ser el primero en
beneficiarse para recuperar los millones de libras gastados en la intervención
militar: “En estos tiempos de dificultad económica, no debería ser pedir
demasiado, a un país de la riqueza y recursos de Libia, que pague su parte de
la cuenta”.
Los recientes acercamientos entre
gobiernos y empresas británicas y francesas con el CNT contrastan con la
retórica inicial de la comunidad internacional, que priorizaba la intervención
en Libia para la protección de civiles, según expresó David Cameron, primer
ministro británico, tanto durante su visita tras la toma de Trípoli en
septiembre como en la cumbre de Londres a finales de marzo del año pasado,
previa a la intervención.
El Reino Unido y Francia lideraron
entonces la adopción de las resoluciones 1970 y 1973 por el Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas, fundamentadas en la nueva doctrina de
intervención humanitaria denominada “Responsabilidad para Proteger”.
La ONU
acordó la imposición de sanciones al Ejecutivo de Libia y habilitó la creación
de una zona de exclusión de vuelos a través de la participación de la OTAN con
el objetivo de “defender al pueblo libio de Gaddafi”.
RNV /
YVKE Mundial