Los republicanos divididos, los ciudadanos
unidos
Amy
Goodman
Democracy
Now!
El resultado de las elecciones
primarias del Partido Republicano en Iowa, que mantuvieron la intriga sobre el
vencedor hasta el final, confirmó dos hechos políticos fundamentales y
prácticamente pasó por alto a un tercero.
En primer lugar, los republicanos no
están muy entusiasmados con ninguno de sus candidatos.
En segundo lugar, hemos
ingresado en una nueva era de las campañas políticas en Estados Unidos luego
del fallo de la Corte Suprema que permitió que un flujo ilimitado y no
declarado de dinero de las empresas se invierta en el proceso electoral. Y en
tercer lugar, debido a que el Presidente Barack Obama atraviesa las elecciones
primarias sin tener contrincantes, se le ha prestado muy poca atención al
creciente descontento de quienes lo llevaron a la presidencia en 2008. Como
consecuencia de esto, el proceso de elección presidencial de 2012 promete ser
largo, reñido, extremadamente caro y quizá el más negativo de la historia.
Mitt Romney técnicamente venció en
las primarias de Iowa por un margen de apenas ocho votos al candidato Rick
Santorum, quien experimentó un reciente aumento de popularidad. Mientras tanto,
el candidato ultra-liberal Ron Paul sorprendió al obtener el 21 por ciento de
los votos, y se ubicó en el tercer lugar de una contienda que involucra a
varios candidatos. Hay que tener en cuenta que el Partido Republicano no
permite realizar un recuento de los votos manuscritos que hayan sido contados
manualmente y que la victoria final de Romney fue anunciada antes que en ningún
otro sitio en la cadena de noticias de derecha Fox News por nada más y nada
menos que el comentarista Karl Rove, el artífice de las dos controvertidas
victorias presidenciales de George W. Bush.
De modo que la enseñanza que puede
concluirse de todo esto es que si bien Willard Mitt Romney se queda con la
fachada de la “eligibilidad”, no puede persuadir a más del 25 por ciento de los
republicanos para que voten por él. El aumento del apoyo a Santorum fue
consecuencia de la combinación de los votos en contra de Romney y el retiro
masivo del apoyo a Newt Gingrich, inspirado por una campaña fulminante de
avisos en contra de Gingrich que se atribuye a Romney.
A pesar de que el equipo de Romney en
Iowa tuvo una estrategia de campaña positiva, un súper Comité de Acción
Política ( PAC , por sus siglas en inglés) que lo apoyó adoptó una estrategia
ofensiva. Según Michael Isikoff de NBC , el comité Restore Our Future
(Restablecer Nuestro Futuro) gastó 2,8 millones de dólares en publicidad en
Iowa, más del doble del dinero gastado por la campaña de Romney, todo para
atacar a Gingrich. Los comités de apoyo pueden recibir donaciones ilimitadas de
parte de empresas o individuos y no tienen la obligación de revelar la
identidad de sus donantes. A pesar de que la ley impide que los súper PAC se
coordinen con las campañas, tres de los fundadores del comité Restore Our
Future, de Romney, trabajaron en su fallida campaña presidencial en 2008. Ellos
son: Carl Forti, Charlie Spies y Larry McCarthy.
La elección primaria de Iowa puede
interpretarse como la primera instancia de una campaña electoral realizada
luego del fallo sin precedentes de la Corte Suprema de enero de 2010 en el caso
Citizens United contra la Comisión Federal Electoral. El blog SCOTUSblog lo
resume de la siguiente manera: la Corte, en fallo dividido, dictaminó que “el
gasto político es una forma de protección de la libertad de expresión en virtud
de la Primera Enmienda, y que el gobierno no debe impedir que las empresas o
sindicatos gasten dinero para apoyar o denunciar a candidatos individuales en
las elecciones”.
Los períodos electorales generalmente
son muy beneficiosos para los canales locales de televisión, que venden tiempo
en el aire a través de los medios de difusión públicos. Sin embargo, las
radiodifusoras de Iowa informaron que habría ganancias menores de las esperadas
debido al número sin precedentes de debates entre candidatos, a través de los
cuales los candidatos tuvieron la oportunidad de presentarse al público
básicamente en forma “gratuita”. La avalancha de publicidades negativas que
sobrevino en las últimas semanas de campaña provocó un aumento de las ganancias
de los canales. Dale Woods, gerente general de un canal de televisión local de
Des Moines, le dijo a la revista Broadcasting & Cable: “Generalmente no
transmitimos campañas negativas aquí, pero he visto cómo ha cambiado esa
dinámica con el dinero de los Comités de Acción Política. Las compras de
espacio publicitario de los candidatos son para publicidades positivas, pero el
dinero de los Comités se usa en campañas negativas. Creo que veremos esa
dinámica en todo el país”.
La industria de la publicidad está
siguiendo de cerca los gastos de campaña. Prevén que el gasto de todas las campañas
juntas alcanzará los 4.000 millones de dólares, si se incluye la campaña
presidencial, al Senado, de Diputados y gobernadores.
Pero aún hay esperanza. Cada vez más
gente reacciona en contra de esta inundación de dinero secreto que está
infectando las elecciones en Estados Unidos. Los legisladores del estado de
California están reclamando una reforma constitucional para revocar el fallo
sobre Citizens United. El Ayuntamiento de la Ciudad de Nueva York aprobó una
resolución similar, haciéndose eco de las medidas aprobadas en Los Angeles,
Oakland, Albany y Boulder, Colorado. La semana pasada, la Corte Suprema de
Montana restableció una prohibición de hace más de 100 años al gasto
empresarial en campañas y candidatos políticos.
El catedrático de derecho de la
Universidad de Harvard, Lawrence Lessig, exige que se realice una convención
constituyente. Según lo define la Constitución de Estados Unidos, 34
legislaturas estatales tendrían que convocar la convención, que podría permitir
una reforma para prohibir que las empresas financien campañas electorales.
Lessig, muy popular entre los progresistas, ha acudido al apoyo del movimiento
conservador de derecha Tea Party. Me dijo “El aspecto interesante desde el
punto de vista político de todo esto es que la gente puede convocar una
convención por cualquier motivo. Ya hay un fuerte movimiento conservador que
presionará para que haya una convención que procure objetivos de presupuesto
equilibrado o para que se limite la deuda nacional. Creo que todas estas propuestas
deben ser consideradas en el marco de una convención.
Sin embargo, creo que,
lamentablemente, la única opción que tenemos para intervenir y arreglar este
sistema corrupto es la opción que nos dieron los padres fundadores del país,
que es que quienes no forman parte de la clase política se organicen para
resolver el problema que hay en Washington”.
Denis Moynihan colaboró en la producción
periodística de esta columna.
© 2011 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps.
Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un
noticiero internacional que se emite diariamente en más de 550 emisoras de
radio y televisión en inglés y en más de 350 en español. Es co-autora del libro
"Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos
extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono
Sur.
Fuente original:
http://www.democracynow.org/es/blog/2012/1/6/los_republicanos_divididos_los_ciudadanos_unidos