Como sigue vigente de tachar de antisemita a todo aquel que cuestiona a Israel (en realidad, la mayoría lo hace en referencia al Estado de Israel y al Sionismo, no al Pueblo Judío) cobra valor este cuento que escuché anoche:
Un
policía bonaerense, de religión y familia judía, se encuentra con un viejo
amigo de la colectividad en momentos en que aumenta la represión en Jerusalem. "Oye
...¿qué piensas de la democracia en Israel?'', le pregunta. Cautelosamente, acostumbrado a la autocensura, el
amigo le responde: "…este…pienso lo mismo que tú''.
El
bonaerense lo mira en silencio, medita y luego le dice: "Bueno, pues
entonces te llevo preso por antisemita''.