martes, enero 17, 2012

Hoy, cumple años Norma Arrostito, la Gaby - Aujourd'hui, Norma Arrostito anniversaire, le Gaby


1940. Nace en Buenos Aires Norma Esther Arrostito.

CUANDO PERON LLAMO A LA GABY

Imagen en un acto en Atlanta, de uno de los mejores cuadros de la JP

En homenaje a la Gaby, a la flaca, un fragmento del libro "Peronismo", de José Pablo Feinmann:
  
La Gaby se ha sentado ante una máquina de escribir. ¿Cuál podría ser? ¿Una Olivetti, una Remington? Supongamos: una Lettera 32. ¿Escribe ella los comunicados o ya estaban escritos? Raro que ya estuviesen escritos. Nadie puede escribir el futuro. O prefigurarlo en comunicados. Probablemente Ramus –es una posibilidad– que ha ido de La Celma a la casa en que está Norma y luego ha regresado. Que se mueve sin que sepamos muy bien por dónde.
Probablemente él sea quien le ha informado el desarrollo de los acontecimientos. Gaby redacta el primer Comunicado o le da forma definitiva al boceto que ya había escrito Fernando. El resultado es lo que sigue:
“Perón Vuelve
Comunicado N° 1
“Al pueblo de la Nación:
Hoy a las 9.30 hs. nuestro Comando procedió a la detención de Pedro Eugenio Aramburu, cumpliendo una orden emanada de nuestra conducción a los fines de someterlo a Juicio Revolucionario.
Sobre Pedro Eugenio Aramburu pesan los cargos de traidor a la patria y al pueblo y asesinato en la persona de veintisiete argentinos.
Actualmente Aramburu significa una carta del régimen que pretende reponerlo en el poder para tratar de burlar una vez más al pueblo con una falsa democracia y legalizar la entrega de nuestra patria.
Oportunamente se darán a conocer las alternativas del juicio y la sentencia dictada. En momentos tan tristes para nuestra Argentina que ve a sus gobernantes rematarla al mejor postor y enriquecerse inmoralmente a costa de la miseria de nuestro pueblo, los Montoneros convocamos a la resistencia armada contra el gobierno gorila y oligarca, siguiendo el ejemplo heroico del general Valle y de todos aquellos que brindaron generosamente su vida por una Patria Libre, Justa y Soberana.
¡Perón o muerte! ¡Viva la Patria!
Comando Juan José Valle
MONTONEROS”


La Gaby se recuesta contra la silla. Repasa el texto. No lo puede creer. Carajo, ¡lo que hicieron!

El despelote que se va a armar en el país. Se van a cagar en las patas cuando en las redacciones del cipayaje periodístico lean ese Comunicado. Se lo van a pasar de mano en mano. No van a saber si es auténtico o no. O peor: si es auténtico, no se van a animar a publicarlo. Y si lo publican será con el culo a cuatro manos.

Arrostito no se equivoca. El Comunicado sacude al país.

Años después, en medio del terror de la dictadura de Videla, otro texto llegará a las redacciones: la Carta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar. No asustó a nadie.

En la revista Gente se la pasaban de mano en mano y se ahogaban de la risa. ¡Mírenlo al loco éste! ¿Quién se cree que es? El solo contra la Junta Militar. Deben estar temblando los Comandantes. Siempre fue un loquito ese irlandés. Ya lo deben haber metido en un horno.
Esa revista estaba llena de “verdugos voluntarios de Videla”.

Se mata de muchas maneras.

Cuando el Ejército necesite fraguar la muerte de Arrostito, en Gente sacarán una tapa que se estudia y se estudiará como un ejemplo impecable de la banalidad del mal.
Está la foto de la Gaby y –cubriéndola parcialmente– un sello burocrático, un sello de oficina estampado con fuerza, con brutalidad. La palabra impresa es: Muerta.


Pero el Comunicado N° 1 de Montoneros estremece a todos.
La cosa es grave.
En Gente acaso hayan repetido una frase dicha años atrás a causa del secuestro de un embajador extranjero en Guatemala: ¿En qué nos tendremos que transformar para sobrevivir?
Exactamente en lo que se transformaron.

Para su desgracia, pocos habrán de averiguarlo tan exhaustivamente como Norma Arrostito.

Después del “aramburazo” se transforma en un mito. De aquí su permanencia excesiva en la ESMA. Su tortura se prolonga porque no quieren matarla. Es un trofeo. La Marina la exhibe con orgullo.
Ellos la tienen. Tienen a la “concha” de los Montoneros. Le dicen así: la concha de los Montoneros.

Hay secretas historias que la atrapan y le otorgan protagonismos sorprendentes.
Que, en 1974, Perón, buscando desarmar la conducción de Montoneros, le dice a Juan Manuel Abal Medina que quiere hablar con ella. Pero, ¿cómo encontrarla? Y también: ¿puede Perón, en 1974, hablar con Norma Arrostito sin que los suyos, ese poderoso círculo nazi-fascista que él fortaleció, se lo impidan?
¿Puede haber algo más loco para ese Perón a meses de morir que hablar con la Gaby?


Un Cuadro, una Mujer

En el libro La significación omitida, Militancia y lucha armada en la Argentina reciente, Omar Basabe y Marisa Sadi se refieren en el siguiente fragmento, a la tergiversación que se ha hecho de la historia de Norma Arrostito:

…Norma Arrostito, a quien se ha denostado con lo que pudieron y con lo que no, también. Norma, "la Gavi" se convirtió sin dudas en la montonera emblemática.

Por lo tanto, había que darle.

Su participación en el aramburazo fue en primera instancia el caballito de batalla con que distintos sectores del poder y los círculos afines a la derecha (incluidos ciertos intelectuales) intentaron destruir su imagen. Pero la real adhesión que el aramburazo despertó en sectores populares y el hecho de que, más allá de adhesiones y desacuerdos, se haya constituído en uno de los episodios políticos más importantes de la época, limitaba las posibilidades de la difamación. Entonces apuntaron sus misiles a esa figura paradigmática de otra manera.

Y a falta de otra cosa, ya que su derrotero fue impecable tanto en la práctica militante como en su actitud como prisionera de la ESMA, su condición femenina que incluía además de juventud, belleza -Norma era una mujer atractiva en todos los sentidos- comenzó a ser utilizada para denostar la memoria de la montonera: había que destruir al paradigma.

Esto no revestiría mayor relevancia si de verdad histórica no se tratara, ya que siempre existieron y existen los mercenarios que intentan borrar todo vestigio del valor de aquel pasado. El problema es que la tergiversación que se ha hecho de la figura de Arrostito atribuyéndole prácticas sexuales desenfrenadas, por ejemplo, o una relación con el contra almirante Chamorro durante su cautiverio, posiblemente por reiterada, ha prendido de tal forma en quienes de una u otra manera abordan su derrotero, que hoy por hoy aparece en textos de índole diversa, representada según esos parámetros donde la intencionalidad manifiesta falta en un todo a la verdad histórica.

En el libro Galimberti - trabajo con pretensiones periodísticas serias- se presenta un diálogo entre Firmenich y Galimberti. donde Arrostito aparece sosteniendo relaciones sexuales con ambos. El nivel de bajeza y liviandad de ese diálogo realmente eriza la piel. Es indignante.
Años después, uno de sus autores confirma en otro trabajo, Fuimos soldados, los mismos prejuicios sobre la condición de mujer que exhibe en el mencionado pasaje de su primer libro, pero de eso me ocuparé más adelante.
En la misma línea aparece la novela El Pepe Firmenich. Ahí la cosa sube de tono cada vez que el texto se detiene en el costado erótico de Arrostito y alcanza su punto máximo cuando, en el marco de supuestas experiencias sexuales de Norma que ella le narra a Firmenich, traspasa todas las fronteras imaginando una escena donde es interceptada en la calle por un violador que la introduce en una obra en construcción sometiéndola a todo lo que la imaginación pueda anotar en el haber de un caso semejante, y más también. Según el relato, ella tenía un arma cargada y en algún momento pensó en usarla… pero no la usa. Queda bien claro, o mejor dicho se pone en boca da Arrostito, que no la usa porque… como le gusta… se deja. Lo hace con otras palabras, desde ya, a lo largo de un supuesto monólogo de Norma que le insume tres páginas (99-101).
Para más datos, es el capítulo 13, Abierta como una flor, título que responde a una parte del supuesto relato de ella, que le cuenta a Firmenich que antes de que el violador la viole, ella ya estaba "mojada y abierta como una flor". Como si fuera poco (hay mucho más, en realidad, muchísimo más), lo que de acuerdo a las torcidas fantasías de Nedich, Arrostito le cuenta a Firmenich, es en realidad lo que le cuenta a Firmenich que le contó a "Fernando". O sea, a su compañero, Fernando Abal Medina, casualmente, otro montonero emblemático., Con este detalle, ignora, entre otras cosas, los valores morales que regían la relación de cualquier pareja montonera. La militancia era un proyecto de vida, habría que explicarle al señor Nedich. Las relaciones entre cuadros o militantes eran precisamente eso, y no relaciones entre reventados al mejor estilo de los personajes de Jorge Asís y sus Flores robadas en los jardines de Quilmes, si bien a veces se imponía el factor humano (fidelidad versus cuernos, esas cosas).

Nedich ha aclarado alguna vez que su libro es una novela, que todo lo que ocurre allí no ocurre en la realidad y otra serie de disparatadas disquisiciones que no conducen absolutamente a ninguna parte ni pueden explicar lo inexplicable. Sin embargo, también ha dicho que antes de largarse a escribir El Pepe Firmenich, su esposa se apareció en la casa portando una enorme pila de documentos y bibliografía histórica sobre el tema.

Es evidente que en la línea de autores como Nedich y Larraquy, entre otros, Norma Arrostito no será la montonera emblemática, el bronce, el modelo de la combatiente dura, comprometida y consecuente hasta el último día de su vida, sino que finalmente pasará a la historia como la atorranta que se acostó con todo el batallón y aún más, como una mujer con tal grado de perversión que es capaz de disfrutar la violación a la que la somete un pervertido roñoso y grande como un camión en medio de la mierda, pudiendo evitar ese ataque sexual.

Es innegable la contribución de este tipo de textos a los intentos por borrar cualquier vestigio de todo aquello, deslegitimando los altísimos valores y objetivos de los militantes de los 70. Es innegable también, que los prejuicios sobre la condición de mujer afloran en este tipo de bibliografía matizados con los ratones que alientan en ciertos varones una velada atracción por el altísimo perfil de la figura femenina más importante de la que fuera considerada la guerrilla urbana también más importante de América Latina y segunda en el mundo.

En cualquier caso y volviendo a Agresti, esa orquestada omisión de la causa, tiene su contrapartida en quienes conocieron a Arrostito durante su militancia y en sus compañeros de cautiverio dentro de la ESMA..."


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