Latinoamérica 2011-2012:
Balance y perspectivas
El
recién terminado 2011 nos ha dejado una fotografía geopolítica de América
Latina bastante estable en lo que respecta a la composición de los bloques en
disputa (exceptuando el previsible viraje peruano), y una dinámica macroeconómica
relativamente exitosa en un contexto de aguda crisis internacional, unido a una
conflictividad recurrente en lo que respecta a las luchas sociales contra
proyectos de corte extractivista, que están siendo administrados ya no sólo por
Ejecutivos de derecha sino también por gobiernos progresistas y de izquierda.
Para
el año entrante, no se prevén cambios bruscos en los ejes citados por lo que
serán dos contiendas electorales las que acapararán la atención de toda la
región e incluso del mundo entero: las elecciones mexicanas de julio y las
presidenciales venezolanas de octubre.
Bloque
‘rosa’ y Mercosur.
El bloque liderado por Brasil y vinculado al Mercado Común
del Sur, probablemente aumentará su radio de acción e influencia a lo largo del
próximo año por dos razones fundamentales. En primer lugar, por la
incorporación definitiva de Venezuela al Mercosur y el acercamiento progresivo
de Ecuador, como lo manifestó su presidente. En segundo lugar, por la apuesta
del nuevo gobierno peruano de alejarse del eje conservador del Pacífico e
insertarse en la lógica funcional al gigante carioca.
Brasil
se caracterizará por un marco de estabilidad tanto política como económica. En
el terreno político, tras un año de mandato, Dilma Rousseff ha demostrado su
habilidad para continuar el modelo lulista y afianzar su liderazgo personal,
con una popularidad cercana al 72%. En el plano económico, Brasil acaba de
convertirse en la sexta economía del mundo superando a Gran Bretaña y con
proyecciones de sobrepasar al Estado Francés en un trienio. La apuesta por el
apoyo estatal a la internacionalización de sus empresas (Vale do Rio Doce,
Odebrecht, Petrobras, etc.) ha sido una decisión estratégica de consecuencias
múltiples: liderazgo económico regional y expansión del ‘sub-imperialismo
brasileño’. De hecho, un buen número de los conflictos sociales y ecológicos en
diferentes países del entorno (Bolivia, Ecuador, Perú, Paraguay…) tendrán como
punto de origen los megaproyectos financiados por Brasil.
La
reciente victoria de Cristina Fernández en las elecciones argentinas con un
apoyo de más del 50% en primera vuelta, superior al cosechado por ella y su
marido en los dos comicios anteriores, evidencian el éxito del ‘kichnerismo’
como el proyecto político hegemónico de la última década.
Las proyecciones de
crecimiento económico por encima del 5% en un contexto de desaceleración
mundial y la prolongación del enfrentamiento con la derecha mediática (Clarín y
La Nación), tras la supresión del control monopólico que estos ejercían sobre
el papel-prensa desde la dictadura, signarán el año entrante.
La
identificación del nuevo gobierno peruano presidido por Ollanta Humala como
potencial integrante del bloque ‘rosa’ es quizás la novedad más destacada en lo
referente a la recomposición de bloques de poder. El reciente conflicto minero en el sur del país que
terminó con la salida de un sector de la izquierda del gobierno y el apoyo de
Humala a las empresas extractivistas es un episodio que seguramente se repetirá
en el futuro. La apuesta del gobierno será utilizar los impuestos de la minería
para financiar los nuevos programas sociales. Este es el marco ideológico en el
que se moverá el Ejecutivo, ni más a la izquierda ni seguramente más a la
derecha.
Paraguay,
por su parte, entrará en el 2012 con una fuerte dinámica preelectoral, con las
primarias del bloque izquierdista (el Frente Guasu) y el Partido Liberal para
elegir a sus candidatos a presidente, tras la imposibilidad legal de la
reelección del actual mandatario, Fernando Lugo. Mientras, tanto, el Partido
Colorado, con su candidato-empresario (acusado de vínculos con el narcotráfico
y el contrabando) Horacio Cartes, continuará preparando el terreno para un
probable regreso al Poder Ejecutivo en 2013.
Bloque
gris. Las luchas estudiantiles del año 2011 han supuesto las primeras fisuras
en el orden neoliberal asfixiante que se sufre en países como Chile y Colombia.
El gobierno de Piñera ha mantenido las políticas derechistas de la Concertación
pero su adscripción simbólica con la dictadura y la extrema derecha, han
facilitado la movilización social, fuertemente neutralizada en los gobiernos
precedentes.
En
Colombia, la habilidad diplomática de Santos ha sido una de las mayores
sorpresas, al romper con la línea uribista de confrontación regional con sus
vecinos. Al interior, ha mantenido y continuará vigente el proyecto
neoliberal-militarista, pero hacia afuera, ha conseguido recomponer las
relaciones con Venezuela y reinstaurar el negocio de los exportadores
colombianos. La apuesta por la recuperación plena de las relaciones con Ecuador
será un asunto de primer orden en 2012. Santos es consciente de que el
capitalismo colombiano no puede quedar fuera del nuevo orden latinoamericano.
Bloque
bolivariano. En el último año se ha evidenciado el desgaste relativo del
Ejecutivo de Rafael Correa en Ecuador. La victoria ajustada en la consulta
popular de mayo de 2011 es uno de los síntomas más relevantes. El otro es la
consolidación de una oposición de izquierda al gobierno articulada alrededor de
la ‘Coordinador Plurinacional’. Para el año entrante se prevé una agudización
de los conflictos socio-ambientales producto de la apuesta gubernamental por
las grandes inversiones en proyectos mineros de notable impacto. Sin embargo,
paralelamente, es innegable que el incremento continuado del gasto en políticas
sociales, educativas y sanitarias va a seguir concitando el apoyo mayoritario
tras el saqueo neoliberal de los últimos veinte años.
El
gobierno boliviano se encuentra también debilitado tras los dos primeros años
del segundo mandato de Evo Morales. Diversos conflictos con algunos sectores de
sus propias bases han jalonado el devenir del actual periodo de gobierno
(imposición de candidatos a municipales de 2010, rebelión de Potosí, gasolinazo
y el más reciente conflicto del TIPNIS, entre otros). La recomposición de
confianzas y de alianzas con grupos estratégicos del movimiento indígena y
social en general será uno de los retos fundamentales del Ejecutivo boliviano.
La dinámica socioeconómica no será un obstáculo para esto, ya que las cifras
son notablemente positivas y parece que seguirán siéndolo. Por un lado, el
índice de desempleo se redujo de un 8% al 5,5% actual. Por otro lado, la
sempiterna debilidad económica de los gobiernos progresistas bolivianos, es
decir, la inflación desmesurada, sigue estando bajo control.
En cuanto a los
ingresos por hidrocarburos, el decreto de nacionalizaciones posibilitó unos ingresos de 2.250
millones de dólares en 2011, más del doble de lo que se hubiera obtenido sin la
nacionalización (950 millones aproximadamente).
Paradójicamente,
el gobierno que más desgaste debería haber sufrido tras trece años de mandato
ininterrumpido se encuentra ahora en franca recuperación. Nos referimos al
Ejecutivo venezolano. El año 2011 ha estado marcado por el cáncer del
presidente y las fatídicas consecuencias de su muerte tanto para la Revolución
Bolivariana como para el proceso de integración latinoamericano. Sin embargo,
su evidente recuperación física viene acompañada de un aumento del apoyo
ciudadano a su figura y a su gobierno. Y este es un asunto clave, teniendo en
cuenta que en octubre de 2012 se celebrarán las elecciones presidenciales. A
día de hoy, el chavismo ha conseguido remontar sus momentos más críticos
(2009-2010) y para finales de 2011 casi todas las proyecciones electorales
otorgan alrededor de un 50% de intención de voto al líder bolivariano, frente a
un raquítico 30% de la derecha unificada.
La
recuperación del chavismo está intrínsecamente relacionada con la creación de nuevos programas sociales
y con la aceleración de la política de nacionalizaciones. La ‘Gran Misión
Vivienda’ está siendo, sin duda, el programa estrella, en un terreno en el que
se había hecho muy poco hasta ahora. La entrega de más de 125.000 viviendas en
2011 y la previsión de entrega de más de 200.000 para 2012, será la carta
estratégica para los comicios presidenciales de octubre.
Centroamérica
y el Caribe. Las elecciones mexicanas serán uno de los eventos más relevantes
del 2012 en toda la región. La posibilidad del regreso del PRI al gobierno
federal es cada vez más factible tras sus éxitos en varios comicios regionales.
La izquierda, finalmente, consiguió nuevamente reunificarse en torno a la
figura carismática de Antonio Manuel López Obrador (AMLO), a pesar de la feroz
resistencia de las elites que controlan el PRD.
De cualquier manera, el
fraccionamiento instigado por las cúpulas ‘perredistas’ deja un lastre difícil
de superar en la larga campaña que tendrá por delante AMLO.
En
Centroamérica, por otro lado, la reelección de Daniel Ortega con más de un 60%
de los votos en las presidenciales de noviembre pasado, evidencian la capacidad
del FSLN de ampliar su base de apoyo (38% en 2006) y facilitan la continuación
de su actual proyecto reformista. En Guatemala, por su parte, la victoria
electoral de un general vinculado a la represión frente a un empresario
ultra-liberal, vuelve a constatar el
éxito de la “política de tierra arrasada” instaurada en el último medio siglo.
Mientras tanto, Honduras será objeto de seguimiento para evaluar la eficacia de
Zelaya como dirigente del Frente Nacional de la Resistencia, en un contexto de
represión salvaje. Desde el Caribe, Cuba seguirá siendo objeto de atención por
sus reformas económicas y quizás migratorias.
CELAC.
En materia geoestratégica, el año 2011 culminó con la celebración de uno de los
eventos más trascendentales de los últimos 50 años: el nacimiento de la CELAC
(Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), institución que de facto
va a sustituir a la OEA, ente impuesto por Estados Unidos en el marco de la
guerra fría para someter a todo el continente.
Su nacimiento en Caracas no es
accidental, ya que evidencia el papel central que ha jugado el presidente
venezolano Hugo Chávez en todo este proceso.
A partir de 2012, la CELAC jugará
un rol estratégico como institución al servicio del proyecto soberano
latinoamericano.
Luismi Uharte. Sociélogo.
Fuente: http://insurgente.org