Córdoba española
y la argentina tienen otro punto en común: Sus Obispos conservadores (¿Opus Dei?)
España: Un obispo de Córdoba se jacta de su discurso 'antifornicación'
Lejos de
arrepentirse o matizar sus palabras, el obispo de Córdoba (Española), Demetrio
Fernández, está "muy contento" por la enorme repercusión mediática
que tuvieron sus palabras en las que llamaba a los jóvenes a huir de la
fornicación o aseguraba que en "algunas escuelas" se incitaba a sus
alumnos a practicarla.
El prelado
sostuvo, interrogado por los periodistas, que su discurso no es más que
"la palabra de Dios" y que por eso "me alegro de que la palabra
de Dios haya llegado a todo el mundo mundial (sic)". Firme pero poco
respetuoso con la prensa, "yo no me escondo", inquirió, Demetrio
Fernández afirmó que su carta pastoral había suscitado "mucho
atractivo".
En su carta
dominical, que se leyó en todas las iglesias de la Diócesis de Córdoba, el
prelado decía que "la incitación a la fornicación es continua en los
medios de comunicación, en el cine, en la televisión, incluso en algunas
escuelas de Secundaria". Además, explicó que "la castidad es la
virtud que educa la sexualidad haciéndola humana y sacándola de su más brutal
animalidad".
Estas
palabras suscitaron una cascada de críticas sobre todo desde la Junta de
Andalucía y su Consejería de Educación, que las consideró fuera de lugar y de
otro tiempo. Pero, esta vez, el obispo fue prudente y no quiso entrar a valorar
"nada" de estas críticas.
Demetrio
Fernández intervino para presentar una nueva carta pastoral. En su enorme
misiva, de 15 páginas, el prelado insta a los cristianos a iniciar una
"nueva evangelización" a través de los Cursillos de Cristiandad. Esta
vez sin conjugar el verbo fornicar, que tan famoso lo ha hecho, el obispo
cordobés anima a los cursillistas a "no estar zarandeados por todo viento
de doctrina, por la moda ideológica o por el espíritu del mundo".
Convertido ya
en uno de los obispos más conservadores de España, Demetrio Fernández también
ha atacado a los movimientos católicos de base y con arraigo social que han
trabajado más en la calle que dentro de las iglesias. "Son grupos que se
han apartado de la práctica de la comunión con los pastores en aras de una
adultez del laico mal entendida. Grupos que no han tenido reparos en adoptar el
análisis marxista en su lectura de la realidad y en su compromiso de acción
[...] dejando progresivamente de ser cristianos". El obispo continúa y
cita a un supuesto maestro del que no dice su nombre para sentenciar: Estos
grupos son "teológicamente protestantes, eclesialmente democraticistas,
socialmente marxistas, moralmente subjetivistas y relativistas, ascéticamente
pelagianos". Y, como si todo lo anterior fuera condenable, concluye:
"Están expuestos a todos los virus de error que pululan en el ambiente y
carecen de defensas propias en su organismo para recuperar la salud. Estos
grupos no tienen futuro".
"Me
alegro de que la palabra de Dios haya llegado a todo el mundo mundial"
Esta no es la
primera polémica que protagoniza el obispo de Córdoba. Nada más aterrizar en la
Diócesis de Córdoba, hace apenas un año, inició una campaña para que los
católicos dejasen de llamar al templo más famoso de la ciudad Mezquita a secas
y optasen por el más cristiano "Catedral" o, como mucho,
"Catedral antigua mezquita aljama".
Firme
defensor del modelo de familia católica, el obispo de Córdoba ha participado y
animado manifestaciones contra le Ley del Aborto, ha defendido a los
"mártires ejecutados solamente por ser cristianos" en la Guerra Civil
y ha llegado a asegurar que la Unesco tenía un plan "para hacer que la
mitad de la población sea homosexual". ¿Sus motivos? Que se estaba implantando
"la ideología de género" en "nuestras escuelas".
Hace una
semana tan sólo, el obispo volvió a la carga y llegó a decir que "los
hijos de una familia como Dios manda crecen más sanos que los que están
repartidos, y no saben de quién son" para criticar el divorcio.
Fuente: Aporrea.org