Un hombre invita a cenar a una hermosa mujer. El
muchacho hace un gran esfuerzo económico y se gasta lo que no tiene para
llevarla a un restorán lujosísimo. Pasa a buscarla con su autito por su casa,
llegan al local; la chica toma el menú y ordena los platos más caros. Le dice
al mozo:
- De entrada voy a querer unos
langostinos en salsa de ostras, y de plato principal la langosta thermidor, por
favor.
Ante este pedido el hombre, que
obviamente no era un caballero, le pregunta:
- Decime, corazón: ¿en tu casa tu mamá
te da estas cosas de comer?
Y la chica responde:
- No, pero a cambio de la cena ella no
espera que le haga sexo oral en el estacionamiento, ni tampoco hacer lo que
quiera con mi cuerpo, como voy a hacer con vos esta noche...
- Eh... ¿qué vas a ordenar de postre,
mi reina?