Una pareja está en plena crisis, y,
tras varias peleas, dejan de hablarse. Luego de varios días de silencio mutuo,
el marido debe viajar al interior por negocios muy temprano a la mañana, y
habitualmente quien lo despierta para esos madrugones es su esposa. Sin
embargo, como no quiere ser el primero en dar el brazo a torcer, escribe en un
papel:
«Despertame mañana a las 5 y media de
la mañana».
Y se va a dormir, confiado en su reloj
de alarma humano. A la mañana siguiente se despierta, mira su reloj y ve con
desesperación que son las 8; obviamente, el avión y el viaje de negocios están
perdidos. Furioso, se levanta de la cama dispuesto a buscar a su mujer y
gritarle su enojo, cuando a su lado, sobre el acolchado, ve un pedazo de papel
que dice:
«Levantate; son las cinco y media de
la mañana».