Una pareja hace un pacto: el que muera
primero hará todo lo posible para informarle al otro (apelando a médiums,
manosantas, etc.) si hay vida después de la muerte. El hombre fallece, tras una
larga vida juntos; la mujer comienza a acudir a cuanto falso santón hay en el
mercado, hasta que un día... ¡milagro! el hombre se comunica con ella. A
continuación la transcripción de ese diálogo de ultratumba:
-¡Josefina, Josefina! ¿Estás ahí?
-Pero... ¿sos vos de verdad, Pedro?
-Sí, mi amor, volví para confirmarte
que... ¡hay reencarnación!
-¡Pero eso es maravilloso, Pedro!...
Y... ¿cómo es, cómo es?
-Mirá, en esta vida me levanto a la
mañana y tengo sexo. Tomo el desayuno y voy al campo de golf donde tengo más
sexo. Después de eso me baño para refrescarme y antes de que se ponga el sol
tengo sexo tres veces más. Almuerzo sólo verduritas (a vos te gustaría eso, que
siempre estabas insistiéndome con los alimentos saludables), y sigo haciendo el
amor el resto del día y de la noche hasta que caigo rendido por el cansancio.
Todo, claro, en el campo de golf...
-Pero Pedro... Me asombra lo que me
contás... ¿Estás en el Cielo?
-No, mi vida: reencarné en un conejo en
Arizona...