viernes, noviembre 09, 2012

Diarios de Hoy: Resumen de la sección política de los principales diarios de Argentina


Las protestas del 8N se ganan la máxima atención en todas las secciones políticas
Como sucedió el 14 de septiembre en la agenda mediática –a raíz del denominado 13S–, las protestas vuelven a protagonizar los espacios centrales de casi todos los matutinos porteños. Concentrados en el impacto de las marchas en Buenos Aires –sobre todo en el Obelisco y en la Plaza de Mayo–, confirman que el 8N fue “masivo” o “multitudinario”, tal como se venía especulando en la previa.
Las coberturas sobre las protestas suman una visibilidad avasalladora, sobre todo en los dos diarios más vendidos del país y en Página/12. Clarín, entre las páginas 3 y 19, despliega el cintillo: “Histórica movilización en todo el país” para desarrollar su extensa sección “Tema del día”. La Nación mantiene el título “8-N” con agregados itinerantes entre las sábanas 8 a 22 de la sección “Política”. “Más de los mismos” reza el ribete que Página/12 edita entre las páginas 2 y 8. Mientras tanto, El Cronista aborda el 8N en las páginas 6, 7, 8 y 23. Ámbito, sólo acentúa las protestas en su plana 8.
Al comienzo de las distintas secciones, todas las crónicas centradas en las marchas de ayer describen que los asistentes comenzaron a llegar a las calles porteñas pasadas las 19. Al mismo tiempo, realzan que no hubo consignas partidarias y que abundaron las banderas celestes y blancas. Coinciden también al aclarar que la concentración de ayer, organizada desde las redes sociales, fue “contra el Gobierno nacional”.
Lo que sí apuntan es la variedad de “reclamos” de los manifestantes. Nicolás Wiñazki registra en Clarín que hubo rechazos contra la supuesta “re-re” presidencial, la corrupción y la “inflación”, y pedidos por el fin de la “inseguridad” y “mejor Justicia”. Dentro del “abanico de reclamos”, La Nación agrega que se pidió “elevar el mínimo no imponible” del impuesto a las Ganancias, “quitar cepo” y recuperar la Fragata Libertad. La “tendencia del ‘arma tu propia pancarta’ daba para todo”, destacan en Página/12, donde particularmente Marta Dillon y Sebastián Abrevaya profundizan sobre las consignas. En tanto, Bernardo Vázquez transcribe en El Cronista los carteles que consideró más “ingeniosos”.
Además del poner el foco exclusivo en la Capital, agregan que también hubo protestas en el Conurbano bonaerense y en las principales capitales provinciales. Clarín, La Nación y El Cronista amplifican también lo que sucedió en el exterior.
Por otro lado, interpretar el impacto del 8N, marcando algunos matices. Los editores de La Nación apuntan en el ristretto de la nota de Nicolás Balinotti que “una protesta tan gigantesca expone al Gobierno a un desafío delicado. Una mala respuesta puede ponerlo en el camino de una crisis política”.
Desde Página, Fernando Ciberia reconoce que “la marcha ganó en masividad, pero perdió algo de sorpresa” y que la de ayer “estuvo entre las protestas más grandes contra el Gobierno de Cristina Fernández”.
Finalmente, La Nación es el único medio que suma un detalle no menor: Cristina Fernández “no fue la única mandataria al que le apuntaron los manifestantes, sino que también hubo “reproches” a la ‘inacción de la oposición’ y al jefe de Gobierno, Mauricio Macri”.

Clarín, La Nación y El Cronista miran la TV
En el prime time de la jornada de ayer, las redes sociales y la televisión jugaron un rol protagónico en lo que se refiere al 8N. Twitter y Facebook se convirtieron en las vedettes del universo digital. Pero la televisión fue uno de los actores claves entre los conocidos medios tradicionales.
Para José Crettaz, en La Nación, “Esta vez, toda la televisión mostró lo que ocurría en las calles”. Adriana Schettini también elogia en Clarín la “amplia cobertura en TV”. Pablo Hecker, en El Cronista, se pronuncia en el mismo sentido que su colega de La Nación al titular: “8N: esta vez, hasta los medios K transmitieron en cadena la protesta”. De todos modos, el periodista del diario salmón se concentra principalmente en lo que sucedió en las redes sociales.
Los dos diarios más vendidos del país realzan la performance de “6,7,8” porque su cronista (por la periodista Cynthia Sánchez), mantuvo constantes idas y vueltas con los manifestantes. Crettaz agrega que la “fórmula” del programa de la TV Pública fue “efectiva” porque alcanzó “picos de 7 puntos de rating”, cuando habitualmente “rara vez supera los 2 puntos”.
Los números del promocionado 8N
Las cifras en torno a la concurrencia, nuevamente vuelven a presentar curiosas diferencias. Clarín, La Nación y Página/12 publican que según la Policía Metropolitana hubo en total “700 mil personas” que se manifestaron en la Ciudad: unas “500 mil” en torno al Obelisco y “más 200 mil” reunidas en las esquinas porteñas. Ámbito cita la misma fuente, pero aclara que la fuerza policial porteña habló de “300 mil” ciudadanos. Por otro lado, el matutino financiero apunta que para los organizadores” hubo “500 mil” y el diario de los Saguier expone una medición “propia” que contabilizó “250 mil entre las 20 y las 21”.
En otro orden, La Nación agrega que “según Canal 26, la Policía Federal hablaba de ‘150 mil personas’”. Al mismo tiempo, anotan que el Gobierno consideró que hubo “entre 70 y 100 mil” personas (Página) o “250 mil” (Ámbito). Clarín añade que para el jefe porteño Mauricio Macri se concentraron “2 millones de personas, aunque sin citar en qué basó sus datos”.

Sin voces oficiales, se fijan en CFK y en la marcha de Olivos
Los diarios dejan en claro que la protesta de ayer fue en “contra” de la gestión de Cristina Fernández, por una amplia variedad de consignas disímiles. De todos modos, aclaran que no hubo referentes del oficialismo que se hayan pronunciando con respecto al 8N. Por lo tanto, y ante la ausencia de esas voces, todos menos Ámbito destacan la agenda presidencial de ayer y lo que fue la concentración frente a la Residencia de Olivos.
En sintonía, apuntan que Cristina Fernández encabezó un acto ayer al mediodía en Ezeiza, donde inauguró el Centro Cultural “Amigo Néstor”. Detectan que se pudo haber referido al 8N cuando declaró: “Aflojar nunca. Ni en los peores momentos, porque en los peores momentos es cuando se conoce a los dirigentes de un país”. Luego, indican que la mandataria se dirigió o “refugió” en la Quinta de Olivos.
Al entrar en detalles, Mariano Obarrio registra en La Nación que la Presidenta “buscó relativizar el impacto”, que buscó “mantenerse activa todo el día” y que “ordenó no confrontar”; Jesica Bossi profundiza sobre “la orden al interior del kirchnerismo”. Guido Braslavsky agrega en Clarín que “Cristina vivió casi en soledad las horas calientes de la mayor protesta contra su gobierno”.
El Cronista añade que la mandataria intentará hoy, “post-cacerolazo”, recuperar la iniciativa de inmediato, con una “segunda audiencia con intendentes”, en el marco del programa de obras municipales. En otro artículo sin firma, Página/12 prioriza la agenda presidencial desde el punto de vista de la gestión.
Nicolás Lantos, en Página, se complementa al anotar que el oficialismo “siguió con atención las protestas” y que desde la Rosada reconocieron que la protesta “fue importante”. Incluso, edita que un “funcionario de Balcarce 50”, anticipó que el Gobierno “no va a contestar puntualmente el reclamo de la marcha”.
Al centrarse en la protesta de manifestantes frente a la Quinta de Olivos, los dos diarios con mayor tirada del país difieren en algunos datos: para Clarín hubo “30 mil” personas, según datos de “fuentes policiales”, y para La Nación, “60 mil” –aunque no especifica su fuente–.
A propósito, Leonardo Mindez considera en el diario fundado por Noble que la concentración de “siete cuadras” fue “un mensaje a Cristina”. Ramiro Pellet Lastra apunta en el diario de los Saguier que la “multitudinaria protesta” de ayer “fue muy superior a otras marchas”.

Atentos a la presencia del PRO en la protesta
Si bien Clarín y La Nación subrayan que “la oposición” mantuvo el “perfil bajo” durante las protestas, los matutinos porteños no obstante señalan la destaca presencia de legisladores y funcionarios del PRO durante la movilización.
Con la firma de Martín Bravo y bajo el título “La oposición mantuvo el perfil bajo y una presencia discreta”, Clarín remarca que los políticos que asistieron “lo hicieron a título personal”, como algunos diputados del PRO, mientras que “Alfonsín y Binner se bajaron”. La Nación, a través de Jaime Rosemberg, coincide con su colega en que “La oposición movilizó, pero mantuvo un bajo perfil”. Así, destaca la presencia de “dirigentes del Pro y del peronismo disidente” en las calles, mientras que “otros partidos (…) no se hicieron ver”.
Con “Opositores en su marcha”, Werner Pertot hace foco en la presencia de los dirigentes del PRO en la protesta, el “partido que más impulsó la protesta”; pero aclara que la Coalición Cívica y el PJ “disidente” también estuvieron en el Obelisco. En El Cronista, Martín Torino se hace eco de “Un reclamo de libertad y justicia en el que solo se vio dirigentes del PRO”.

Los editores y los columnistas analizan hoy el 8-N desde diversos enfoques
Finalmente llegó la tan anunciada protesta del 8-N y los matutinos porteños le reservan sus títulos centrales (excepto Ámbito) y extensas coberturas en sus ediciones de hoy. Entre la gran variedad de ejes periodísticos que atraviesan la “gigantesca” (Clarín) “histórica” (La Nación) ó “masiva” protesta (El Cronista) de “más de los mismos” (Página/12), sobresalen hoy varios artículos de opinión de los principales columnistas.
Clarín arranca desde el espacio “Del editor al lector”, en la página 2, donde el editor general adjunto, Ricardo Roa, propone el artículo “Quien quiera oír, que oiga”. Se sorprende por una “multitud nunca vista”, en la que “todo el mundo fue por sus propios medios” y en la que no se vieron “agresiones a la Presidenta, a diferencia del cacerolazo de septiembre”. Apunta también contra Cristina Kirchner, de quien duda sea “capaz de oír lo que pasó”, porque se hizo “adicta a la irrealidad”. Con “Una protesta que no fue mito urbano”, Eduardo Van der Kooy sostiene que la “imponente protesta popular” tiene el mérito tanto de los organizadores como del Gobierno, que se ocupó de “echarle nafta al fuego” en los días previos. Especula, además, que el “descontento” también puede leerse como “una oportunidad para esa oposición desorientada”.



En otros artículos, Susana Viau considera que fue una “manifestación de gente herida, hastiada, humillada y ofendida”; mientras que Silvina Heguy repara en la “inseguridad e inflación” como los ejes del reclamo que “unió” a distintos sectores que ayer en la Plaza de Mayo. Según Eduardo Aulicino, la protesta tuvo un “mensaje explícitamente político”: “busca poner límites al ejercicio del poder”. 
En La Nación, sobresalen hoy las opiniones de Joaquín Morales Solá y Carlos Pagni desde la portada. Con “Ella, el centro del enojo”, Solá repasa las principales consignas contra la “inseguridad”, la “corrupción”, la “inflación” y la “re-reelección”, entre otros; y advierte que “la situación se coloco entonces en un límite peligroso: la distancia con la política podría definir un clima social marcado por la antipolítica”. Con “Un no al ‘vamos por todo’”, Pagni sentencia que las “concentraciones de anoche tiene, entre sus muchas dimensiones, este impacto: cuestionan a la Presidenta en su estrategia de poder” y, además, coloca al kirchnerismo ante “la encrucijada más difícil: la necesidad de pensar, con la mirada en 2015, el problema de la sucesión”.
Página/12 arranca con la visión de Mario Wainfeld. Con “Apuntes sobre la marcha”, el periodista remarca que a “simple vista” la protesta creció en número, “pero no se enriqueció el espectro social”. Analiza además la “espontaneidad” de las movilizaciones, el rol de los “medios dominantes” y el papel de los dirigentes opositores. Además, le advierte al kirchnerismo que “debería evitar la tentación de confundir la parte con el todo”. Con “Voces de la calle”, Horacio Verbitsky considera que la “abundante manifestación de anoche evidencia la solidez de la democracia”, aunque aclara que “expresa a un sector minoritario pero significativo de la sociedad”. Con “Bienvenidos a la militancia”, Sandra Russo apunta que la “multitudinaria marcha” expresa también que “la oposición no logra generar sus propios consensos ni bajar los egos para dejar surgir un liderazgo”. El director de la Biblioteca Nacional, Horacio González coincide también que, anoche, se manifestó “La multitud abstracta”.
En El Cronista, el subdirector periodístico, Hernán de Goñi, subraya que la “masiva movilización (…) arrastró mensajes disímiles para un único destinatario”, el Gobierno, y por eso “la expectativa ahora está centrada en la reacción oficial”. El jefe de Redacción, Walter Brown, entiende que “No es necesario esperar a las urnas para escuchar los reclamos sociales”.

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