Latinoamérica vive su hora
Sheij
Abdul Karim Paz
Latinoamérica está viviendo
su hora, dicen, al formarse el CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños, dejando afuera por primera vez en la historia a Estados Unidos y
Canadá), los treinta y tres presidentes de Estado reunidos en Caracas, el 2 y 3
de diciembre del presente año (2011).
Latinoamérica vuelve a la
propuesta de Bolívar y otros próceres como San Martín y Artigas por citar solo
algunos, en el siglo de las primeras
independencias contra el dominio imperial español y como un paso trascendente
en la dirección de la segunda independencia, esta vez, frente al imperio sajón.
"O somos una gran patria o no somos nada, o hay una patria para todos o no
habrá patria para nadie", dijo Chávez con mucha razón. "Oportunidad
histórica de convertirnos en protagonistas del mundo ", dijo Cristina
Fernández de Kirchner. "¿Por qué tenemos que discutir nuestros problemas
en Washington?", dijo Correa.
Es cierto que en el seno del
CELAC convive toda una diversidad de gobiernos y tendencias, algunas más proclives
a inclinarse al norte, como Colombia, Méjico, Chile, Guatemala y otras con la
meta de la construcción de un poder sureño independiente, como, Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador,
Nicaragua, Brasil, Uruguay y Argentina.
La necesidad y los intereses
en juego, llevaron a los más reacios a aceptar el desafío de la unión y
someterse a ella finalmente.
Latinoamérica como un todo,
posee, como otras zonas del planeta, puntos fuertes y débiles. Como puntos
fuertes, hay que destacar los enormes recursos naturales, los recursos humanos,
la extensión de su geografía, las posibilidades que se abren para todos si se
intensifican entre estos países sus vínculos comerciales, políticos,
culturales, y si profundizan su desarrollo con independencia y soberanía, sin
las injerencias que han sido tan destructivas y que han sumido a toda la región
en la división, el atraso y la pobreza.
A la hora de mencionar los
puntos fuertes, todos coinciden. Estamos ante el nacimiento de una gran región
que va del sur del rio Bravo a Tierra del Fuego, incluyendo a las Malvinas
Argentinas y a Cuba, históricamente excluida, por los dictados de Norteamérica
la segunda y por lisa usurpación la primera. Ahora la exclusión le cae a quien
más que nadie la merece por sus enormes prontuarios contra los pueblos
latinoamericanos, es decir, la propia Norteamérica y no a otro.
Como recursos extraordinarios
que posee este continente donde se nuclea el CELAC, se menciona al Amazonas, la
mayor reserva verde del planeta, el 27% de agua potable del mundo, la
cordillera de los Andes llenas de minerales, que constituyen con China la gran
reserva mundial en minerales, gran capacidad para producir granos, carnes,
aceites, pesca, alimentos en general. Con acceso a la Antártida y enormes
reservas de petróleo y gas.
Otro punto fuerte, es la
lengua e historia común, el hecho de contar con casi 600 millones de habitantes
y un alto grado de conciencia de la necesidad imperiosa de la unión por un
pasado común de opresión, pillaje y ultraje ante enemigos comunes.
Estados Unidos ha dicho
oficialmente que se reserva la capacidad de actuar unilateralmente si sus
intereses vitales y estratégicos lo requieren. Lo han mostrado en Irak y han
armado un consenso de cinco países (por cierto, una forma nada democrática), para
arrasar con Libia y quedarse con sus fondos financieros, sus recursos
energéticos, su mercado y como no dan puntada sin hilo, también se harán cargo
de su reconstrucción a expensas del pueblo libio "liberado" para que
el negocio cierre por completo.
Cuando, en la actualidad se
habla con insistencia de Siria e Irán como los próximos blancos de la voracidad
de esa minoría poderosa en su versión neocolonialista, Latinoamérica tendría
que profundizar mucho su unión si no quiere sucumbir a la avidez imperial, con
tanta reserva ecológica geoestratégica.
Ali Rodriguez Araque, el
ministro de Energía de Venezuela y futuro secretario general de Unasur en el
año entrante, Dios mediante, dijo que la experiencia de la OPEP, era un buen
antecedente que nos muestra el camino. En su momento, por iniciativa de
Venezuela, Arabia Saudita e Irak, allí por los años setenta, se creó ese
organismo internacional para protegerse de las siete hermanas, las empresas
multinacionales del petróleo que amenazaban con manipular a su antojo el crudo
ajeno, fijando su precio, mantenido por decenas de años en dos dólares el
barril, mientras todos los productos manufacturados por las grandes potencias
con esa materia prima habían subido sus precios en centenas. En los setenta se
crea la OPEP con una diversidad de países y culturas, Ecuador, Nigeria, Irán,
Emiratos, pero con un fin común, protegerse de la depredación de un recurso
vital propio. Por eso, Kissinger, el secretario de Estado norteamericano, declaraba que había que romper esa unión y
Reagan decía que sería ése uno de sus grandes objetivos: "poner de
rodillas a la OPEP". Pero, lo
cierto es que ni uno ni otro pudieron hacerlo.
Latinoamérica no debería
permanecer demasiado confiada en sí misma por varias razones. En las filas de
la CELAC hay países en extremo dependientes de Norteamérica y la exigencia de
estos miembros de reducir las políticas y acuerdos del CELAC nada más que al
consenso y no a los votos por mayoría, hará a esta comunidad muy lenta en sus
avances, y cada minuto perdido es un minuto ganado para los enemigos de este
gran proyecto histórico. Si bien por ahora no hay más remedio para concretar la
anhelada unidad, la lentitud del proceso no puede soslayarse.
Además, tenemos otras
cuestiones negativas a tomar en cuenta que nos mantienen lejos de ser
autosuficientes plenamente por el momento. La pobreza de nuestro continente, el
atraso de una gran porción de nuestra gente, la escasa población en relación a
la extensión del territorio, la enorme deuda externa impuesta a sangre, fuego y
engaño, la falta de vías de comunicación, la falta de un sistema financiero
independiente, la poca infraestructura en comunicaciones con distancias muy
grandes. Faltan aeropuertos, autopistas, rutas, vías férreas. La debilidad en
nuestras fuerzas armadas conjuntas (por lo general entrenadas y adoctrinadas en
Estados Unidos). La falta de unión concreta a la hora de defender nuestros
intereses en el área militar. Malvinas, Granada, fueron ejemplo. La corrupción
de un sistema cultural en degradación como es el que vivimos en Occidente que
nos debilita para los grandes sacrificios que la empresa de la real
independencia requiere.
En el abordaje de algunos
puntos débiles tenemos buenas noticias. La creación del banco del sur estaría
avanzada, ya que los fondos de la región todavía fluyen a los bancos
norteamericanos o europeos como les pasó a muchos de los países de la OPEP, que
colocaron sus ganancias petroleras en los bancos occidentales por lo que no
consolidaron con ello una mayor independencia real.
En Resumen Latinoamericano
leemos, según el informe de Raúl Zubechi, que la Unasur aprobó un importante
proyecto estratégico que comienza a desatar los lazos de dependencia con
Estados Unidos: la creación de un mega-anillo de fibra óptica que hará que las
comunicaciones internas de la región no pasen más por suelo estadunidense. La
decisión de la primera reunión de los 12 ministros de Comunicaciones y
Tecnologías de la Información reunidos en Brasilia el martes 29 es más
importante aún, desde el punto de vista geopolítico, que los proyectos de
infraestructura aprobados por el Cosiplan (Consejo Suramericano de
Infraestructura y Planeamiento) al día siguiente en la misma ciudad.
Hasta ahora, las
comunicaciones de Internet en la región sufren una dependencia casi increíble.
Un mail enviado entre dos ciudades limítrofes de Brasil y Perú, por ejemplo
entre Rio Branco, capital de Acre, y Puerto Maldonado, va hasta Brasilia, sale
por Fortaleza en cable submarino, ingresa a Estados Unidos por Miami, llega a
California para descender por el Pacífico hasta Lima y seguir viaje hasta
Puerto Maldonado, a escasos 300 kilómetros de donde partió. Sobre esta base es
imposible hablar de soberanía y de integración.
El anillo de fibra óptica
tendrá una extensión de 10 mil kilómetros y será gestionado por las empresas
estatales de cada país para que las comunicaciones sean más seguras y baratas.
Para el Ministerio de Comunicaciones de Brasil, que gestó el proyecto, el
anillo disminuye la vulnerabilidad que tenemos en caso de atentados, así como
en cuanto al secreto de los datos oficiales y militares. Hasta hoy, 80 por
ciento del tráfico internacional de datos de América Latina pasa por Estados
Unidos, el doble que Asia y cuatro veces el porcentaje de Europa
El Cosiplan decidió impulsar 31 proyectos de
infraestructura para 2012-2022, con un costo de 14 mil millones de dólares. Los
cuatro más importantes son: corredor ferroviario entre los puertos de Paranagua
(Brasil) y Antofagasta (Chile), con un costo de 3 mil 700 millones de dólares;
carretera Caracas-Bogotá-Buenaventura-Quito, o sea, con salida al Pacífico, con
un costo de 3 mil 350 millones de dólares; ferrocarril bioceánico Santos-Arica,
trecho boliviano, que costará 3 mil 100 millones, y la carretera Callao-La
Oroya-Pucallpa, que costará 2 mil 500 millones de dólares. En su mayor parte
serán financiados por el BNDES de Brasil, pero podrán participar el Bandes de
Venezuela, el Banco de Inversión y Comercio Exterior de Argentina y el regional
Banco del Sur.
Todas estas obras forman
parte del proyecto IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura
Regional Sudamericana).
Hay muchas más novedades en
esta región. La reunión del Consejo de Defensa de la Unasur, realizada en Lima
el 11 de noviembre, acordó 26 acciones en el contexto del plan de acción 2012
para la integración en materia de defensa y la creación de una agencia espacial
regional. Argentina quedó encargada de poner en marcha la fabricación de un
avión de entrenamiento para la formación de pilotos, en cuyo proceso
participarán Ecuador, Venezuela, Perú y Brasil. Cada país fabricará partes que
luego serán ensambladas en un lugar a determinar. Brasil, por su parte, quedó
al frente del proyecto de avión no tripulado para la vigilancia de fronteras.
La región sigue así los pasos
del acuerdo estratégico de defensa suscrito el 5 de septiembre entre Argentina
y Brasil, que se plasma por ahora en la fabricación del carguero militar
KC-390, diseñado por la empresa aeronáutica Embraer, en Brasil, que contará con
piezas fabricadas en Córdoba, Argentina, con una inversión conjunta de mil
millones de dólares, en la fabricación conjunta de vehículos de transporte y
blindados, y la cooperación de las industrias navales y aeroespacial, y en el
área de la ciberdefensa.
Es la primera vez que se
toman este tipo de decisiones en el ex patio trasero de Washington. Además, y
este dato no es menor, el proyecto del anillo de fibra óptica fue pergeñado en
Bogotá por el ministro brasileño Bernardo; María Emma Mejía, la persona
designada por Juan Manuel Santos para presidir la Unasur, y el presidente del
BID, Luis Alberto Moreno, amigo personal del banquero Luis Carlos Sarmiento, el
hombre más rico de Colombia, partidario de firmar un TLC con Brasil y de
asociar las bolsas de valores de ambos países.
Eso puede explicar las
intempestivas declaraciones de Álvaro Uribe contra las buenas relaciones
colombo-venezolanas y el artículo de Roger Noriega en InterAmerican Security Watch,
quien llamó a su país a preparase para una intervención militar en Venezuela,
donde Estados Unidos compra 10 por ciento de su petróleo (9 de noviembre). Es
evidente que el imperio en decadencia no va a contemplar pasivamente cómo
pierde el control de la región sudamericana.
Estamos viviendo en la era de
la globalización del dinero y de los poderosos, más que en la era de una liberación real de los pueblos, como dice
Eduardo Galeano, el ingenioso escritor uruguayo, aunque ya se hacen visibles
los signos del despertar de los pueblos en todo el mundo, gracias a Dios. La
defensa contra la globalización imperial de corte económica y guiada por los
poderosos debe ser también global porque los pueblos poseen el poder del
volumen de su fuerza, más que sofisticadas armas o medios materiales como los
que disponen sus enemigos. La unión de los pueblos que luchan por su liberación
debe reunir a una gran diversidad en Latinoamérica, África, Asia e incluso a
los indignados de Europa y Estados Unidos. Para ello, debe empezarse por no
dejar que sea esa minoría poderosa que manipula, no solo las armas y el dinero,
sino la información, quien nos diga quiénes son nuestros enemigos y quienes
nuestros amigos, quienes nos quieren defender y quienes son una amenaza.
Pues bien, los pueblos del
Medio Oriente en proceso de creciente liberación con Irán a la cabeza no pueden
ser nuestros enemigos o una amenaza porque Estados Unidos o Israel lo digan y
nos lo repitan hasta el hartazgo sus medios monopólicos, los mismos que tildan
a Chávez, nuestro gran artífice de la unidad latinoamericana, de populista y
demagogo. Desgraciadamente, muchos todavía, reconocen la mentira con respecto a
Chávez pero se confunden cuando les hablan de Irán.
Por qué decimos que esta
unión popular mundial es imperiosa y sobre todo con los pueblos musulmanes, con
Irán a la cabeza. Porque la heroica
resistencia que estos están ofreciendo al imperio, es lo que nos está dando la
histórica oportunidad de unirnos sin que Estados Unidos, muy ocupado en las derrotas
que está sufriendo ante esa resistencia, pueda concentrarse en su histórico "patio trasero" y volver
a arruinar nuestros sueños presentes de unidad.
Lejos de ver a Irán como una
amenaza según nos repiten a diario los medios imperiales en nuestros propios
países, los que callan el logro del CELAC y prefieren a la sumisa OEA en el
plano de la integración regional, deberíamos agradecer a Irán y a toda la
resistencia en el Medio Oriente y verlos como la mejor alianza en este camino
de liberación. Ellos están demostrando ser dueños de una fuerza, una convicción
y una moral revolucionaria que puede perfectamente apuntalar nuestros logros en
ese sentido. Ellos han logrado masa popular crítica con la ayuda de Dios y la
fuerza y cohesión que le brinda una fe sólida y una mística viva. Si Marx, con
su propuesta de una filosofía científica viviese debería aceptar el hecho
factico empírico de que la religión profética que profesan los musulmanes en el
Medio Oriente (no la palaciega o imperial), ha despertado y movilizado a las
masas por sus justas reivindicaciones, todo lo contrario al opio paralizante de
la pseudo religión. Como decía Eva Duarte de Perón, "la religión volverá a
tener su prestigio entre los pueblos si sus predicadores la enseñan así: como la
fuerza de rebeldía y de igualdad, no como instrumento de opresión." A eso
denominamos religión profética no imperial.
Ya una vez, en la historia,
más precisamente en la Edad Media, el mundo islámico prestó un gran servicio a
Occidente. Fue cuando le traspasó las ciencias que la sacaron del oscurantismo
y además les traspasó gratuitamente, sin emplearlo como medio de dominación, el
método empírico racional, la llave del progreso de las ciencias experimentales
que fue fundamental para el despegué científico de Europa en su momento. En
aquel entonces, la Iglesia Católica prohibía los estudios clásicos helénicos en
las Universidades de Europa. Lejos de agradecerle, le respondieron con las
cruzadas. Pero, se comprende, los pueblos no gobernaban entonces, eran
manipulados por las castas feudales gobernantes, reyes e Iglesia adicta. No
había internet y no sabían leer ni escribir.
Pero ahora tiene que ser
distinto. Porque esta es la hora de los pueblos. En nuestro caso, en la CELAC
hay gobiernos populares de modo que la respuesta esta vez debería ser
diferente. No deberíamos caer en la trampa de los grandes medios acerca de la
realidad de la resistencia de los pueblos musulmanes en Medio Oriente. ¿Qué sería del CELAC si los Estados Unidos no
tuviera que dirigir su alicaída economía y poderío militar para intentar, en
vano hasta ahora, aplastar la resistencia de estos heroicos pueblos, que les
está volteando todos sus gendarmes enclavados por decenios? La resistencia de
estos pueblos está hundiendo al imperio y la alarma no los hace más que fugar
hacia adelante, aventurándose a la locura del ataque a Siria.
Latinoamericana tiene una
gran tradición de lucha antiimperialista de reconocimiento mundial. Pero será
necesario fortalecerla, reconociendo el gran valor de la lucha de otros pueblos
que los medios de prensa y otros enemigos en nuestras filas tratan de ocultar o
deformar para que crear un sentimiento negativo contra ellos. Con ese fin se
destinan grandes campañas de prensa sobre la supuesta persecución a las mujeres
y el trillado martilleo sobre el terrorismo, como la acusación del atentado a
la AMIA por parte de Irán en la Argentina que nunca se pudo probar. Lo que si
se probó, son un montón de irregularidades para inculpar a Irán. Un absurdo, ya
que Argentina era un gran amigo de Irán, que lo ayudaba en su defensa de la
guerra impuesta por Saddam y con quien desarrollaba intercambios en el área
nuclear. La histeria de Estados Unidos ante el desarrollo nuclear de Irán que
le garantizaría su independencia más allá del petróleo, es lo que ha impulsado
a culpar a Irán de un atentado criminal del cual no tuvo nada que ver como es
sabido por especialistas en explosiones, seguridad, inteligencia, ingenieros,
periodistas, investigadores y mucha gente en general. Hasta el gobierno
argentino lo sabe.
Otra buena razón para
considerar una indispensable alianza global entre los pueblos para que cooperen
en lo científico, tecnológico, cultural, económico, político, militar, lo
brindan las noticias de hoy en Durban, Sudáfrica donde, una vez más, Estados
Unidos anuncia que no está dispuesto a reducir el volumen de gases que su
industria arroja a la atmósfera, siendo el país que más contamina y produce
calentamiento global con todas sus nefastas consecuencias climáticas. Sin
embargo es el único que se niega a firmar y respetar los acuerdos
internacionales. Muy pronto, ya no se tratará de procurar hacerse fuertes para
protegerse de la avidez con respecto a nuestras reservas naturales y
ecológicas, sino que habrá que estar unidos y fuertes para enderezar la locura
de la gran potencia que puede arrastrarnos a todos a un colapso planetario.
Lejos de ser la policía del mundo, como le gusta presentarse a Estados Unidos,
es quien necesita verdaderamente una policía que detenga sus delitos a escala
mundial.
En Latinoamérica, en los
últimos años, los índices son más alentadores. Las estadísticas dicen que las
exportaciones de Latinoamérica, subieron del
2000 al 2009, de 161000 millones en el 2000 a 525000 millones en el
2009. Pero todavía el índice de productos primarios es muy elevados en relación
a los manufacturados, aunque éstos subieron un 68% del 2000 al 2009. Sin
embargo, en su mayoría, con un índice bajo en lo tecnológico, es decir de poco
valor agregado.
La región exportó por un
monto de 518 millones de dólares en el año 2010 e importó por un monto de 449
millones. Se puede incrementar el superávit dicen. Latinoamérica y el Caribe
han incrementado sus reservas financieras en los últimos años, las cuales
superan los 700 mil millones de dólares.Datos de la CEPAL indican que en 1990
la pobreza fue estimada en 48,4 por ciento en el área, mientras que en 2010 se
ubicó en 31,4 por ciento.
En los últimos 20 años la
pobreza extrema (indigencia) varió de 22,6 por ciento a 12,3 por ciento.
Pero también alertó que
Latinoamérica debe estar preparada porque se avecinan "tiempos
difíciles" ya que dada la situación de Estados Unidos y Europa, se espera
una disminución de la llegada de recursos financieros, la disminución de la
inversión, entre otros.
Pese al presente optimismo y
entusiasmo del CELAC, al más poderoso imperialismo global de la historia han de
enfrentarlos los pueblos unidos en una alianza global, ni siquiera nuestra
indispensable alianza latinoamericana y caribeña será suficiente.
En el Medio Oriente, donde el enfrentamiento
es caliente, donde hablan muchas veces las armas, últimamente, directamente las
del imperio porque la resistencia popular ya está haciendo inútiles a sus
gendarmes, esa resistencia islámica está logrando triunfos que son de todos
porque agudizan la crisis terminal del imperialismo global.
No suenan desubicadas las
palabras de las FARC cuando saludan a la CELAC y alertan: "Graves
contingencias amenazan hoy por hoy no sólo el futuro de nuestro continente
adolorido sino a todo el planeta, a la especie humana en su conjunto. La Tierra
nos reclama acciones urgentes para frenar el desastre ambiental, soplan vientos
de guerra nuclear, la economía mundial trastabilla y viejos intereses, en su
exclusivo beneficio, imponen a los pueblos la carga de salvarla. Nunca como
ahora se requiere el protagonismo decisivo de toda esa humanidad silenciada."
Dios traiga paz al mundo y la
igualdad sin la amenaza de los imperialismos.