martes, mayo 29, 2012

A 42 años del Aramburazo, Onganía cómplice y "ajusticiamiento", no crimen _I - Une Aramburazo de 42 ans, complice Ongania et «exécution», et non pas le crime _I


 A 42 años del Aramburazo

Recuperando el valor de las palabras y de algunos hechos:

¿Crimen o ajusticiamiento?

Onganía ¿cómplice?


A cuarenta y dos años del secuestro del General Aramburu. Lo que pasó a ser llamado “el Aramburazo”, acción con la que Montoneros se presentó en sociedad, definió su identidad, adquirió liderazgo y contribuyó a acentuar la crisis del gobierno militar encabezado entonces por el general Juan Carlos Onganía, quien apenas 16 días después de conocida la muerte de Aramburu fue reemplazado por el general Roberto Levingston.
El 29 de mayo no fue una fecha elegida por Montoneros al azar: se festeja la creación del Ejército Argentino, en 1810, que ahora también ha cumplido 200 años. En 1970 se le agregaba una celebración paralela y opuesta: la revuelta, un año antes en Córdoba, de obreros y estudiantes contra el gobierno militar, el Cordobazo.
En la polarización que ha caracterizado la historia argentina, Aramburu resumía lo que un lado amaba o había amado y lo que el otro, proscripto, odiaba. Era un símbolo. La acción de Montoneros, creó un símbolo opuesto.

Montoneros se había propuesto negociar el cadáver de Aramburu a cambio del de Eva Perón, cuya desaparición y entierro en un lugar secreto en Italia había sido realizada cuando Aramburu asumió la conducción de la Revolución Libertadora, que derrocó a Juan Domingo Perón en 1955 y proscribió al peronismo hasta el 11 de marzo de 1973. La intención de Montoneros de mantener oculto el cuerpo en una estancia de la provincia de Buenos Aires, fracasó.
Aramburu había firmado el decreto que dispuso el fusilamiento de militares leales al gobierno peronista en junio de 1956, encabezado por el general Juan José Valle, mientras que en el mismo año, civiles fueron fusilados en Lanús y José León Suárez. Con el Aramburazo, Montoneros -que habían bautizado a su “operación” con el nombre de Pindapoy- también reivindicaron a aquellos muertos ejerciendo “la justicia revolucionaria”, según explicaron en su momento, sugirieron en una carta a Perón el 9 de febrero de 1971 y reiteraron en La Causa Peronista.
Aquella carta a Perón destacó un objetivo que en la primera parte del artículo de La Causa Peronista aparece en tercer lugar: desbaratar un supuesto plan de Aramburu para derrocar a Onganía e instalar un gobierno que integrase a sectores del peronismo. La versión de que ese plan contaba con el consentimiento de Perón, era de tal envergadura que en la carta Montoneros le transmite la preocupación de si “con este hecho estropeamos sus planes políticos inmediatos”. Es por esto mismo que surgió y subsistió la duda sobre si Montoneros no habría sido, en realidad, un grupo vinculado o apoyado por el gobierno de Onganía, que conocía el plan de Aramburu.

Firmenich no estaba cuando Abal Medina mató a Aramburu en el sótano de la casa. “Para él, el jefe debía asumir la mayor responsabilidad.Luego relató el momento culminante:
“General -dijo Fernando- vamos a proceder”.
“Proceda”-, dijo Aramburu.
“Fernando (Abal Medina) disparó la pistola 9 milímetros al pecho, Después hubo dos tiros de gracia, con la misma arma y uno con una 45. Fernando lo tapó con una manta...” . (tomado de http://www.diasdehistoria.com.ar)

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La guerrilla no mata así como hicieron los genocidas. La guerrilla elige.

Rucci por traidor.
Aramburu porque lo fusiló a Valle.
Alonso y Vandor y Coria por sindicalistas corruptos, traidores a la clase obrera.
Hermes Quijada por lo de Trelew.
Todo policía por ser un símbolo del régimen represor.
Mor Roig por ministro del Interior de Lanusse cuando sucedió lo de Trelew, allá, en la Base Almirante Zar.
                                    Todos por algo. De a uno. 

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