Con 27 años de atraso
Dilma anunció quienes integrarán la Comisión de la Verdad en Brasil
La presidente de Brasil, Dilma Roussef, designó las siete personas que integrarán la Comisión de la Verdad que investigará los crímenes cometidos durante la dictadura militar en Brasil.
El grupo estará conformado por José Carlos Dias (ex-ministro da Justicia durante el gobierno de Fernando Henrique Cardozo), Gilson Dipp (ministro del Supremo Tribunal de Justicia y del TSE), Rosa Maria Cardoso da Cunha (ex abogada de Dilma Roussef durante la dictadura militar), Cláudio Fonteles (ex procurador general de la República durante el gobierno Luis Ignacio Lula da Silva), Maria Rita Kehl (psicoanalista y ensayista que trató el papel del monopolio mediático Globo durante la dictadura militar), José Paulo Cavalcanti Filho (abogado y escritor), Paulo Sérgio Pinheiro (actual presidente de la Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU en Síria).
Según las autoridades, las personas fueron elegidas a partir de criterios como “conducta ética y actuación en defensa de los Derechos Humanos” y en supuesto un intento de salvaguardar la imparcialidad de la iniciativa se prescindió de la participación de militantes de partidos políticos, familiares de las víctimas y militares.
La verdad hasta dónde
Hamilton de Souza -editor jefe de la revista Caros Amigos, colaborador del jornal Brasil de Fato y profesor de la PUC de São Paulo-, asegura que “los movimientos de Derechos Humanos y familiares de muertos y desaparecidos, con certeza no quedarán satisfechos con la designación de Dilma Roussef”.
Para el periodista la composición de la Comisión es de inclinación conservadora: “Cuatro de las personas designadas están ligadas principalmente al Gobierno del ex presidente Fernando Henrique Cardoso. Hay una tendencia más cercana a intentar calmar la investigación que a llevarla hasta las últimas consecuencias”, advierte.
Por otra parte, desde el anuncio de la creación de la Comisión en el 2011, eran ya un conocido blanco de críticas, tanto el corto período de investigación como el reducido número de personas que conformarán el grupo: los 7 integrantes tendrán un plazo de 2 años para estudiar documentos públicos, testigos y análisis forenses en relación a las violaciones a los Derechos Humanos durante 42 años (1946-1988).
¿Y la justicia?
La designación de Dilma, ex presa y torturada durante la dictadura militar en Brasil, confirma la ejecución de un proceso de esclarecimiento del pasado en una sociedad que se ubica al final de la lista de países que aún no conocen los crímenes sufridos en el pasado.
Sin embargo hace días, durante el escrache llevado a cabo en el ex centro de detención DOI-CODI de São Paulo, Angela Mendes de Almeida, ex compañera del periodista y militante político desaparecido Luiz Eduardo Merlino, aseguraba que “Brasil quiere ir más allá de la verdad. Hace falta justicia, no es posible que esos torturadores sigan impunes.”
Según Mendes de Almeida, “la violencia ejercida hoy por la policía contra la población, las torturas e incluso desapariciones de cuerpos tienen correlación con los crímenes cometidos por los militares durante la dictadura”.
Su relato coincide con el de un amplío sector de la sociedad brasilera que desde hace más de 27 años reivindica el esclarecimiento de los crímenes llevados a cabo por el Estado durante la dictadura, con una profunda decepción a partir del 2010, cuando el Poder Supremo resolvió proteger la amnistía que hoy impide el enjuiciamiento de los autores de torturas y asesinatos.
Esperanza
Mientras todavía resta la designación de quien presidirá el colegiado, lo cierto es que la Comisión de la Verdad será instalada definitivamente el 16 de mayo durante una ceremonia que promete la presencia de los ex presidentes brasileros José Sarney, Fernando Collor, Fernando Henrique Cardoso y Luiz Inácio Lula da Silva.
Para muchos este puede significar el primer paso para conocer la verdad y acceder finalmente a la justicia reivindicada durante décadas. Por su parte, dada la coyuntura Hamilton de Souza insiste: “esta quizás sea la última oportunidad de Brasil para esclarecer los crímenes de la dictadura.”
Ignacio Lemus