miércoles, mayo 02, 2012

España y su monarquía "bananera" - L'Espagne et sa monarchie "banane"


La monarquía parlamentaria bananera de España


El término “república bananera” originariamente se utilizaba como referencia a una dictadura que apoyaba (a cambio de sobornos) la explotación agraria mediante el monocultivo a gran escala, sin atender a las condiciones de vida de los habitantes del país. 
El término “bananera” se refiere a la generalización del monocultivo del plátano por toda Centroamérica por parte de la United Fruit Company, la cuál ejercía una gran influencia en la región desde finales del siglo XIX hasta los años setenta del siglo pasado mediante el chantaje, la extorsión y el soborno a gobernantes. Después, el término se generalizó para referirse de forma peyorativa a cualquier tipo de sistema político corrupto, inestable, débil y empobrecido que se pliega a los deseos de expolio de los recursos naturales por parte de las multinacionales. Es curioso el uso de la neolengua, últimamente se utiliza el término en caso contrario, es decir, se usa para referirse a países con gobiernos fuertes que deciden recuperar el control de la explotación, y sin embargo, a los países que siguen permitiendo el control de las multinacionales, incluso a costa del bienestar de su población, se les trata de serios, de respetuosos de las leyes internacionales.

Tengo la convicción de que los pueblos tienen todo el derecho a vivir de los recursos naturales de la zona donde habitan, por lo tanto, tienen derecho a exigir que la mayor parte de los beneficios de la explotación de sus recursos naturales por una multinacional repercutan en su país. Es más, tienen todo el derecho del mundo a utilizar y disponer de sus recursos naturales como estimen más oportuno para superar las dificultades que les puedan surgir y en post del interés general. No hace falta irse a Argentina para debatir sobre este extremo, pues en la propia Constitución Española se establece lo siguiente:

Artículo 128.1. Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general.

Por lo tanto, Argentina, representada por su gobierno, tiene todo el derecho a recuperar el control de sus recursos petrolíferos y disponer de ellos como mejor le parezca. Aún así, profundicemos un poco y hablemos del otro extremo, de Repsol.

Repsol actualmente es una multinacional con sede en España. Sin embargo, desde mi punto de vista, no es española, ya que más de la mitad del accionariado es de origen extranjero [1]. Del beneficio que declara a nivel internacional, solamente el 25% lo declara en España a un tipo impositivo por debajo del 30%, el tipo nominal del impuesto de sociedades [2]. El beneficio de toda la empresa solo se reparte fundamentalmente entre los accionistas mientras sus trabajadores ven como sus sueldos como mucho se mantienen respecto al IPC. Por si fuera poco, opera en paraísos fiscales. Repsol ha sido condenada por el Tribunal Permanente de los Pueblos por violar sistemáticamente los derechos de los pueblos indígenas en América Latina y es un agente importante en el calentamiento global [3]. En resumen, Repsol solo busca el beneficio a corto plazo de sus accionistas sin tener en cuenta cualquier otra consideración, son unos buitres expoliadores de recursos naturales.

Concretando en Argentina, Repsol compró YPF en 1999 muy por debajo de su valor, previamente saneada con dinero público argentino y aprovechándose de la crisis de deuda que entonces sufría Argentina. Sí, efectivamente, lo mismo que está ocurriendo en España con las Cajas de Ahorros. Incluso si ahora el gobierno argentino decidiera no pagar nada a Repsol, a Repsol le saldría un saldo positivo de 8.813 millones de dolares con respecto a los 13.158 millones de dolares que pagó por YPF en 1999 [4].

El gobierno español, cuando defiende los intereses de Repsol, está defendiendo los intereses de los accionistas de Repsol, más de la mitad extranjeros. Yo particularmente no tengo acciones de Repsol, que yo sepa el estado español no tiene acciones de Repsol y Repsol no nos deja la gasolina más barata por ser españoles. El gobierno español y buena parte de los medios de comunicación españoles están defendiendo los intereses de una oligarquía española y extranjera, quizá porque ellos mismos son esa oligarquía, o amigos o tienen intereses compartidos.

Es posible que el gobierno argentino de Cristina Kirchner, haciendo uso de cierto populismo, esté recuperando el control de YPF para luego dejarlo en manos de cierta oligarquía argentina cercana a su gobierno, no lo niego, pero esto es un problema que atañe exclusivamente a los argentinos. Son pugnas entre capitalistas en las cuáles los trabajadores españoles no tenemos nada que ver.

Pero para populismo y cortinas de humo, la monarquía parlamentaria bananera de España, un país de “playa, ladrillo, prostitución, drogas, casino, corrupción, elefantes, pelotas de goma, especulación, deudocracia, pandereta” [5], donde el jefe del estado, el rey bananero elegido por el dictador bananero elegido a su vez por la gracia de Dios, se va a matar elefantes a Bostwana y resuelve el asunto con un “lo siento, no volverá a ocurrir” y donde el gobierno bananero, en un país salpicado de corrupción por todas partes, se dedica a defender los intereses de la United Fruit Company de turno alegando que lo hace por el interés general.

Y mientras tanto, en la monarquía parlamentaria bananera de España, se hacinan a los estudiantes en las escuelas, se reducen el número de profesores y se establece el repago en los medicamentos, llegando incluso a establecer que los pensionistas paguen un 10% del precio de los mismos.

La monarquía parlamentaria bananera de España, donde se habla del rey bananero y de la Repsol Banana Company, mientras los trabajadores perdemos nuestro bienestar y empeoramos nuestras condiciones de vida.


Notas:

[1] Algunos datos sobre Repsol, Alberto Garzón Espinosa, Pijus Economicus, http://www.agarzon.net/?p=1794

[2] La nacionalización de YPF, filial de Repsol, por el gobierno de Argentina, Alberto Garzón Espinosa, Pijus Economicus, http://www.agarzon.net/?p=1804

[3] ¿Qué defiende el Gobierno cuando defiende a Repsol?, Ecologistas en Acción, http://anticapitalistas.org/Que-defiende-el-Gobierno-cuando

[4] Ibid.

[5] Tweet de Gonza a su Aire, @gonzaire, https://twitter.com/#!/gonzaire/status/191835663425998848


Fuente: http://laestrategiaglobal.blogspot.com.es/2012/04/la-monarquia-parlamentaria-bananera-de.html
Pedro Luis López Sánchez
La Estrategia Global





Una conversación con Borell

Quedan cuentas por pagar en América Latina


Recuerdo con cierta vaguedad algunos detalles , el tono de la conversación, pero el tema se mantiene preciso, claro. Fue antes de que Josep Borell fuera elegido diputado europeo. Me pareció que, en aquél entonces, esa no era todavía una posibilidad que estuviera considerando. O sea, estamos hablando de los primeros años de este milenio. Las grandes privatizaciones ya se habían dado en América Latina. Empresas españolas habían hecho pingues negocios pero, para quienes nos oponíamos a estos procesos , era evidente que ese no podía ser un modelo de desarrollo, por lo menos para los países latinoamericanos.

Borell había participado en una actividad organizada en “La Catalina”, un a sede que tenía entonces la socialdemocracia costarricense en las montañas de Heredia, a unos 30 km de San José. Financiado por la socialdemocracia alemana, el lugar, en medio de un bosque fresco, era ideal para reuniones y deba tes, alejado del bullicio de la ciudad . Los recursos políticos comenzaron entonces a escasear. Y lo económicos también. Poco después tuvo que ser vendida , cuando la socialdemocracia empezó a perder empuje, cuando la caída del muro y el fin del socialismo en el este europeo parecía enseñar que el mundo tenía un solo rumbo. Las privatizaciones eran su expresión más acabada. Hoy creo que el lugar se transformó en un negocio de las cooperativas , que lo explotan como un hotel . No estoy seguro. Pero no era todavía el caso cuando se dio esa conversación.

Hablábamos de las incursiones del capital español en América Latina, en medio de la vorágine de las privatizaciones. Borell las justificaba. ¿Por qué no, si las empresas estaban en venta? Algo de razón tenía. Pero, desde la perspectiva latinoamericana, ¿qué sentido tenía aquello, qué beneficio nos podía traer deshacernos de los ahorros públicos, sobre todo la s inversiones más rentables, las estratégicas, entregar los negocios a las transnacionales, como si noso tros no pudiéramos desarrollarlo s, como si no nos conviniera mante ner el negocio en nuestra manos?

Pero nada de eso parecía posible. Como si volaran en aire enrarecido, las ideas nacionalistas perdían sustento; por el contrario, la voracidad de las transnacionales se sostenía en los argumentos de una necesaria globalización que parecía dejarnos sin alternativa.

De eso hablamos aquella tarde con Borell. Recuerdo con precisión el final del diálogo. Si las transnacionales españolas se iban a adueñar de esos recursos, si se iban a aprovechar de los precios de liquidación, algún día iban a tener que pagar la cuenta. Se lo di je. Borell me contestó que ya la había n pagado. Recuerdo que me quedó la duda, que no me quedó claro a qué se refería exactamente. En todo caso, le dije, me parece que todavía quedan cuentas que pagar.


Precio de liquidación

Todo esto me viene a la memoria hoy, cuando la presidente argentina , Cristina Fernández, se lo cobra a Brufau , el presidente de Repsol .

Fernández declaró de utilidad pública y sujeto a expropiación el 51% del patrimonio de Yacimientos Petrolíferos Fiscales ( YPF ) , controlada por la española Repsol desde hace más de una década. "La decisión de llevar adelante el proyecto que declara de interés público la explotación de hidroca rburos y la expropiación del 51% de YPF está vinculada con un tema estratégico para la Argentina", afirmó.

YPF era una empresa emblemática, uno de los pilares de la nación. Tenía sentido. Manejaba recursos estratégicos: el petróleo y el gas. En México, también Pemex era un pilar de la construcción de lo nacional. Los mismo en Brasil, con Petrobrás.

En “Sin Permiso” se publicó el lunes pasado el artículo “YPF-Repsol y la guerra de los tahúres”. Vale la pena leerlo.

Ahí se recuerda que “Como bien señaló Gustavo Callejas (ex secretario de Combustibles y animador , junto a Fernando "Pino" Solanas y Félix Herrero, del Grupo Moreno, que dio una batalla consecuente contra las privatizaciones), la renta petrolera permitió en Argentina crear, desde 1934 hasta 1989, toda la infraestructura viaria nacional y provincial, construir la red troncal y expandir las redes domiciliarias de gas. Esos fondos fueron también determinantes para la construcción de todas las represas hidroeléctricas, aportaron a las cajas de previsión y financiaron a otras empresas del Estado ” .

Estas empresas eran fundamentales para las políticas de desarrollo, instrumentos clave de las políticas económicas y el desarrollo tecnológico, fuentes de enormes recursos financieros para el país.

Pero, en determinado momento, todo esto cambió y el Carlos Menem, que la s había defendido contra el intento de vaciarlas, a principios de los 80, se encargó de liquidarla s cuando as u mió el poder, en 1989. “El petróleo y el gas ya no eran más recursos naturales estratégicos, sino que, a causa de la "globalización", del "fin de los Estados-nación (sic)", etc., etc., eran bienes transables, commodities , con un comportamiento en el mercado igual que el maíz, el café, la soja, el azúcar ”.

Consumada la privatización, recuerda el artículo de “Sin permiso” , “ la nómina de personal de YPF pasó de 37.000 a 5.500 trabajadores. Numerosas actividades fueron o tercerizadas o desguazadas ” . De la flota petrolera de YPF , varias naves “fueron ven didas entre los amigos, sin registros contables; y a muchas se las puede hoy ver abandonadas en cementerios flotantes sobre el río Paraná ” .

“ Todo este proceso de privatización de YPF estuvo viciado de ilegalidad desde su origen ” , asegura el atículo . “ Dada la muchedumbre de antecedentes irregulares de la privatización de YPF y del gas (hasta el punto de que se llamó a la bancada parlamentaria a un diputado "trucho", a fin alcanzar el número necesario de votos), resulta ahora cuando menos jocoso escuchar las apelaciones a la "seguridad jurídica". Entre otras aberraciones legales o procedimentales, YPF fue vendida sin tasación previa, según prescribía la Ley ”.


Minas de oro

El artículo cita también otro trabajo, de un grupo conocido como “Economistas de Izquierda” (EDI): “ Repsol se apoderó de YPF cuando el barril que actualmente ronda los 100 dólares sólo costaba 20 y dedicó su gestión a vaciar los pozos ya descubiertos. Giró sistemáticamente utilidades al exterior e invirtió en otras regiones (EEUU, Brasil, México, Caribe, África). Argentina figuró siempre como la principal fuente de ingresos de la compañía y la renta del subsuelo nacional fue destinada a abrir negocios en otras latitudes ” .

YPF representa algo más del 50% de la producción total de hidrocarburos de Repsol y alrededor del 40% de sus reservas. El año pasado cerró con un beneficio de explotación de 1.231 millones de euros, lo que representó el 25% del total de lo obtenido por la empresa española .

No es la única, por supuesto, que ha hecho de América Latina su filón más rico. El Banco Santander, pese a que el año pasado vio caer un 36% sus beneficios en comparación con el año anterior, logró en América Latina más de la mitad de esos ingresos, principalmente en Brasil que, con un 28% casi se equipara con lo obtenido en toda Europa continental (31%).

Telefónica también se entusiasma con sus perspectivas latinoamericanas. “Es la hora de Latinoamérica”, dijo, la semana pasada, el presidente de la empresa en la región, José María Álvarez Pallete. Pallete recordó que “ Telefónica tiene una cuota en el negocio global latinoamericano del 29% ” y aseguró que “ la operadora está en disposición de captar nuevas opor tunidades en todos los negocios”. Un anuncio que coincidió con otros dos: el de un plan de incentivos de 450 millones de euros para sus directivos y la reducción de un 20% de la plantilla en España, lo que representaba algo más de 5.500 empleados.

Transformadas en máquinas succionadoras de riquezas, ese modelo de economía está en el origen mismo de la crisis actual, que no es otro que este proceso concentrador, cuya contrapartida es la tajada cada vez más reducida de esa riqueza que, proporcionalmente, corresponde a la mayoría.


Reacción airada

Ante esta realidad, no sorprende la reacción airada del gobierno español contra la decisión de la presidente argentina, Cristina Fernández.

El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, habló de decisión hostil contra los intereses de Repsol, sin pensar en que se trata más bien de una defensa de los intereses argentinos. Repsol se aprovechó cuando Menem decidió liquidar la empresa. Ahora es difícil que se pueda sorprender cuando otro gobierno argentino decide enderezar lo actuado y defender los intereses del país (de eso hablaba con Borell cuando conversamos aquella tarde en La Catalina).

El ministro de Exteriores español , José Manuel García-Margallo, ha advertido además de que las decisiones de intervenir y nacionalizar la compañía petrolera YPF "rompen el clima de cordialidad y amistad entre Argentina y España". El secretario de Estado para Europa, Méndez de Vigo, ase guró que Argentina se convertiría en un "apestado internacional". El propio presidente del gobierno, Mariano Rajoy, se mostró preocupado por los efectos que la medida tendría para la misma Argentina, mientras buscaba apoyo en América Latina, donde los presidentes de México, Chile y Guatemala expresaban críticas a la decisión argentina. Rajoy aprovechó su visita a México, donde asistió al Foro Económico Mundial, en Puerto Vallarta, para buscar ese apoyo.

El mismo Brufau, que reaccionó con un tono moderado al principio, pidiendo diálogo para resolver la situación, se sumó luego a las voces radicales.

Pero las cosas han cambiado mucho desde aquellos años de la liquidación de los activos públicos latinoamericanos, de los Menem o los Fernando Henrique Cardoso. Hasta el diario “El País”, tan conservador cuando habla de América Latina, reconocía que la región “ ha hablado con una libertad y una convicción de fuerza desusadas”, refiriéndose a la Cumbre de las Américas celebrada recientemente en Colombia.

El mismo diario recogía, en otro artículo, lo siguiente: “En todo caso, una idea de hasta qué punto ha cambiado la situación en los últimos años la da la frase de un portavoz de Moncloa: “El mensaje no es tanto qué puede hacer España por América Latina como qué puede hacer América Latina por España”.

Con el país haciendo agua por todos lados, con un gobierno conservador que pretende salir de la crisis aplicando una receta de austeridad que terminará por hundirlo sin remedio –como advierten economistas de las más diversas tendencias– España no tiene como impedir que América Latina empiece a poner sobre sus pies una economía que las privatizaciones habían puesto de cabeza.

Ha pedido apoyo a Europa y algo logrará. Ha reclamado a Estados Unidos lo que considera una reacción tibia; y busca en América Latina, entre sus gobernantes más conservadores, aliento para pelear.

La culpa es de “La Pasionaria argentina y su cachorro marxista”, como Carlos Sánchez tituló en “El Confidencial” su artículo sobre la decisión de la presidente Cristina Fernández. “El nacionalismo económico ha vuelto a prender en la región, y aunque lo más fácil sea echar la culpa a CFK y aledaños ideológicos, lo cierto es que la diplomacia española debe estar lista para que no le birlen a Repsol las joyas de su corona ”, agregó. Pero advertía: “ El estar listos no significa, sin embargo, sobreactuar ante la opinión pública como ha hecho el ministro Soria, que como un mal actor ha querido aprovechar sus cinco minutos de gloria para lanzar un a soflam a tan desproporcionada como patética ” . Quizás como la suya misma en “El Confidencial”, agrego yo, mientras recuerdo aquella conversa con Borell, una tarde en La Catalina. Es evidente que quedan cuentas por pagar.

 Gilberto Lopes

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