miércoles, mayo 02, 2012

Genocida Videla y el caso Roby Santucho - Videla et le génocide cas Santucho Roby


Videla: “El General Riveros sabe dónde está Santucho”

El ex dictador Jorge Rafael Videla dijo el pasado viernes en sede judicial que “la figura del desaparecido” surgió “espontáneamente” porque resultó “cómoda” para no tener que dar explicaciones, y que el ex comandante de Institutos Militares, el ex general Santiago Omar Riveros, tiene que saber cuál fue el destino del  cuerpo de Mario Roberto Santucho.
Los domicilios de ambos -Videla y Riveros- así como del ex ministro del Interior de Videla, general Albano Hardindeguy, fueron allanados pocas horas después por orden de la jueza Alivias Vence, titular del Juzgado Federal nº 2 en lo Penal de San Martín, quien tramita la megacausa que engloba los delitos de lesa humanidad  cometidos en la guarnición de Campo de Mayo.
Videla había sido convocado a prestar testimonio -no declaración indagatoria-, es decir, con obligación de decir la verdad,  por la doctora Martina Forns, titular del Juzgado Contencioso Administrativo Federal nº 2 de San Martín, en el marco de otra causa, que se tramita en ese juzgado desde los años ’90.
“Se trata de un curioso expediente, emparentado con los ‘juicios de la verdad’, que trata de ubicar por via de la justicia civil los restos Santucho”, informó Pablo Llonto, abogado de Blanca Santucho, hermana de Mario Roberto, quien al momento de morir era secretario general del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y comandante del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).
El ex general Riveros sabe dónde está el cuerpo de Santucho, dijo Videla.Llonto, que presenció la declaración del ex dictador, explicó que pidió que se le tomara declaración testimonial a Videla a raíz de las declaraciones que le había hecho al periodista Ceferino Reato, y que éste publicó en su libro “Disposición final”.
Ante la doctora Forns, y en su segunda declaración después de 14 años, Videla reconoció que fue él, en su caracter de comandante de las Fuerzas Armadas, quien tomó la decisión  de que  no  se conociera “el lugar de destino de los restos (de Santucho) en función de la expectativa que podía generar” ya que no se trataba de “una muerte común”.
“Santucho no era Juan Pérez” y “se decidió no dar a conocer el lugar adónde iban los restos  de Santucho para evitar homenajes en ese momento” porque su muerte “tenía una tremenda connotación política”, añadió en otros tramo de su declaración, que se extendió por espacio de unas tres horas.
A Reato, Videla le había dicho que Santucho “era una persona que generaba expectativas” por lo que “la aparición de ese cuerpo iba a dar lugar a homenajes, a celebraciones. Era una figura que había que opacar”.
Ante preguntas de la doctora Forns, Videla agregó que había compartido su decisión con el general Santiago Omar Riveros, ya que éste era el “encargado de la Zona nº 4″, con base en la guarnición de Campo de Mayo” y que era Riveros quien había ordenado el traslado del cuerpo de “Roby” Santucho al Hospital de Campo de Mayo. Videla dijo que él no estuvo entonces ni en Campo de Mayo ni en el lugar en el que, el 19 de julio de 1976,  fueron abatidos (en un departamento de una torre de Villa Martelli) Santucho y Benito Urteaga (y secuestrados otros guerrilleros que permanecen desaparecidos), en una acción en la que también murió el jefe del pelotón militar, capitán Juan Carlos Leonetti.
Puntualizó que Riveros había estado en ambos sitios, y que en Campo de Mayo hubo muchos oficiales que vieron el cadaver de Santucho. Y que así como Riveros debe saber qué se hizo del cuerpo de Santucho, “tiene que haber alguien más que lo sepa”.
“Riveros formaba el escalón inmediato abajo del comandante en jefe (cargo que retenía el propio Videla) como los comandantes de cuerpo”, precisó Videla en respuesta a preguntas de la magistrada.
Y explicó que, para la represión, el país había sido dividido en zonas a cargo de los comandantes de los cuerpos de Ejército, pero que “dada la densidad de la Zona 1″ que comprendía “La Pampa y la Provincia de Buenos Aires”, se creó “una Zona 4 bajo la responsabilidad del Comando de Institutos Militares” a cargo de Riveros, quien “tenía las mismas responsabilidades” que aquellos.
Videla precisó que la Zona 4 era “el Gran Buenos Aires norte” y dijo que la iniciativa de establecer un “Museo de la subversión” en Campo de Mayo fue de Riveros,  y que él nunca lo visitó.
También ante preguntas de la doctora Forns, Videla confirmó que el general Carlos Martínez era entonces el “J2″ (Jefe de Inteligencia) del Estado  Mayor del Ejército, y que el secretario general de la Presidencia eras el general Rogelio Villarreal. Y admitió que posiblemente se haya enterado de la muerte de Santucho por boca de ambos.
Videla insistió en que los desaparecidos fueron menos que los que contabilizan los organismos de Derechos Humanos y en defensa de su hipótesis puntualizó que “Graciela Fernández Meijide habla de 8.500″.
Y en tren de justificar los asesinatos clandestinos dijo que “era difícil pensar que tantas personas podrían ser juzgadas, y que la Justicia estaba asustada por la persecución que sufrieron los jueces de la Cámara Federal”, motivo por el que “salió así, espontáneamente, que la figura del desaparecido era la que se tenía que usar porque era una ‘figura cómoda’”.
Videla pidió expresamente que la expresión “figura cómoda” fuera transcripta entre comillas. “Acaso haya querido decir que le resultó funcional”, comentó Llonto.
El ex dictador confirmó que hubo una lista de desaparecidos elaborada por el Ministerio del Interior, pero dijo que era “muy defectuosa” porque era “global” e incluía hasta a “un borracho que se murió en la vía pública” y que también hubo otras que “no se publicaron porque hubo un desacuerdo entre las fuerzas y además porque no era conveniente publicar las listas con errores porque generaba mayor desconcierto”.
Señaló seguidamente Videla que aunque “se sabía que las personas que estaban desaparecidas pasados dos años era obvio que estaban muertas, pero no el destino de sus restos”;  ya que que en dichas “listas de desaparecidos nunca se hablaba del destino de los mismos, eso es lo que nunca se ha dado a conocer”.
En lo que parece indicar un drástico cambio de opinión en su postura inicial de no colaborar con la justicia Videla y una invitación tácita a que otros militares lo imiten, señaló que  “no es fácil cumplir con esta obligación moral (de precisar el destino de los desaparecidos) por la forma tabicada en que se procedía”.
“En algunos casos no hay rastros” y la información “no puede publicarse a medias”, explicó. Y agregó que “una lista que mereciera fe por lo equilibrada es hoy muy difícil”, de hacer. (Télam)

Fuente:http://pajarosalinas.blogspot.com.ar/

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