Un hombre entra a un bar con un elegante bastón de malaca y arrastrando del extremo de una correa a un enorme cocodrilo.
El encargado del local, horrorizado, lo para y le dice:
El encargado del local, horrorizado, lo para y le dice:
- ¡Epa, amigo! ¿Está loco? ¿Cómo se le ocurre querer ingresar a este establecimiento con semejante bestia?
El hombre, sin perder la calma, lo mira y responde:
- Pero mire que el animalito hace un truco espectacular... ¿quiere ver?
Y sin aguardar respuesta saca su miembro viril, lo introduce en las fauces del reptil y comienza a darle bastonazos en la cabeza. Al cabo de un minuto que a los parroquianos les parece una eternidad, vuelve a colocar -intacto- su miembro en sus pantalones. Después, mira a su alrededor y pregunta:
- ¿Hay alguien que quiera probar?
Y una señora mayor, desde el fondo del local, responde con una vocecita casi inaudible:
- ¡Yo, yo! ¡Pero no hace falta que me pegue con el bastón!