sábado, mayo 12, 2012

YPF: Florencia Peña y La recuperación del control - YPF: Florencia Peña et la récupération de contrôle

Energía soberana I

La recuperación del control de YPF es sólo un aspecto de este proyecto mucho más amplio, que tendrá consecuencias profundas en los próximos años. Porque nuestra YPF supo ser un articulador del territorio.
        
Florencia Peña

El 16 de abril recibimos la noticia del año y será recordado como un día histórico: nuestra presidenta convocó a una conferencia en el Salón de las Mujeres Argentinas, donde se leyó el proyecto de ley de soberanía hidrocarburífera. Esto es, el gobierno nacional anunció que había resuelto declarar de interés público el autoabastecimiento de combustibles, intervenir YPF, y estaba enviando al Congreso un proyecto para expropiar el 51% de las acciones de la compañía en manos de la española Repsol (que poseía el 57%). Y antes de seguir escribiendo me paro para aplaudir.

El domingo, Cristina había vuelto rapidísimo de una Cumbre de las Américas con pocos acuerdos y de un encuentro muy positivo con Obama. Y para arrancar la semana, al mediodía sacudió al país con esta excelente noticia. Otro hito dentro del proceso que arrancó en 2003. Algo comparable con sacarse de encima al FMI o con recuperar el sistema previsional, medidas que en su momento fueron criticadas ferozmente por el establishment económico pero resultaron en pilares de estos nueve años de crecimiento constante.
Los argumentos fueron contundentes: desde que Repsol entró a YPF en 1998, la producción se redujo a la mitad. Y el año pasado tuvimos un déficit comercial de 3000 millones de dólares por tener que importar petróleo y gas (9000 millones), cuando lo tenemos debajo de nuestro pies. “Paradójicamente” pese a que redujo las reservas y la producción, Repsol no perdió plata: al contrario, giró al exterior 13 mil millones de dólares. Los que estábamos perdiendo guita éramos nosotros, los 40 millones que habitamos este suelo.
Más allá del revuelo mediático que se generó, la ley busca declarar de interés el autoabastecimiento, para “garantizar el desarrollo económico con equidad social, la creación de empleo, el incremento de la competitividad” y el “crecimiento equitativo y sustentable de las distintas provincias y regiones”. Es un proyecto que apunta a fortalecer nuestra soberanía, en este caso, el control del petróleo y el gas, que no son solamente nafta y garrafas: la energía es como la sangre del país, abarca el suministro eléctrico de hogares e industrias, los transportes (terrestre, aéreos y por agua), y afecta los costos de toda la economía, nuestra vida cotidiana. Como dijo la presidenta, éramos el único país de América Latina que no manejaba sus recursos energéticos.
También es un paso fundamental para poner fin a la depredación de los recursos por empresas que sólo buscan el rédito económico, pero no comparten los objetivos estratégicos de crecimiento del país, y muchas veces atentan contra eso.

La recuperación del control de YPF es sólo un aspecto de este proyecto mucho más amplio, que tendrá consecuencias profundas en los próximos años. Porque nuestra YPF supo ser un articulador del territorio. Una empresa nacida con espíritu soberano con el General Mosconi. Y que siguió ese destino con Yrigoyen y Perón. Un modelo de integración y pertenencia, que conectaba de Salta a Santa Cruz. Que hacía extender el tendido ferroviario, y fundaba pueblos.
Es destacable que de las acciones expropiadas el 26% quedan a cargo del Estado nacional y el 25% de las provincias que integran la Ofephi, pero pactando que deberán votar de la misma forma, lo que garantiza que no se disocien. Además se crea el Consejo Federal de Hidrocarburos integrado por representantes de los ministerios de Economía, Planificación, Trabajo e Industria, y de todas las provincias. Y se dispone que, si en un futuro remoto (cuesta imaginarlo porque el pueblo madura), volviéramos a tener un gobierno entreguista que quisiera vender nuevamente las acciones, debería conseguir dos tercios de los votos en el Congreso.
Luego del anuncio, cosas del mundo hiperconectado, entre las primeras voces que inundaron los medios, nos llegaron las reacciones de la empresa, del gobierno español, de algunos de sus aliados ultraliberales, fieles al FMI, y sus servidores de uno y otro lado del Atlántico. Los primeros tonitos fueron de amenaza. Brufau, capo de Repsol, salió cocorito a decir que era un atropello, ilícito, discriminatorio, que nos íbamos a arrepentir. Después bajó un cambio y amagó con querer negociar, y por último salió a instalar una cifra. “Tá bien, dame 10 mil millones.” Pero cuando le aclararon que el precio no lo ponía él, volvió a cabrearse y a citar la remanida “seguridad jurídica” y la “desconfianza de los inversores”. Pues, hombre, punto 1: esto ya no es un virreinato y todo está perfectamente en el marco de las leyes, de Argentina, ¡joder! Y punto 2: parece que los inversores no están muy desalentados: todo lo contrario, ya hay firmas chinas, francesas, estadounidenses, y latinoamericanas interesadas en participar.
Rajoy, que hace unos años decía que un país que entregaba su petróleo era de quinta (¿seríamos su quintita?), y varios miembros de su despiadado gobierno también dijeron barbaridades. Por ejemplo, que “cualquier gesto de hostilidad en contra de una empresa española es un gesto de hostilidad contra España”. Son consecuentes: defender a España es cuidar a un grupo de empresas transnacionales de origen ibérico, y a los bancos alemanes y al FMI, y por eso van ajuste tras ajuste, recortando empleos, educación, salud, aumentando la edad jubilatoria y borrando conquistas laborales a los trabajadores. 



El Rey podría haber aportado su prepotencia pero justo esta semana lo engancharon de trampa, vendiendo safaris y cazando elefantes en Boswana (¡¡¡miembro de honor de Vida Silvestre!!!), así que anduvo bajo perfil. Pero es otro claro ejemplo de un mundo en decadencia y de la perversión y cinismo de los valores del libre mercado, y del colonialismo económico y cultural.

http://tiempo.infonews.com/2012/04/22/editorial-73718-energia-soberana-i.php

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