lunes, agosto 27, 2012

Discurso textual para leer y coleccionar: @MashiRafael en la reunión de la Cepal - Discours textuel pour lire et collecter: @MashiRafael lors de la réunion de la CEPAL


Quito, 4 de julio de 2012

Discurso para leer y coleccionar: del Presidente de la República del Ecuador, Rafael Correa Delgado en la reunión del Comité Especial de la CEPAL sobre Población y Desarrollo

Queridas compañeras, queridos compañeros:

Primero un gran abrazo a todas y a todos. Sinceramente no   vengo  la  mayor parte  de las veces a  esta clase de eventos, la  agenda presidencial  es  extremadamente  intensa,  pero me di tiempo para poder participar con  ustedes, tener la  alegría, el  honor de estar  con   ustedes en un  evento tan importante, pero sobre todo por    tratarse   de  una    organización   a   la   que queremos   profundamente,   a    la    que   todos aquellos   que   tenemos    algo     de   formación económica desde los  70-80 la llevamos muy  en el  interior, es parte de nuestra formación profesional,  y  me  refiero  a  la  Comisión Económica Para  América Latina, que, con  sus muchísimos aciertos  y  probablemente  también muchos desaciertos, errores, es parte  de esto que estamos  construyendo hoy   en día  algunos movimientos políticos, algunos centros de pensamiento, algunos gobiernos en ejercicio a través de Secretarías, como la Secretaría de Planificación  del  Ecuador; aparte  de  esto,  que hemos  llamado el  Socialismo  del  Siglo   XXI, del Buen Vivir,  esa escuela estructuralista  cepalina con    gente   tan   brillante  como  Raúl   Prebisch, Zingel,  Sunkel, aquí  nuestro  Germánico Salgado, fue el  más claro intento en toda la  historia de América Latina, hasta ese momento, de pensamiento propio.

Les insisto,  con  aciertos y errores, pero aunque sea  eran nuestros  errores, no   los   errores  que nos mandaban desde el  exterior, como sucedió en  la   larga  y   triste  noche  neoliberal   con    el Consenso de Washington, consenso en que, para vergüenza de los  latinoamericanos, no  participó ningún latinoamericano; pero, así eran las burocracias internacionales que en  Washington se pusieron de acuerdo sobre lo  que creían era la  solución  a  todos  nuestros  males y  a  eso  le llamaron   consenso;    y    en   función   de   eso dirigimos las  últimas  dos  décadas  las  políticas sociales,  económicas  en  nuestra  América con desastrosos resultados.

Pero más allá  de esto, una  de las mayores crisis fue la crisis  de pensamiento, ni siquiera nos atrevimos   a    pensar   por     nosotros   mismos. Gracias  a   Dios   eso  está  siendo  superado  y estamos seguros, que ahí  la CEPAL tendrá nuevamente ese rol  preponderante que tuvo en la época de post guerra.

Y ya  se enuncia así  al priorizar  el  interés público sobre  lo   privado, ejemplo: transporte   público sobre transporte  privado. Hemos puesto restricciones a la importación de vehículos, pues las  importaciones  de  vehículos se  nos  habían disparado, creando  un   problema en  la  balanza comercial;   además   consumen   gasolina subsidiada, lo  cual   cuesta  miles de millones de dólares al erario público, consumen llantas importadas,  congestionan  las ciudades; aquí   en Quito, hay  cerca de cuatrocientos mil vehículos, uno  de los  problemas de la ciudad es el congestionamiento,  crean peligro para la  salud, smog; pusimos restricciones,  y  en respuesta el profundo análisis fue que esa no  era la solución, porque  estamos   impidiendo el   sueño  de  las familias  ecuatorianas   de   cada   una    tener  un carro, sino que la  s olu ci ó n  e s q ue   te ne m o s qu e  c on s t r u ir   má s  v ía s ,  entonces, con   ese criterio,   Quito   tendrá    que    aguantar    unos cuatrocientos mil  carros  adicionales, lo  cual   es absolutamente imposible.

Bueno,  queridas  amigas  y  amigos  de  Nuestra América:
Bienvenidas,  bienvenidos   a   esta   región  de  la Patria Grande, tierra de cóndores y  de colibríes; bienvenidos a  este país   (para aquellos que nos visitan desde  el  extranjero),  pequeño en extensión, unos 270  mil  kilómetros  cuadrados de  Sudamérica Latina,  de  habla  portuguesa  y española, somos el  segundo país   más pequeño (solo  Uruguay es  más  pequeño  que  Ecuador), pero somos el  país  megadiverso más compacto del  mundo, tenemos  cosas  que  nadie tiene  o muy    pocos  países  tienen,  como  por   ejemplo grupos en aislamiento voluntario, y  es pequeño en  extensión, pero es enorme en sueños y esperanzas.



Bienvenidos   a   la   mitad  del   mundo,  ojalá    lo puedan  visitar,  el  monumento,  la  línea equinoccial, los  experimentos que se hacen ahí: si  se ponen a  un  lado  de la línea el  agua gira  en una  dirección cuando destapan  algún recipiente y del otro lado  de la línea gira  del otro lado, y en la   mitad  exacta   cae  vertical   el   agua,  muy interesante.  Bienvenidos a  la  mitad del  mundo, en donde el  sol cae  tan  perpendicular que no produce sombra. También se pueden casar en la Capilla  de la  Mitad  del  Mundo, la  novia del  lado del  hemisferio norte y  el  novio en el  hemisferio sur. Nuestras  montañas,  coronadas con   nieves eternas son las más cercanas al sol por  estar en la   línea  equinoccial,   y   esto  también  en  muy pocos países se encuentra, países que están en la línea ecuatorial normalmente son de clima tórrido,  aquí   pueden  recorrer  20  kilómetros y encontrar el  Cayambe, prácticamente en la línea ecuatorial, pero con  nieves eternas.
Frente a  las costas  del  Ecuador continental  se encuentran  las Islas Encantadas,  las Islas Galápagos, donde Charles Darwin  sustentó su Teoría de  la  Evolución de  las  Especies,  donde nos acaba de fallecer el  último individuo de una especie  de  tortugas  de  la   Isla   Pinta,  que  se llamaba “El Solitario George”. Hicimos todo lo posible por   salvarlo,  por   reproducirlo, pero  fue imposible,  y   cada  vez  que  se  extingue  una especie  es  una    tragedia   para  la   humanidad entera. Ojalá  reflexionemos sobre la gravedad de estas   cosas.  ¿Por  qué  se  extinguió? Porque hasta   antes   de  que  Galápagos sea   parque nacional, pues,  se  depredaban  libremente toda esa  clase  de  especies,  básicamente  las galápagos.
Y nuestra selva amazónica, forma parte del  más grande   pulmón   del    planeta;   allí    se   puede encontrar, en tan solo una  hectárea de terreno, más especies de árboles que en toda  América del Norte.

En   este  fascinante país    vivimos  más de  14 millones de  seres  humanos, entre  ellos 14 nacionalidades indígenas, afrodescendientes, montubios  de   la    costa,   cholos,  los    hemos llamado “pueblos ancestrales”,  todos  herederos de culturas milenarias, con   muchas lenguas aborígenes, inmensos saberes ancestrales, por  lo que  Ecuador,  con    su  nueva  Constitución  de 2008,  fue declarado país  plurinacional y multicultural. Gente hermosa y única, con  todos los  colores en la  piel,  con   el alma   abierta a  las hermanas, a los  hermanos de la tierra. Un abrazo interminable del Ecuador, el país  de la mitad del mundo. Mi Patria morena, que tiene los  sueños tan  altos como el  vuelo  del  cóndor  andino, el ave voladora más grande del  planeta,  y la magia y  la  fascinación del  diminuto  picaflor o  quinde, como  lo   llamamos  aquí   en  Ecuador,  el  único pájaro  del  mundo  con    la   capacidad  de  volar hacia atrás; las ciudadanas y los  ciudadanos que trabajan  día   a   día   para  levantar  el  sol,  para construir  la  Patria  que  soñamos  y  que merecemos,  les reciben con   cariño, les  dan   la bienvenida, y  les invitan a  sentirse como en su casa y  ojalá   tengan tiempo de visitar este  país que realmente es un  país  único, un  país maravilloso… y  con  un  gobierno bastante simpático.

Queridas amigas, queridos amigos:
En septiembre de 1994, en la ciudad de El Cairo, 179   gobiernos  aprobaron  un    Programa   de Acción en  materia  de  población  y   desarrollo. Como  lo señala el propio documento de la Conferencia, el foco de atención dejó de ser la cantidad de personas y  pasaron a  considerarse la s   c on dic ion es   de     v ida    de     los     s er es hum ano s:      es    evidente,    detrás     de    los comportamientos demográficos están realidades económicas, sociales, culturales específicas. Son los  grupos sociales y  territorios más pobres los que  registran  problemas de  sobre  mortalidad, elevada  fecundidad  y   una    alta  propensión a migrar. Modificar estos  patrones  implica   actuar sobre sus causas fundamentales: la  pobreza,  la exclusión, la inequidad.
En  Cairo-94, los  países asistentes  se comprometieron   a    reducir   la    pobreza   y    a erradicar  la   extrema  pobreza  o   indigencia; a mejorar las relaciones entre  hombres y  mujeres y   la   condición  social   y   económica  de  estas últimas;  a   garantizar  la   salud  y   bienestar  de niños,  niñas,   jóvenes   y   adultos  mayores;  a fomentar una  distribución equilibrada de la población en el  territorio; a  garantizar el  acceso de la  población a  los  servicios que le  permitan ejercer sus derechos reproductivos; a mejorar el acceso  y   calidad  de  la   educación.  Se comprometieron a construir un mundo menos inequitativo y  desigual,  con   una   población  que tuviese acceso a los servicios socialmente necesarios.

Después de 18 años es claro que no  todos  los compromisos -y diríamos la mayoría de compromisos- no  se han  cumplido.
En   mayor  o   menor  grado,  la   desigualdad,   la pobreza y la inequidad siguen vigentes, América Latina  sigue  siendo  la  región  más  inequitativa del  planeta y  sigue teniendo  pobreza  extrema, pese a ser tal vez la región más rica  en recursos naturales  de   todo   el   planeta.   Y   es   tarea fundamental  de nuestros  gobiernos, impulsar y fortalecer las políticas públicas tendientes a eliminar   las   barreras    que    impiden   que    la población acceda igualitariamente a  servicios de calidad y al bienestar.
Y este es un  imperativo moral, a  diferencia del hambre en otras  épocas de la  humanidad, que era  fruto  de  limitación de  recursos,  escasa productividad, factores  externos como sequías, etcétera,  ahora ese  hambre, esa  pobreza,  es fruto de sistemas perversos.
La  humanidad tiene  los   recursos  para eliminar mañana  mismo  la   pobreza  extrema,  Ecuador tiene los   recursos  para  aquello. El  ingreso  per cápita por  año  en Ecuador será unos cuatro mil dólares, la  familia  tipo (cinco miembros) veinte mil   dólares   anuales,   eso   nos   da    unos   mil ochocientos   dólares   por    familia,   la    canasta básica  cuyo  consumo  nos  permite  salir  de  la pobreza  (ni   siquiera  pobreza   extrema,   es   la canasta básica para salir de la pobreza) no  llega a seiscientos dólares; es decir, solamente si tuviéramos una  distribución equitativa ya podríamos    salir   de    la    pobreza.   Con     una distribución  equitativa  del   ingreso  que actualmente  tiene  el  país,  cada  familia ecuatoriana tendría tres veces más de lo que se requiere para superar  el  umbral  de pobreza. Y esto  es  verdad  a   nivel   planetario;  por    ello, insisto, el  imperativo moral  de nuestro tiempo, es erradicar la  pobreza, que ya  no  es fruto de ausencia  de  recursos,  sino  de  sistemas perversos.
También estamos  en  deuda  en  materia ambiental.  No   todos  reconocemos la   relación armónica que debe existir entre la población y la naturaleza y los  que lo reconocen, sobre todo a nivel de gobiernos, es para decir lo políticamente correcto,  de  la  retórica  a   la  práctica  hay   un abismo, como nos lo acaba de demostrar lastimosamente  Río+20. Y esto pasa -encontrar esta  relación armónica entre  población y naturaleza,   pasa-   por    redefinir   uno    de   los conceptos que sirven de título a este encuentro: el  c on c ept o  de  des a rrollo.
No   pretendo  darles  respuestas   definitivas en estas breves palabras inaugurales sobre algo  tan complejo como el  concepto  de desarrollo, pero es claro que una  definición de desarrollo basada en  el  atentado  antropológico de  la  economía ortodoxa,  aquel   de  que  las  necesidades  son ilimitadas frente a recursos limitados, lo que nos llevaba a  su vez a  la  necesidad de crecimiento económico  permanente,  esa  clase,  esa concepción de desarrollo es sencillamente insostenible.

Pero  también  es  indeseable,  como  nos demuestran las nuevas investigaciones sobre felicidad, donde quedan en muy  buenos puestos los    países   latinoamericanos   y    no    hay     una relación  continua   entre   mayor   ingreso   por habitante y  mayor grado de felicidad. Pero aquí otra alerta, en sociedades tan desiguales como las  nuestras,   y   con    significativos  niveles  de pobreza absoluta, sentirnos felices puede ser lo más   cercano   a    la    inconsciencia,   y    aunque algunos  puedan   considerar   esto   como   una virtud,   yo    prefiero   recordar   a    ese  filósofo moralista  inglés, John  Stuart  Mill cuando decía “prefiero ser un  Sócrates triste, a  un  idiota contento”.
En  consecuencia, sigo sosteniendo  que, en las circunstancias actuales de nuestra América -con sus grandes desigualdades y  niveles de pobreza absoluta-, y no  obstante todas las elaboraciones sobre alternativas al concepto ortodoxo de desarrollo, alternativas tales como el  Buen Vivir, todavía el parámetro fundamental de desarrollo, dada    nuestra     realidad,    sigue    siendo    la dis min u c ión   de   la  mis er ia ,  la  dis min u c ión de  la  pobr ez a  a bs olu t a .
Uno  de los  grandes  enigmas en la  historia del desarrollo, para  la  economía  del   desarrollo  es ¿por qué nuestra  América no  se desarrolló y  la América    del    Norte    sí    lo    hizo?    Podemos cuestionar  el  concepto  de  desarrollo, pero  es claro  que  no   existe  la   miseria que  existe  en nuestra región.
Dicen   que    Cristóbal    Colón     fue   el    primer economista (ya los  que me han  escuchado otras veces este chiste se lo  saben), pero, ¿por qué Cristóbal    Colón     fue   el    primer   economista? Porque  cuando   salió  no    sabía  a   dónde  iba, cuando llegó  no  sabía dónde estaba  y  todo fue pagado por  el gobierno.
Si un  economista hubiera venido con  Colón  y era especializado  en  desarrollo  hubiera  dicho: América Latina  se va  a  desarrollar  mucho  más rápido que  América del  Norte.  ¿Por qué?  Aquí había   civilización,  los   Mayas,  Aztecas,   Incas; ciencia  y   tecnología,  calendario  maya,  tantas otras cosas, las pirámides aztecas;  había capital social,   una     estructura   social    y    muchísimos recursos   naturales.   América  del   Norte   tiene también recursos naturales, no  tantos como América del Sur,  pero tiene; pero tenía tribus nómadas, no  había civilización, no  había ciencia y tecnología, cualquiera hubiera dicho en ese entonces:  América Latina se va  a  desarrollar al menos más rápidamente que América del  Norte; y sucedió todo lo contrario, de hecho todavía no estamos desarrollados.

Las   respuestas   son   muy     complejas   como complejo es el  problema del  desarrollo, pero sin duda una  de las respuestas,  no  la única, tal  vez sí la principal, fue la igualdad de oportunidades y la  clase de élites que tuvo  América del  Norte. Esto  lo  dice  Alexis   de  Tocqueville en  su  libro “Democracia en América”, escrito allá por  el  año 1985;  cuando visita Estados Unidos de América dice: “lo  que más me sorprendió es la  igualdad de  oportunidades”;  por   supuesto  pues, Tocqueville venía  de  la  Francia,  con   una   gran herencia monárquica, donde las diferencias eran abismales;  pero  no   estaba  equivocado, había igualdad de oportunidades, aquí  nunca las hubo, hubo sometimiento, condicionamiento, diferenciación.
Nuestras  élites utilizaron los  frutos del  progreso no  para distribuir y  mejorar el  nivel  de vida  de los  demás, sino para excluirse, para discriminar, para hacer sus barrios de lujo,  sus colegios de lujo,  sus clubes de lujo  y  seguir en su burbuja haciendo exclusión del resto.
Estados Unidos también tuvo élites excluyentes, y   muchas veces  esto  no   es  por    ser  malos. Cuidado,   no    se   tratan   de  malas  o    buenas personas, se trata ya  de mentalidad, de visión, por    ejemplo:  Thomas  Jefferson,   uno    de  los padres de la  independencia de Estados Unidos, el  principal  autor –porque hubo varios, pero fue el    principal-    de   uno     de   los     más   bellos documentos de la  historia de la  humanidad,  la Declaración de  Independencia  de  los   Estados Unidos, que en su párrafo segundo,  habla algo como esto:  que  reconocemos estas  verdades por    ser  evidentes  en  sí   mismas,  que   todo hombre  nació  igual,    libre,  con    derecho  a   la felicidad. Eso  lo escribió Thomas Jefferson, pero Thomas Jefferson era dueño de doscientos esclavos aproximadamente. ¿Es  que Thomas Jefferson  era  un   hipócrita,  cínico, era  alguien malo?  No,   simplemente  no   concebía  que  los esclavos  fueran  seres  humanos y  que  tengan sus mismos derechos.
Eso  vemos a  diario  en las élites del  Ecuador, en las  élites   de   Latinoamérica.   Nos    hablan   de conceptos    sublimes,   pero   solo   para   ellos. Libertad,   pero   solo   para   ellos;  libertad   de expresión solo para los  dueños del periódico, no para el  resto de ciudadanos; oportunidad para el Buen Vivir  solo para  ellos; educación  solo para ellos; salud solo para  ellos; el  resto que se las arregle como pueda…
Insisto, Estados Unidos también tuvo esas élites, pero en mucha menor proporción, esa es la gran diferencia. La  gran mayoría, la  inmensa mayoría de la población tuvo razonablemente igualdad de oportunidades, no  así  en nuestra  América, y  el problema sigue en gran medida hasta  el  día  de hoy. Por  eso sostenemos que el  desarrollo más que  un   problema  técnico,  es  un   pr oblema polít ic o.  Esto lo dije  en Río+20. ¿Por qué no  se va  a resolver el problema del cuidado ambiental? Porque los  que están depredando el medio ambiente no  somos los  pobres, son los  ricos; los que   producimos  medio  ambiente   somos   los pobres  y   los   otros  pueden  consumir gratuitamente.  Entonces, mientras no  cambie  la relación de fuerzas a  nivel  mundial, ¿por qué se van     a    preocupar   de   un     bien     que   están consumiendo gratuitamente de los  más pobres? Imagínense si la relación fuera a la inversa, como lo dije  en Río, y la selva amazónica estuviera en Europa o  Estados  Unidos, fueran ellos el  pulmón del   planeta  y   nosotros   los    contaminadores, quién puede dudar que hace rato  nos hubieran hasta  invadido, por   supuesto,  en nombre de la civilización, de  los   derechos  humanos,  del ambiente, etcétera.  Entonces, al  final  del día  es un   problema  político, de  relación de  poderes, igualmente el desarrollo, y el problema ambiental es parte del problema del desarrollo.

El des a r r ollo  es bá s ic a men t e u n  pr oblema pol ít ic o ,    se   requiere   un     cambio   en    las relaciones  de  poder  en  nuestras  sociedades, para tener  verdaderamente esa  igualdad de oportunidades a las que me he referido.
Y se hizo  exactamente lo contrario, por  ejemplo, con      el     neoliberalismo.    Cómo      destrozó   el neoliberalismo lo poco que se había avanzado en cuanto a  igualdad de oportunidades, con  la deserción  del   Estado  de  sus  deberes fundamentales, al  convertir en mercancías derechos tan básicos como educación, salud, lo cual  era un  suicidio, más aún  en sociedades tan desiguales como las nuestras. Algo se podría entender si  hubiera sociedades  igualitarias con altos niveles de ingreso y  cada quien se pague su educación, se podría entender,  bueno, que la educación sea  una   mercancía  más,  el  que  la paga   la    obtiene,   pero   en   sociedades   tan desiguales como la nuestra, con  pobreza generalizada,   privatizar   educación,   privatizar salud era un  suicidio social  anticipado y  eso fue lo  que se promulgó, lo  que se impuso y  lo  que agenciosamente por  parte de nuestras élites se aceptó  en nuestra  América durante las últimas décadas.

Y por  esto, queridas amigas y amigos, este proyecto    político   al     cual     hemos    llamado “R e vo l uci ó n   Ci ud ad ana” ,   ciudadana  porque fue   fruto   de   la    indignación   de    nuestros ciudadanos ante  tantas  traiciones, ante  tanto desgobierno,  indignados mucho  antes  que  los indignados  del   primer  mundo,   aunque básicamente  por    las   mismas   razones, rechazando un  sistema que no  priorizaba al  ser humano,  sino  a   los   poderes  fácticos,  al  gran capital, etcétera.
Por  eso este  proyecto político que busca transformar  nuestros   Estados  burgueses,  en poder de unos cuantos grupos fácticos y representando tan solo a  una  minoría de la población,  y   puedo  dar   ejemplos  infinitos  de esto,  es  impresionante. Ustedes escucharán a ciertos analistas: “este gobierno demagógico de Correa  que  con    subsidios se  mantiene  en  el poder  y  con   tan  alta  popularidad”, revisen, el noventa por   ciento de subsidios no  los  hemos creado    nosotros,    los     hemos    recibido   de gobiernos  anteriores  y  los   hemos  optimizado; pero  lo   que  no    dicen  es  que  los    mayores subsidios de la  historia no  se los  ha  dado a  los pobres,  sino a  los  ricos. El Salvataje (ese es un neologismo),  así  llamamos  al  Salvamento Bancario del  99, como lo  está haciendo España en estos momentos, le costó seis mil millones de dólares al pueblo ecuatoriano para salvar a banqueros   corruptos.   Nunca  los    pobres  han recibido ni  remotamente un  subsidio como ese. En el año  83, un  gobierno casualmente también demócrata  cristiano, agenciosamente  ¿saben  lo que hizo? Nuestros empresarios se habían endeudado  en  dólares  en  el  exterior,  adquirió esa  deuda en el  exterior,  o  sea,  nosotros  los ecuatorianos  teníamos  que  pagar  en  dólares, ellos tenían  que  pagarles  en  sucres  al  Estado con   tipo de cambio congelado y  con   tasas de interés     y      largo     plazo      extremadamente generosos. Eso  significó más de mil millones de transferencias, no  a los  pobres, a los  ricos.

Bueno,  nos   podríamos  quedar   los    tres  días hablando de  los   ejemplos  del  Estado  burgués, pero  tenemos   que  transformar  este   Estado burgués  que  se  mantiene  en  función de  esos grupos fácticos,  en función del gran capital, en Estados   verdaderamente   populares,  que realmente representen a las grandes mayorías.
Eso  es lo que busca la Revolución Ciudadana entendiendo el desarrollo como proceso político, al  menos en su inicio,  en su origen, cambiar la relación de  fuerzas  en  función de  las grandes mayorías.
Pero  no   es lo  único  y  nadie  lo  ha   dicho.  Por supuesto  que también debemos ser  altamente técnicos.   El    voluntarismo   incompetente    ha hecho tanto  daño a  nuestra  América como  la mala  fe.
Por  ello, en los  años que lleva  la Revolución Ciudadana hemos tomado nota de los  desafíos y establecido  principios de  acción gubernamental frente a los  compromisos de Cairo-94. Por  eso la bienvenida  y   la   felicitación   a   esta  clase  de eventos,  pensar población, desarrollo territorial, desarrollo en general, etcétera.
Y con   respecto a  esos compromisos adquiridos en   Cairo-94   se   ha     avanzado   en   muchos aspectos,    por       ejemplo    en     materia     de for t a lec imien t o         de         la        in for ma c ión demogr á fic a ,      que    es    uno       de    dichos compromisos, el  Ecuador  transformó, radicalmente, la lógica de producción estadística oficial.  Antes de la llegada de la Revolución Ciudadana, en los  gobiernos neoliberales -aunque ustedes  no    lo   crean-,  la   estadística  pública carecía de financiamiento, no  existía institucionalidad sobre  la  información  y,   hasta los  proyectos más básicos —como los  censos de población— eran financiados por  organismos internacionales  y   si  no   daban  la   plata  no   se hacían los  censos o  se causaba retrasos y,  por supuesto, pérdida de soberanía, puesto que las preguntas del Censo de Población se decidían en oficinas ajenas al  Estado y  muchas veces fuera del  país.  Hoy,   el  Ecuador  no   solo que  invierte recursos en estadística, sino que democratiza a esta estadística, pues permite el  libre acceso a la  información a  todos los  ciudadanos  y ciudadanas. Antes  del  2007, el  Instituto responsable    de    las    estadísticas,    el     INEC (Instituto  Nacional  de  Estadísticas  y   Censos), tenía 300 usuarios mensuales, hoy  tiene 110 mil usuarios  mensuales… Y nos hablan de que aquí no  hay  libertad de expresión, libertad de información…
Adicionalmente,    el    Ecuador    ha     creado   un Sistema Nacional  de Información cuyo objetivo, en el  largo plazo, es el  de generar información y estadística       en       base       a         re gis t r os ad m i ni strati vo s , no  en base a  investigaciones directas.

Los  países más avanzados con  un  buen registro civil  de  nacimiento, de  defunciones, no   tienen que hacer censos de población. Esperamos que el próximo censo de población sea el último en la historia del país, porque habremos llegado a  tal nivel  de finura, detalle, en nuestro registro civil que automáticamente podremos actualizar la estadística   poblacional. Esta  meta,   ambiciosa pero alcanzable, le permitirá al país  ganar oportunidad en la provisión de datos, ahorrar recursos importantes  y  contar con   indicadores fundamentales  para  la   planificación, de  forma frecuente y de mayor calidad.
Un logro, ligado a  esta política estadística, es el de  que  la  gestión  pública se  sustenta   ya   en datos reales y no  especulativos. Así,  nos hemos liberado  de  cifras  tendenciosas,   como  la   de Riesgo País  (dicho sea de paso, nos mejoraron la calificación de riesgo… Eso  va  contra mi currículum, contra  mi  prestigio…  Ya  voy   a  ver qué hago para que nos la bajen de nuevo, ya  me voy   a  imaginar), indicadores como este  Riesgo País  que pretendían  orientarnos  hacia objetivos geopolíticos y dependientes de los conocidos organismos internacionales como el Fondo Monetario y el Banco Mundial.
Este cambio, en el  caso particular del  Ecuador, nos ha  permitido saber  que la  población es de 14,5  millones y  que, durante los  últimos nueveaños, creció a  una  velocidad promedio anual  de 1.9%. Si  seguimos  con   este crecimiento poblacional, duplicaríamos nuestra  población en un lapso de 37 años.
Sin  embargo, la  población aumenta  a  una   tasa de crecimiento cada vez menor (es creciente, es positiva,  pero  con   tasas  decrecientes), como efecto del sostenido descenso de la fecundidad.
La población de Ecuador es joven, el 62% de los habitantes del  territorio  se encuentran entre los 15  y   64  años  de  edad;  lo   que  evidencia  la enorme  necesidad   de   invertir  en  educación, salud y creación de oportunidades de empleo. Al igual  que otros países de la  región, el  Ecuador experimenta  una    reducción en  sus  tasas   de fecundidad,  especialmente en la  edad más fértil de las mujeres. Existe, así mismo, el enorme reto de enfrentar (y ahí tenemos un problema) la fecundidad  adolescente,   que   de   acuerdo   al último censo, se ha  mantenido en el mismo nivel durante los  últimos 10 años y  es bastante alta para la región.
Otro  desafío  para  el  Ecuador es  aprovechar, apropiadamente, la  oportunidad que representa el   Bono   Demográfico, esto  es,  el   período  de tiempo finito en el  que la  población en edad de trabajar tiene una  dinámica demográfica  mayor, debemos generar oportunidades en base a  este bono demográfico y,  entre otras cosas, buscar empleo   de   calidad,  no    temporal   y adecuadamente remunerado.
Las decisiones que, gracias a estos avances estadísticos, tomemos hoy, respecto a  las condiciones que  generemos  para  la   población económicamente  activa,  influirán en  las oportunidades económicas de los  próximos 40 años.
Y qué bueno escuchar que nuevamente se habla de  planificación, algo   tan denostado, tan satanizado en la larga y triste noche neoliberal, y tan paradójico porque los  que más planificaban eran los  países desarrollados y las grandes corporaciones transnacionales;  pero a  nosotros nos decían: no  hay   que  planificar, que  todo  lo resuelva  el  mercado;  y  aquí   tuvimos extremos impresionantes, se desbarató toda la institucionalidad de la planificación que venía de la  época  estructuralista  y  se  la  redujo  a   una oficina adscrita a la Presidencia de la República.
Hoy  hemos recuperado esa capacidad de planificación,  tenemos   una    extraordinaria secretaría   de  planificación dirigida por   Fander Falconí, que hace  unos trabajos  realmente interesantes, y obviamente tenemos un  Plan Nacional  de  Desarrollo y  otros  ejercicios muy importantes  e  inéditos a   nivel  de  historia del Ecuador y  a  nivel  regional  en cuanto a planificación.   Y   qué   bueno   que   nos   hablen también  de  las  políticas  públicas,  porque  se decía que no  se necesitaban políticas públicas, no    se   necesitaba   acción  colectiva,  todo   lo resolvían los  agentes  buscando su propio fin  de lucro,   ¿verdad?    El    cuento    neoliberal,   más parecido  a   la   religión  que  a   la   ciencia;  pero algunos todavía creen en esas cosas.
Pero cuidado, cuidado se da  lo que se daba en la parte económica en el neoliberalismo ahora en la parte de derechos y políticas públicas sociales.
En  la  parte  económica dijeron “el Estado es un inútil”,   idealizando  el  mercado  y  con   la contradicción de que estaban  apoyados por burocracias internacionales, decían que ellos nos van  a dar  la ruta hacia el  desarrollo,  y ya  vimos el  resultado.  Ahora hay  un  embate  similar, pero en el  ámbito de políticas públicas en cuanto a derechos sociales: el Estado no  tiene que opinar, son ciertas  organizaciones de la  sociedad civil, por   eso  me preocupa un  poco ese  nombre, o sea, nosotros no  somos la sociedad civil, somos marcianos seguramente, de nada vale  ganar elecciones;  pero  gente  sin ninguna legitimidad democrática,  sin rendirle cuentas  a  nadie, ellos son  los    que  tienen   que  hacer   las  políticas públicas,   hay     tendencias   muy     fuertes   con respecto a esto.
Cuidado caemos en el grave error de satanizar la política, que  es  la   forma  racional   en  que  la sociedad toma sus decisiones y si se toma malas decisiones, esa persona puede ser sancionada en las urnas, tiene que rendir cuentas. Cuidado legitimamos cosas que no  tienen mucho que ver con  la democracia, y ese es otro de los  desafíos: lograr todo  lo  que  estamos  diciendo, pero  en democracia.
También otro logro o  más que logro, ámbito en el  que  hemos  avanzado  mucho, es  el  ámbito laboral. En concordancia con  lo establecido  en la Constitución, decretamos  la  ilega lida d   de    la te rce ri zaci ó n  d e l trab ajo . ¿Qué era esto? No sé  si   se  lo   conozca  así   en  otros  países  en América  Latina,  pero  era  básicamente  que  yo ponía   una    empresa   y    los    trabajadores    los contrataba una  tercera empresa, así eludían responsabilidad,   reparto   de   utilidades, obligaciones laborales. Aquí  se llegó  a  extremos tales  que  la  principal  cementera  del  país   con ventas   de   más   de   seiscientos   millones  de dólares por   año, en un  juicio  laboral, decía que tenía cero empleados.
Eliminamos esa   explotación  laboral   disfrazada con  nombres rimbombantes: tercerización. Fortalecimos  el  cumplimiento de  los   derechos laborales,   sobre   todo,   en   sectores    de   la población económicamente  activa que han   sido históricamente  relegados.  Una   ley   que  no   la hicimos nosotros,  pero sí  la hemos aplicado con mucha firmeza, permite a los discapacitados encontrar trabajo, porque una  empresa de más de  veinticinco trabajadores  tiene  que tener  al menos el cuatro por  ciento de trabajadores con discapacidad; pero, en otra  dimensión, también recuperamos la  dignidad del  trabajo doméstico por  esas cosas que nadie entiende: cuando llegamos al  gobierno el  salario  mínimo era 150 dólares, ahora es 292 dólares; pero el  salario de las empleadas domésticas era 80 dólares, recién ahora estamos derogando esto con  un  proyecto de  ley   urgente,  porque    una    clausula  en  el código laboral habla de que esas empleadas domésticas  solo  tienen  una    tarde   libre  cada quince  días.  Nadie   entiende  cómo  sucedieron estas     cosas,    pero    todo     eso    estamos remediando, dignificando las diferentes clases de trabajo.
Tales esfuerzos se han   concretado en mejorías de la calidad del empleo, incrementando sustancialmente  el  ingreso  real  de  los trabajadores, entre otras cosas. En diciembre de 2006, la  restricción del  consumo de la  canasta básica con   respecto al  ingreso  familiar mensual era del  34,1%; mientras que, para diciembre de 2011 fue del  14,8%, la  más baja de la  historia del país.
Esto  significa que  solo con   el  ingreso  familiar, con  los  salarios actuales, solo queda un  poquito menos  del   quince  por    ciento  de  la   canasta básica  sin cubrir. La  brecha antes  superaba el treinta por  ciento; y hubo épocas en que llegó  al sesenta por  ciento la brecha de consumo, como también se la llama.
La    seguridad   social:   antes    los    empleadores creían  que  era  obligación la   seguridad  social, recuerden  que   es   un    derecho   irrenunciable porque  es  un    bien    público.   Un   anciano  sin seguridad social, no  es un  problema solo de ese anciano, es  un  problema de la  sociedad en su conjunto; es como un  niño  que no  recibió educación, es un  problema no  solo para el  niño, es para la  sociedad en su conjunto, por  eso es un derecho irrenunciable.
Cuando en el 2011, hace más de un  año, propusimos  una    consulta  popular  para  evitar esta  elusión de la  obligación de asegurar  en la seguridad social  a  los  trabajadores, propusimos que se sancione con   penalización, es decir con cárcel -porque es un  robo, es el robo de la vejez tranquila    de    los      trabajadores-salieron    las cámaras de producción a  decir que con   eso se iba  a  acabar la  libertad también,  porque ellos le podían preguntar a su trabajador si quería que lo afilie  y  si  el  otro decía no,   no  lo  afiliaban y  le daban la plata que le descontaban para cotizar al Seguro  Social. Esos eran  los  argumentos. Recuerden que la Seguridad Social  es un  derecho irrenunciable,  al  menos  en  Ecuador, pero  creo que  es  así   en  la   mayor  parte  de  nuestra América.
Esa     Seguridad    Social     ha     incrementado   su cobertura   de   manera   muy     significativa.   El porcentaje   de   personas   ocupadas   que   se encuentran  afiliadas a la seguridad social  pública pasó del 39% en 2006 al 59% en 2011. Hemos tenido  un   incremento  de  veinte  puntos porcentuales; pero nuestra Constitución estipula la seguridad social universal, no  solo para fuerza laboral como la define la economía mercantil, porque ustedes  saben que las madres de familia que se dedican a quehaceres domésticos no  son fuerza    laboral,    no     son    población económicamente activa, son población económicamente  inactiva, pese  a   que  pueden estar   trabajando  dieciséis  horas  diarias en  el hogar,  ¿por  qué?  Porque  no   producen  bienes para el  intercambio. Esos son los  sesgos  de la economía  mercantil.  Bueno,  esas  madres también   tienen   que  estar   afiliadas,  entonces estamos  diseñando una   nue va   l e y  p ara   q ue to d o   e cuato ri ano ,   e n   f o rm a   co ntri b uti va o   n o   c on t r ibu t iv a ,   c on   pa r t ic ipa c ión   del Es t a do   o  s in  ella ,  t en ga   la  a filia c ión   a   la Segu r ida d  Soc ia l.

Y con  esto hemos destrozado los  principios de la economía    ortodoxa    y     su    entre    comillas “mercado   laboral”…  Perdónen   mi    ignorancia como economista, pero tampoco entendí nunca eso  de  mercado  laboral, es  como  que  si  los seres  humanos fueran mercancías, ¿verdad? Si las papas  bajan de  precio, las papas  no  van   a salir a protestar aquí,  al frente del  hotel. Bájenle el  salario  a   un   ser  humano y   verán  cómo  sí tienen esa protesta, entre otras cosas para que lo diferencien el  sistema laboral  de los  mercados de bienes y servicios.
Pero esto destroza los  principios de la economía ortodoxa, que nos decía que para aumentar cantidad de trabajo había que disminuir salarios reales y en general  calidad de trabajo, derechos a los  trabajadores. Hemos hecho exactamente  lo contrario, hemos mejorando sustantivamente  la calidad del  trabajo, los  salarios reales están  en su  nivel  más  alto  de  la   historia  del  país,  la afiliación  a   la   Seguridad  Social,  la   estabilidad laboral eliminando tercerización,  etcétera, y  con todo ello tenemos  las tasas  de desempleo más bajas de la historia del país  y de las más bajas de toda América Latina.
Creo que el  país   y  nuestros  empresarios están entendiendo que con  calidad de trabajo, que no es   solo   un     imperativo   moral    y    nuestras sociedades no  solo necesitan  producir camisas, necesitan producir bien  moral, y  basar  la rentabilidad  de  la  empresa  laboral  es  inmoral, creo  que  el  país   y  nuestros  empresarios han entendido  que con   trabajo  de  calidad, además de   un     imperativo   moral,   también   es    un imperativo técnico,  porque  permite  la dinamización  de   la    economía,   permite   que compren sus productos, permite mejorar la productividad de ese trabajo en beneficio de su propia empresa, porque se siente motivado, se siente bien  tratado.
Un trabajador tercerizado, sin estabilidad, dependiendo de una  tercera empresa, ¿por qué iba  a  mejorar productividad? ¿Por qué se iba  a capacitar? ¿Por qué se iba a esforzar?

De  hecho, esas  son las razones por   las que el eufemismo de la  “flexibilización laboral”,  forma elegante de llamar  a la explotación laboral, fue la reforma   del    Consenso   de   Washington   que peores resultados dio,  no  los  quiero cansar con ejemplos,   pero   hay     muchísimos,    ¿verdad?. Insisto, a  trabajadores  desmotivados ¿cómo se les va  a exigir productividad?  y ¿cómo van  estar motivados si  ni siquiera están  contratados  en la empresa para la cual  trabajan?

Y  ojalá, pronto  a  través  de  organismos como UNASUR y  la  propia CEPAL  tengamos políticas laborales regionales, y básicamente salarios mínimos regionales, para evitar la barbaridad que ocurrió  en  la   larga  y   triste  noche  neoliberal, donde  para  traer  inversión extranjera,  capital extranjero, los  países no  competían mejorando productividad, mejorando eficiencia, sino precarizando  su  fuerza  laboral,  abaratando   el costo  del   trabajo,  haciendo  caer  los   salarios reales y  de esta forma el  sudor, el  esfuerzo de nuestros trabajadores fueron a  enriquecer a  las empresas del primer mundo.

Ojalá  ese absurdo nunca más se dé en nuestra América   y   aquí    tiene  un    rol   preponderante CEPAL,    UNASUR,    entre   otros,   para   hacer políticas laborales, regionales y,  ojalá, algún día lleguemos a salarios mínimos regionales.

¿Y   cómo  superar  el   chantaje  de  explotación versus desempleo? Decían, si nos suben salarios, cierro puestos de trabajo… Porque es cierto, se puede  recuperar  el  empleo, pero,  más  allá  de cierto    nivel,   sí    se    pueden   crear   ciertos problemas   en   cuanto   a    rentabilidad   de   la empresa y  nos amenazan con   el cierre de esas empresas.
Pues, Ecuador –les compartimos  a  ustedes una experiencia que  tenemos,  bastante   novedosa, creo que única en el mundo y  bastante exitosa hasta el  momento-,  para  conciliar esa  tensión capital-trabajo,  impedir que  el  capital  se enriquezca en base a la explotación laboral, pero a   su  vez  impedir un   mal   mayor  que  sería  el desempleo, ¿qué es lo que tenemos en Ecuador y  lo  establece  nuestra  Constitución y  ya   está siendo aplicado? Un salario mínimo, que como su nombre lo  indica es  un  mínimo para  evitar  un mal  mayor, que es el desempleo, pero no  es de ninguna  manera  el   salario  justo  ni   el   salario digno. Ese lo hemos establecido en función de lo que  requiere  la  familia   para  cubrir  la  canasta básica y  está  en unos 350  dólares, el  sal ari o de   la  dign ida d  lo hemos llamado; mientras que el  salario mínimo es de 292  dólares. Pues bien, nuestros  empresarios pueden pagar el  mínimo, pero no  me pueden declarar un  dólar de utilidad

hasta  que el  último de  sus  trabajadores  haya recibido  el  salario digno, es  decir,  hasta  que cada trabajador de esa  empresa haya recibido sus 350 dólares como salario.
Esto  me  dijeron que  era  el  fin  del  mundo,  ya este sería el  segundo año  que lo aplicamos y es un  completo  éxito y  ha  empujado  hacia arriba los  salarios promedios en  nuestra  economía y, les  insisto,  hemos  logrado  conciliar la  tensión capital-trabajo, no basar la rentabilidad de la empresa en la explotación laboral, pero también evitar el  mal  mayor que sería no  tener puestos de trabajo. Perfecto, ustedes  pueden pagar el mínimo, pero  nadie  puede   declarar  utilidades hasta  que el  último de  sus  trabajadores  haya recibido el salario de la dignidad.
Nuestros   retos,   queridos  amigos  y    amigas, deben contemplar, además, dos fenómenos que son comunes en América Latina: la creciente urbanización y  las disparidades  territoriales.  En los  últimos 50 años Ecuador ha  incrementado su porcentaje de población urbana del 35% al 62%, por  debajo del promedio de América Latina, pero eso nos crea graves problemas, además de que el  gran cambio se dio  en el  boom petrolero  de los  años 70 bajo una  mala  visión  de las políticas de  modernización y   las  políticas  de industrialización sustitutiva   de  importaciones, que  necesitaba   mercados   concentrados,   es decir,  población urbana;  pero  eso  se  analogó
también a  desarrollo: desarrollo era ser urbano, ser rural  era ser atrasado, las sociedades tradicionales;   y    se   concentraron   todos   los recursos en las ciudades y se dio  un  proceso de reestructuración  social   sin  precedentes   hasta ese    momento,    largamente    obviado   en    la literatura económica.
Es   necesario  profundizar en  su  estudio,  pero millones de personas  de la  noche a  la  mañana pasaron  de  ser  campesinos a  ciudadanos  que vivían  en urbes y esto creó nuevos problemas en la sociedad, las ciudades no  estaban preparadas para  recibir tal  cantidad  de  población. Y  creó graves problemas sociales, como la inseguridad, porque  si  eres  pobre en  el  campo te  puedes comer la hierba, si eres pobre en la ciudad no  te puedes comer el  asfalto y  sales a  asaltar; esta desestructuración, sobre todo, se concentró del 70   al    82,   pero   continúa   el    proceso   de urbanización de la sociedad ecuatoriana.
Y   este   punto   merece   nuestra   atención   y tenemos   que   tratar   estos   problemas,  que algunos dicen que son inevitables, yo  no  lo creo tanto.  Con   adecuadas  políticas  públicas territoriales, al menos se puede disminuir grandemente  ese  proceso  de  urbanización de nuestra   América  y    también   hay    que   estar atentos  en correr el  riesgo de caer en el  juego de los  promedios y no  visibilizar realidades intranacionales territoriales.

Por  ejemplo, en el  caso de Ecuador existen 224 cantones  con   realidades  disímiles en  términos demográficos. Tenemos cantones que están  en zonas  altamente   vulnerables, sobre  todo  en términos  ecológicos, me refiero por   ejemplo al Coca,   en   la    Amazonía,   cuya   población   se duplicará en menos de 15  años. Pero también tenemos cantones con   tasas negativas de crecimiento,   por    la   gran   migración  que   ha existido, expulsan población.
Entonces cuidado, aquí  no  se trata de políticas nacionales, tienen  que  ser  políticas muy específicas para cada territorio; pero les insisto, yo    tengo   fe   que   con     adecuadas   políticas territoriales podemos, si no  detener aunque sea minimizar ese proceso  de urbanización que vive Ecuador, América y el  mundo entero, esto es un fenómeno planetario.
Y ante estas  asimetrías de crecimiento demográfico,  nuestro  gran  reto  es corresponsabilizar   al   ciudadano  para  que  no migre, sin planificación, a  lugares frágiles o  muy alejados  y  dispersos; de  igual   forma,  tenemos que  coordinar  entre   gobiernos  seccionales  y locales    estrategias     para    proveer, adecuadamente,  servicios básicos  en  el  marco de un ordenamiento y planificación territorial. Estamos hablando de una  auténtica Rev olu c ión en  el  or den a mien t o  t er r it or ia l .
Se  ha  estado haciendo exactamente lo contrario: los   peores  servicios en  el  sector rural,   en  las ciudades pequeñas, en las ciudades intermedias; todos concentrados. Ecuador tenía dos polos de “desarrollo” (entre  comillas desarrollo),  Quito y Guayaquil,    el     resto    prácticamente    recibía recursos marginales.
Tenemos que darle la vuelta a esto. Hemos avanzado mucho, pero todavía nos falta una revolución en  este   sentido,  la   revolución  en cuanto a ordenamiento territorial.
Continuando  con    las  disparidades  dentro   de nuestro territorio, nuestra fecundidad a  nivel nacional  en promedio es 2.4,  pero existen territorios donde la fecundidad llega  a 4. Por  eso les   insisto,    aquí     hay     que   tener   políticas orientadas políticamente y no  políticas generales a   nivel   nacional,  lo   cual    nos  puede  llevar    a grandes equivocaciones.
Estas  diferencias de  fecundidad se  muestran también  con   respecto  a   pertenencia  étnica  y zona  de  residencia  de  la   población.  Son    los grupos sociales más pobres  y  las mujeres  que residen  en  el  área  rural   las  que  registran  un mayor número de hijos  en promedio.

Queridas amigas y amigos:
Estamos conscientes de que las dinámicas poblacionales   dependen    de    variables   muy complejas  y   que  actuar  sobre  éstas   implica incidir sobre realidades económicas, sociales y culturales muy  diferentes. Para  ello, es necesario contar con   organismos e instrumentos, con capacidad  técnica,  con   credibilidad  firme. Nosotros felizmente ya  tenemos una  Secretaría Nacional  de  Planificación y  quiero  decirles  que me siento orgulloso de esta Secretaría, creo que es de lo mejor que tenemos y creo que es de lo mejor a  nivel  regional, dirigida, como  les decía, por  Fander Falconí  (él es Ph.D en Economía Ambiental) y el  Instituto  Nacional  de Estadística y Censos que también ha  mejorado muchísimo y está   produciendo estadística  de  muy    buena calidad, instituto  adscrito  a  esta  Secretaría de Planificación, con  cuya información podemos generar  políticas articuladas, oportunas, adecuadas.
Si bien   los  avances son muchos e importantes, Ecuador, al  igual  que otros países de la  región, cuyas delegaciones están  aquí   presentes, tiene todavía muchos desafíos que enfrentar.
Agradezco   la    invitación   a    este   importante evento y  en nombre de los  y  las ecuatorianas reitero nuestros compromisos fundamentales: mejorar los  registros de modo que podamos manejar con  calidad y eficiencia las políticas demográficas  actuales.   Vigilar   el   crecimiento urbano y  el  despoblamiento del  campo. Insistir en   alcanzar   equidad,   igualdad  y   eliminar   la pobreza, sobre todo la pobreza extrema.
En Latinoamérica y  el Caribe hemos compartido décadas y siglos de opresión y devastación, y si nuestros  problemas han  sido similares, justo  es que  hoy   compartamos  también  las  soluciones que  vamos  implementando  en  cada  uno    de nuestros países, para consagrar todo nuestro esfuerzo  a   la   construcción  de  un   futuro  de plenitud para nuestros pueblos.
Felicitaciones y mucha suerte en este evento.

¡Hasta la victoria siempre, compañeros!

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