Un hombre va a la peluquería, se sienta y le dice a su peluquero de siempre:
- ¿Sabés, Juan, que me voy a Roma la semana que viene?
- ¿Ah, sí? ¿Y por qué aerolínea volás?
- Por Aires del Mundo
- Uy, yo que vos no viajaba... Tienen aviones viejos, nunca salen a horario, el servicio es pésimo y las azafatas son todas unas viejas amargadas.
¿Y en qué hotel vas a parar?
¿Y en qué hotel vas a parar?
- En el Hotel Vía Véneto, un cinco estrellas...
- ¡Es una piojera! Te lo venden como cinco estrellas pero es un cinco cucarachas... ¿Y qué vas a hacer a Roma?
- Y, más que nada a ver al Papa...
- Sí, vos y cien mil personas más. Desde ahí abajo, en la Plaza, va a parecerte una mosca en el balcón...
El cliente paga y se va en silencio. Al mes regresa a la peluquería, y el peluquero le pregunta cómo le fue.
- ¡Espectacular! El avión de Aires del Mundo era flamante; como el vuelo estaba sobrevendido me pusieron en primera; la azafata era un bombón de 25 años que me dio el teléfono; al hotel acaban de remodelarlo y es el mejor de Italia, y encima me dieron una suite porque no tenían más cuartos comunes.
Demudado, el peluquero atina a acotar:
- Sí, pero al Papa lo viste de muy lejos...
- ¡No! Tomé un tour por el Vaticano, y cuando lo estaba recorriendo un guardia suizo me dijo que al Papa le gustaba conocer en persona a algunos visitantes, y un minuto después ¡estaba cara a cara charlando con el Santo Padre!
- ¿Y qué te dijo?
- ¿Quién te hizo esa mierda de corte de pelo?