Viernes, 24 de Agosto del 2012
PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE
KIRCHNER, EN EL ACTO DE HOMENAJE AL GAUCHO RIVERO, EN EL SALÓN DE LAS MUJERES
ARGENTINAS DEL BICENTENARIO, EN LA CASA DE GOBIERNO
Muchas Gracias. Muy
buenos días a todos y a todas. Señores embajadores de Bolivia, de Brasil, que
nos acompañan, si hay algún otro que no los diviso, discúlpenme, de Cuba…ahí
estamos, claro, cómo podía faltar; (Aplausos) Uruguay, ¿dónde estás Pomi?,
disculpame, embajadores, Pomi, cariñosamente así le decimos al embajador de
Uruguay, amigo de Zannini; todos los embajadores de las hermanas repúblicas
latinoamericanas; ¿no está el embajador de la República Bolivariana de
Venezuela?, ¿dónde está el machete? Ah, allá está, ya estamos. Todo está bien.
Todo está donde debe estar y todos estamos donde debemos estar.
La verdad que es un día
muy emotivo, este próximo domingo se van a cumplir exactamente 179 años de que
Antonio Florencio Rivero, “el gaucho” bajara la bandera inglesa y enarbolara el
Pabellón Nacional.
Es un día muy especial
por muchas cosas. Primero quiero recordarlo a él porque lo anonimaron, no sé si
existirá ese vocablo en la historia. ¿Cómo es anonimar? Mañana van a decir
neologismo, sí neologismo, no importa. Lo anonimaron, lo desaparecieron, tal
vez para ser más gráficos, de la historia, y además también lo difamaron.
Cuando apareció lo difamaron diciendo que era un bandolero, que se había
rebelado por monedas.
Antonio Rivero, que había
nacido en Concepción del Uruguay, llegó con el gobernador Vernet en 1827 a las
islas. Se lo ve grande en las imágenes, pero cuando llegó tenía 20 años, la
edad de los sueños, como digo yo; la de los ideales, la de las luchas; la de
los hombres y mujeres que son incomprables, porque tienen y viven con ideas.
Estuvo allí, trabajó junto a Vernet, inclusive cuando al jefe de la guarnición
militar, Pinedo, en un viaje que Vernet hizo a Buenos Aires -voy a hacer un
breve relato histórico porque es muy interesante y muy importante- se le
amotinaron. Pinedo es pariente del Pinedo que integra otra fuerza política y
que es legislador nacional, era el jefe de la guarnición militar.
En una oportunidad Vernet
viaja a Buenos Aires, creo que con su mujer, que fue una de las relatoras más
importantes, fue leída inclusive cuando yo estuve en Naciones Unidas en el
Comité de Descolonización por uno de sus descendientes una imagen de lo que era
la vida en esos tiempos en la isla. Se va Vernet, se le amotinan a Pinedo en la
isla y el Gaucho Rivero junto con otros lo ayudan a Pinedo a restablecer el orden
en la isla. Por eso no era un gaucho mal arriado ni nada, ni amante de que todo
estuviera en desorden ni nada, al contrario, lo ayudó a Pinedo a controlar el
amotinamiento, que debe haber tenido alguna razón, porque ya venían órdenes de
Vernet que se oponía a que los buques ingleses piratearan con lobos marinos –no
había ambientalistas en esa época que defendieran los lobos marinos, debe ser
Vernet el primer ambientalista que defendía los lobos marinos- y cuando retorna
Vernet estaba solucionado el conflicto. Luego vienen los ingleses el 3 de enero
del 33 a apoderarse de las islas, Pinedo se rinde pese a que el Gaucho Rivero
le pedía que no se rindiera, que no entregaran la isla, que ellos iban a
pelear, que iban a luchar. Pinedo se negó a bajar él la bandera, como le pedían
los ingleses, la bajaron los ingleses, se la entregaron y Pinedo se fue de las
islas, pero el Gaucho Rivero se quedó con los gauchos en las islas. Cualquier
similitud con las cosas que pasaron 200 años después y que siguieron pasando,
es pura coincidencia, como dicen esos epígrafes que aparecen en las películas.
Lo cierto es que Pinedo
retornó al continente y el Gaucho Rivero se quedó allí. Las condiciones de vida
empeoraron y él se rebela junto a los gauchos y a 5 indios charrúas, Pomi, que
lo acompañaban. ¿Serían tupamaros los charrúas esos? No sé, pero eran 5 indios
charrúas que lo acompañan en la rebelión, toman las islas durante 4 ó 5 meses,
bajan la bandera de los ingleses, izan el Pabellón Nacional y luego obviamente
mandan un bergantín, mandan flota, lo toman preso y lo llevan a juzgarlo a
Londres.
La historia dice que
Londres no lo juzgó, pero la verdad fue que no lo juzgó para no darles el
estado de beligerantes a los argentinos, porque haberlos juzgados hubiera sido
poner en discusión la soberanía de las islas. Los almirantes ingleses, el
almirantazgo no es moco de pavo, y no había que reconocerles el estado de
beligerancia. Luego el Gaucho Rivero muere, como no podía ser de otra manera,
en la Vuelta de Obligado.
Fue ocultado y una vez
que apareció, que emergió, se lo quiso tildar de bandolero, que había peleado
por monedas, cuando en realidad se quedó en las islas 20 años, un lugar...,
nadie va a pelear por monedas a un lugar inhóspito y horrible como puede ser un
lugar que está todo el día atravesado por vientos y demás. No es horrible, es
hermoso, me refiero horrible a las condiciones de vida, como son también
nuestras condiciones de vida en Río Gallegos, en el Sur, son condiciones de
vida muy difíciles. Ahora está mejorando un poco el clima pero la verdad que no
es un lugar para hacerse rico, sino para vivir ahí porque uno quería acompañar
un ideal y demás, lo sabemos por experiencia. Tenía 20 años cuando llegó ahí.
En Londres lo liberan. Luego lo trasladan en el bergantín en el que venía Fitz
Roy, lo comandaba Fitz Roy y viajaba también Charles Darwin en una misión
científica al Sur, a la Patagonia. Me acuerdo de una discusión que tuvimos
cuando éramos legisladores provinciales con Judith Forman, la senadora nacional
de Santa Cruz que luego murió.
Ella había presentado un proyecto para que el
cerro Fitz Roy que está en la provincia de Santa Cruz, no se llamara más Fitz
Roy, se llamara El Chaltén, que era la denominación que le daban los pueblos
originarios a esa montaña porque significa la montaña que fuma. Ellos veían que
las nubes siempre rodeaban al Fitz Roy y decían que era la montaña que fuma.
Hubo una discusión de más o menos 7 horas, como nos gusta a los legisladores en
la Cámara de Diputados porque un radical se oponía a que se le cambiara el
nombre Fitz Roy, Judith insistía con que debía ser El Chaltén, finalmente saldé
la discusión porque sino todavía estaríamos ahí, no hubiera llegado a ser yo Presidenta y Judith
senadora y estaríamos discutiendo todavía allí. Y digo, veamos, si la historia
se compone de los que vinieron, en este caso, en una misión científica como fue
Fitz Roy, y lo que pasó, porque también hubo colonizadores y demás y los
pueblos originarios, llamémoslo Chaltén-Fitz Roy. (Aplausos) Fue aceptada la moción,
discusión memorable.
Y de ahí venimos con
ocultamientos de los que escribieron la historia acerca de estos seres anónimos
que dieron su vida defendiendo la soberanía nacional y que nosotros honramos y
que este próximo domingo cumplirán 179 años.
Pero también recibí en
estos días esa carta que acaba de leer nuestra colaboradora, una carta
entrañable de una persona entrañable a la que obviamente yo conocí de nombre, a
ella y a Dardo Cabo, cuando apenas tenía 15 años, año 68, a través del diario
Crónica, en el que Héctor Ricardo García estuvo muy comprometido con el tema,
fue uno de los que también participó en el evento que fue financiado por un
empresario argentino, César Cao Saravia, cuya hija hoy nos acompaña, también
nos acompaña el intendente de Lezama donde estaba la séptima bandera (Aplausos)
Al intendente de Lezama no lo conocemos tanto por la bandera, sino por los
cortes de ruta que nos hacían para independizarse de Chascomús. (Aplausos). La
historia se escribe de muchas maneras, así que está el intendente de Lezama que
orgulloso me trajo la bandera. Quiero mostrar también y agradecerle a Patricia
el regalo de los libros originales de su padre. Miren cómo se llama el libro:
César Cao Saravia, “Trabajo más consumo igual paz social”, ¿les suena? (Aplausos)
Como verán nada nuevo
bajo el sol. Me señalaba Patricia la página que era la preferida de su padre
donde hablaba de la función social de la propiedad. No pienso leerla porque
mañana titulan: hay un proyecto del gobierno para expropiar la tierra y
dedicarla a la función social; no quiero asustar a nadie, así que Patricia en
otro momento, tranquila y cuando haya tal vez un periodismo que refleje las
cosas un poco mejor y sin tanta distorsión, podamos leer las cosas
amigablemente, sin tener el temor de que lo que decimos al otro día sea puesto
en letra de molde exactamente en forma contraria a lo que la decimos. Pero esta
fórmula de trabajo más consumo igual a paz social, me parece realmente
magnífica.
Recibí la visita de María
Cristina Verrier, la compañera de Dardo Cabo; por esas raras cosas de la vida
estaba Zannini, así que lo hice pasar. ¿Por qué digo casualidades? Porque a
Dardo Cabo, como contaba la historia, la realidad, lo sacaron del pabellón de
la muerte y por una ley de fuga, había sido detenido junto a Juan Carlos Dante
Gullo que también nos acompaña, lo matan en Coronel Bransen. Estuvo sacado de
la cárcel U9 de La Plata donde también estuvo detenido en la última parte de su
detención Carlos Zannini, cuando él llegó a Dardo Cabo ya lo habían sacado y ya
lo habían asesinado. Son las cosas que estuvimos escuchándolas, no quiso venir
María Cristina, no quiso sacarse fotos, simplemente me dirigió esa carta y me
entregó esto que les voy a mostrar ahora, pero tuvimos una larga charla con una
persona increíble que contó cosas. Yo le dije, tenés que escribir tus memorias
y contar estas cosas porque no solamente fue una de las ideólogas de la
operación Cóndor, ella fue la única mujer del operativo, pero hoy nos acompañan
otros compañeros que fueron en ese operativo Cóndor junto a un periodista como
Héctor Ricardo García y otros más, y la verdad que me llegó a decir “cuento
tantas cosas con tanto dolor, con todos los que he tenido, que termino hecha
una piltrafa”. Me contó algunas cosas, yo me voy a atrever a contar una, no sé,
mañana se va a armar un lío, pero no importa, yo la tengo que contar porque si
no reviento y no pienso reventar. (Aplausos)
Ella en una parte de la
carta lo recuerda a Néstor y dice que le supo dar a la mujer….leeme de vuelta
por favor esa parte.
LOCUTORA.- “…porque no
sólo se inmoló por sus ideales, sino porque puso a la mujer en igualdad con el
hombre, hombro a hombro, nada fácil en un país machista acostumbrado a tomar
para su beneficio las capacidades de la mujer que tienen al lado”.
PRESIDENTA.- Bueno, hasta
ahí.
Ella me cuenta una
anécdota porque hablamos tanto ese mediodía, me fue a ver a las 12 del mediodía
y nos quedamos como hasta las 2 y media de la tarde charlando en Olivos.
Hablando entre tantas cosas, me contó anécdotas del regreso de Perón en Ezeiza,
en el Aeropuerto Pistarini, en Gaspar Campos, si quiere ella las cuenta, yo eso
no lo voy a contar, pero me contó una que tiene que ver con su suegro, con
Armando Cabo, porque el papá de Dardo Cabo era dirigente gremial de la CGT
junto a Espejo y estaba en el famoso acto del 22 de agosto cuando Evita habla
en el ex ministerio de Obras Públicas hoy Ministerio de Desarrollo Social,
donde está justicieramente su imagen, y él estaba muy cerca, Espejo, estaban
muchos dirigentes pero estaba también Armando Cabo y cuando Evita comienza ese
diálogo increíble, vibrante, trágico, diría yo, porque fue un diálogo trágico
entre el pueblo y ella, y cuando el pueblo le insistía que no se iba, dice que
Armando Cabo le cuenta que ella en un momento dado se da vuelta y le dice a
Perón: “qué hago”, porque se tornaba inmanejable la movilización, y Perón le
contestó: “vos sabés que un matrimonio no puede ser fórmula presidencial”.
Palabras más, palabras menos, le dijo eso. Por eso, estaba tan atenta por el
significado que tenía eso, que lo quería contar. Por ahí María Cristina se
enoja, no me importa. Yo sé que me estás escuchando, pero si te enojaste vas a
tener que desenojarte, porque era algo que creo que nos debíamos a la historia,
a las mujeres, a lo que pasó y tenemos que aceptarlo tal cual fue.
Y me trajo esto que tengo
aquí al lado que es un viejo sombrerero de su abuela, donde guardó durante años
estas banderas. Este sombrerero como ustedes verán tiene muchos años, había 6
banderas, eran 7 en total, ahora hay 6 porque la primera, la más sucia, la más
embarrada, la que más se veía que había flameado en Las Malvinas, ella me pidió
en la carta que una tiene que estar en el mausoleo de Néstor y ella misma
eligió la más sucia; me dijo: “no la vayas a lavar”. Le dije: “Cristina, las
banderas no se lavan. No, cómo la voy a lavar, dónde se ha visto lavar las
banderas, las banderas se enarbolan”. (Aplausos) Estas son las banderas y esta
es la inscripción. ¿Por qué no lees, querida, lo que cada una de las banderas
tiene en esta inscripción, por favor?
LOCUTORA.- “En cuanto a
lugar, por derecho que teniendo a la vista la causa número 2396 que tramita por
ante este Tribunal de Primera Instancia, el Territorio Nacional de la Tierra
del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur a cargo del doctor Miguel Ángel
Lima, resulta que el Pabellón Nacional al que se encuentra adherida a esta
certificación fue entregado en las Islas Malvinas, por Dardo Manuel Cabo, al
señor gobernador del territorio contraalmirante Don José María Guzmán, el día
1º de octubre de 1966, quien a su vez hizo entrega del mismo al secretario de
este Tribunal a bordo del transporte de la Armada de la República Argentina,
Bahía Buen Suceso el día 4 de octubre de 1966. En fe de verdad por mandato y a
pedido del interesado para los fines que estime corresponder, expido la
presente certificación en Ushuaia a los 29 días del mes de mayo de 1969. Firma
Agustín Justo Winter, secretario ad hoc.”
PRESIDENTA.- Cada una de
las 7 banderas tiene esta inscripción que certifica que fueron las 7 banderas
que flamearon en Malvinas. La más sucia, la que más había flameado fue la que
María Cristina me pidió que la llevara al mausoleo de Néstor; hoy está con él,
la llevé el último fin de semana que estuve. Pero también quiero que leas la
parte dispositiva, porque todo esto generó una causa judicial, querían condenar
a los argentinos que habían hecho esto. Por favor leé la parte resolutiva
importante del Juez cuando resuelve que no puede constituir delito.
LOCUTORA.- El fallo: el
artículo 23 del Código Penal, establece que la condena importa la pérdida de
los instrumentos del delito y su decomiso, pero las justamente tenderas
argentinas por el hecho de haber tremolado sobre una porción irredenta de
tierra de la patria, no son ni pueden ser consideradas instrumentos del delito,
por eso corresponde su oportuna devolución a quien ha demostrado actuar como su
propietario”.
PRESIDENTA.- O sea que
durante la, yo no diría dictadura, dictablanda, porque con lo que vino después
diría dictablanda la de Onganía, consideraba un delito que la Bandera Argentina
flameara sobre territorio argentino, sin haberse cometido un solo delito,
porque no hubo un solo tiro, no hubo nada.
La cuestión es que les
devolvieron las banderas, aquí hay 5 de las 6 banderas que tenía María
Cristina, es increíble cuando las sacamos una por una, quedó sobre el
escritorio de mi despacho en Olivos donde nos reunimos con tantos funcionarios,
tierra, como tierra arenosa, claro, fueron guardadas y nunca fueron movidas;
tal es así que encontramos entre las banderas una monedita de 5 centavos del
año 73, para colmo, que estaba toda rayadita; esa la limpié también y me la
quedé yo y la puse en el escritorio de Néstor en El Calafate.
La otra la voy a llevar a
la virgen de Iratí, como quería María Cristina y también en homenaje a los
correntinos, porque todos los argentinos pero los correntinos en especial
pelearon y murieron con gran valor, hubo un batallón entero de correntinos
pasado a degüello. Nos vamos a conectar con las autoridades de la provincia de
Corrientes para que junto a la virgen de Itatí construyan un lugar para
depositar esta Bandera que también estuvo sostenida por jóvenes argentinos que
luego fueron suplantados por otros jóvenes que no pudieron volver a Corrientes
ni a la Argentina.
El resto de las banderas,
yo quiero agradecerle al intendente de Lezama, a Patricia Cabo también la
entrega de la séptima bandera. Una ya saben que está en el mausoleo, otra va a
ir a Itatí -me hice aquí un listadito para no olvidarme- otra debe estar en el
Museo de las Malvinas que vamos a inaugurar el año que viene, otra aquí abajo
en el Museo del Bicentenario, otra va a ser para el patio Malvinas Argentinas
que está aquí en la sede del Poder Ejecutivo Nacional; creemos que otra tiene
que estar en el Congreso de la Nación, en el lugar donde dispongan las
autoridades del Congreso Nacional, porque allí tiene que estar esta bandera
también como testimonio de esta verdadera épica de tantos argentinos, historias
colectivas, historias individuales que finalmente terminan siendo una sola. Y
se me ocurrió que la séptima debía estar -y esto sí es un pedido mío- en la
Catedral de Luján, consagrada a la virgen de Luján que es la patrona de todos
los argentinos y que fue la patrona también cuando estuvimos el 25 de Mayo
realizando el Tedeum de los 200 años de historia argentina.
Yo creo que la historia
de estos argentinos, de Rivero, de Cabo, de María Cristina Verrier, de los
Combatientes de Malvinas, de tantos argentinos, lo notable es que hay una línea
común, la juventud, los años, estas cosas no se hacen a los 60 ó a los 70 años;
estas cosas se hacen a los 20 y no es por locuras de juventud. Que nadie les
meta en la cabeza que estas cosas se hacen por locuras de juventud. Estas cosas
se hacen en los momentos en que afloran sentimientos, pasión, amor a la patria,
a sus otros compatriotas. Así que yo quiero homenajear en el Gaucho Rivero a
todos los demás que vinieron después de él, que hicieron su hazaña de distinta
manera, cada uno con los instrumentos que tenía y como podía, pero hoy tenemos
que hacer una hazaña los 40 millones de argentinos y creo que también una
hazaña del mundo civilizado para definitivamente devolverle a los argentinos lo
que es de los argentinos y que son nuestras Islas Malvinas.
También cómo se va
tergiversando la historia, y para salir de tanta emotividad, porque realmente
es muy fuerte, es muy fuerte lo que viví yo cuando estuve con ella y me entregó
todo esto, es muy fuerte el recuerdo de la historia. Yo les estaba contando que
conocí a María Cristina y a Dardo Cabo de mentas cuando tenía apenas 15 años;
se imaginan que no imaginaba ni en sueños estar aquí siendo Presidenta. Mirá
como se van entretejiendo las cosas. Yo seguí esas cosas con mucha pasión por
los diarios, era muy pequeña pero ya me interesaba mucho la política, estas
cosas me conmovían y lo seguí. Nunca pensé que tanto tiempo después como
Presidenta iba a recibir de esa mujer las banderas que habían plantado en las
Islas Malvinas. Las vueltas que tiene la historia, cómo van deformando las
cosas.
Yo quiero decirles que
estamos viviendo todos un momento muy especial hoy aquí, porque nos une, estoy
absolutamente segura, como tantísimos argentinos, un profundo amor por la
patria, un reconocimiento a los que hicieron cosas, independientemente de las
posiciones ideológicas, políticas o partidarias que cada uno tenga, realmente
esto es patrimonio de todos los argentinos. Y la verdad que María Cristina
Verrier haya creído conveniente, después de atesorar esto durante tantas
décadas, entregármelas y pedirme que una estuviera junto a él y otra con la
virgen de Itatí, realmente me llena de emoción, de amor, porque en realidad
esto es amor, amor a la patria, amor a los ideales, amor a las convicciones.
Yo también quiero
agradecerle a Patricia que me haya regalado el trabajo de su padre, un
empresario nacional. Esto es lo que tenemos que volver a reconstruir en la
Argentina, de un modo mejor a lo que se hizo en el pasado, porque tenemos
mejores y más instrumentos y porque sobre todo, todos hemos hecho un duro
aprendizaje de las cosas que pasaron en la República Argentina.
Yo contaba del
amotinamiento que había sufrido Pinedo y en el que justamente había intervenido
el Gaucho Rivero. Qué raro, un amotinamiento, siempre todas esas cosas armadas
desde afuera para que nos peleemos los que estamos adentro y que ganen los de
afuera. Yo interpreto ese amotinamiento como muy conducido, como muy dirigido,
justamente cuando Vernet no estaba en las islas y que precisamente el Gaucho
Rivero con sus valientes pudo sostener, reencauzar y volver a poner a Pinedo al
frente de la guarnición militar. Es curioso, pero salvo el caso de San Martín
que fue un militar realmente formado como militar, si uno recorre la historia,
las grandes épicas y las grandes batallas militares fueron hechas por políticos
convertidos a militares porque el momento y la hora lo exigía, pero no porque
hubieran tenido preparación y formación militar. Esto para que nadie se crea
reserva de nada ni dueño de la historia. La historia la construyen los pueblos
y los dirigentes que son capaces de jugarse por sus ideales y por los intereses
de la patria.
Y pensaba que si ese
amotinamiento que había sufrido Pinedo, jefe de la guarnición militar, era
simultáneo con el hecho de que Vernet estaba peleando contra los ingleses por
la caza de los lobos marinos, no debía ser casualidad. Como tampoco debe ser
casualidad cuando escuchamos muchas veces cómo se defienden posturas de
intereses externos por sobre los intereses internos y sobre políticas que lleva
adelante no el Gobierno, el Estado Nacional en defensa de los intereses de los
40 millones de argentinos.
Cuando defendemos la
industria, yo no tengo ninguna industria, no soy industrial, no tengo una sola
fábrica. ¿Usted Moreno tampoco tiene fábricas, no? ¿Vos Beatriz tampoco tenés
fábricas, no? ¿No se pusieron a pensar un poquito que cuando estamos
defendiendo las fábricas, los empresarios argentinos, la producción argentina,
estamos defendiendo no lo que es nuestro sino lo que es de todos? Y los que nos critican tan duramente por
estas cuestiones, que nos dicen que no permitimos el ingreso de tal cosa o de
tal otra, ¿qué intereses están defendiendo, a quiénes están representando? Esa
es una pregunta que podríamos hacernos.
Estaba leyendo una cosa
que tiene que ver con esto de cómo nos califican de afuera y cómo reflejamos
las cosas de adentro. Estaba leyendo hoy que la presidencia del Banco Central
de la República Argentina fue calificada en un ranking. Voy a leerlo porque es
muy interesante y es importante ver cómo se manejan los intereses y cómo se va
entrelazando la historia con todo esto que hemos contado. Ayer el World Top
Center Bankers, o sea el que analiza el top de los bancos centrales que
califican A, B, C, D, según la calidad de las presidencias de los bancos
centrales, calificó al Banco Central de la República Argentina como clase D.
Argentina, Mercedes Marcó del Pont, clase D. ¿Cuáles son los criterios de
evaluación para calificar A, B, C, D, lo que sea? “Evaluamos a los banqueros
centrales por su determinación para plantarse frente a las interferencias
políticas”. Miren ustedes qué notable, evalúan a los presidentes de los bancos
centrales por las interferencias políticas. ¿Quién hace interferencias políticas?
Los poderes ejecutivos, ¿que quiénes son? Señores o señoras elegidos por el
conjunto de las sociedades, afortunadamente en elecciones populares, libres,
democráticas, sin proscripciones, o sea que uno interferiría ante el Banco
Central para perjudicar, no sé, a los argentinos. Pero además interferencias
políticas, ¿para qué? Y siguen: “Es decir frente a los gobiernos
democráticamente elegidos”, eso está entre comillas “por nosotros y por su
determinación para influir sobre sus gobiernos”. O sea, parece ser que Mercedes
no tiene suficiente fuerza para influirme a mí, a la Presidenta, “en temas
tales como el gasto”, o sea restringir el gasto, ajuste. ¿Qué habíamos dicho?
Trabajo más consumo igual a paz social. O sea, Mercedes parece ser que no tiene
la suficiente fuerza como para hacerme parar lo que ellos denominan gasto
público y nosotros denominamos inversión, y más en momentos como los que
estamos viviendo. Y fíjense la última parte. ¿Me van siguiendo? Primero, no
tiene la fuerza para plantarse conmigo por las interferencias políticas en la
política monetaria, es decir que podamos decidir sobre nuestra política
monetaria. Fíjense que uno de los
principales problemas, el principal diría yo, que hoy atraviesa la Comunidad
Europea, es precisamente la pérdida de soberanía monetaria de los países. Dicen
que lo malo es eso, lo que hace Mercedes, no interferir en las políticas
monetarias.
La otra era por su falta
de determinación para influir en temas centrales como el gasto, debería decirme
que no hay que gastar, hay que eliminar promociones fiscales, hay que eliminar
gasto social, no más asignaciones, no más aumentos salariales, porque son
expansivos de la base monetaria y el gasto público, etcétera. Pero la mejor de
todas, la madre de Dorrego decía un amigo mío, en lugar de la madre del
borrego, está en la última causa. Dice: “evaluamos a los banqueros centrales
por su determinación para plantarse frente a las interferencias políticas y por
su determinación para influir sobre sus
gobiernos en temas tales como el gasto público y”- ¿y qué, adivinen? -“la
apertura hacia las inversiones y servicios financieros”. No inversión
extranjera directa para producir bienes, servicios, no, se refieren al encaje
que nosotros tenemos para el ingreso de capitales y evitar la especulación
financiera. “Y la apertura hacia las inversiones –que no son inversiones- y
servicios financieros externos”. Esto significa en buen romance: porque no
permitimos abrir el mercado para el ingreso de capitales financieros
especulativos que vienen dos o tres meses y luego se retiran. Lo pueden ver en
Europa claramente, que al no haber fronteras y ser indistinto, pudiendo
trasladarse todo el movimiento de capitales dentro de la propia Comunidad
Europea, se van de España y pasan a los bancos franceses y alemanes, que le
vuelven a prestar al cuádruple, triple o siempre más de lo que fueron y fugaron
de España, Portugal, Grecia o los países en crisis.
En definitiva, uno puede
ver las distintas lecturas que tuvo esto hoy en los distintos medios de comunicación.
La verdad que si hubiera estado el Banco Central y Mercedes como A, hubiera
estado en problemas Mercedes, creo.
Pero para frutilla del
postre, porque mañana van a decir -me encantan los títulos del otro día- que
tratan de esconder el manejo monetario a través de una crítica. Quiero decirles
lo que decían estas mismas personas en la década de los 90 y en el 2001. En un
estudio de 1998 el Banco Mundial ubicó al sistema financiero de la Argentina
entre los más sólidos, sólo detrás de Singapur y en la misma posición de Hong
Kong, año 1998 Banco Mundial.
Es lo mismo que están
haciendo ahora, es mucho más riesgosa según ellos la deuda argentina que la
deuda española o griega. En realidad somos lo que no se debe imitar por lo
tanto deben castigarnos con el riesgo país, que en realidad no es ningún
castigo porque nos ha permitido mantenernos por afuera de los mercados
especulativos, pese a que algunos en la Bolsa no lo entiendan y sigan
insistiendo en algunas cosas. Pero voy al 2001. En ese año la Argentina encargó
al Fondo Monetario y al Banco Mundial la realización de un programa de
evaluación del sector financiero. Es donde vienen desde los organismos
multilaterales y evalúan la solidez, la salud del sistema financiero argentino,
año 2001, y repito quiénes lo hicieron: Fondo Monetario y Banco Mundial.
Basilea marca las reglas que rigen todos los bancos del mundo, todos los bancos
centrales y todos los bancos también de inversión, comerciales, etcétera. En
ese momento los resultados al cumplimiento de los principios del Comité de
Basilea indicaron que 28 de los 30 ítem evaluados se cumplían, mientras que
sólo 2 necesitaban algunas mejoras. Año 2001.
Claro, estaban preparando la salida, eso fue después. ¿Cree realmente todavía
alguien que en este país cuando repiten estas cosas lo hacen ingenuamente o
porque tienen otras cosas en la cabeza? No, saben exactamente lo que están
haciendo y adónde van, a intentar desestabilizar… Mañana dirán “denunció un
intento de desestabilización”. Para nada, estoy bien firme paradita. Intentan
fundamentalmente minar las mentes de mucha gente que por ahí lee un diario y
cree, los inversores, la clase media que se asusta muy fácilmente, y se asusta
por todas las cosas que han pasado en el país. Pero quiero leerles estas cosas
que no son de 1833 ni del gaucho Antonio Rivero, pero que tienen una similitud
impresionante con todas y cada una de las cosas que hemos visto desde 1833, lo
que pasaba en los años 60, lo que pasó en los años 70, lo que pasó en los 90,
en definitiva la historia que los argentinos debemos descubrir y que
afortunadamente miles de jóvenes, pese a los 0800 que les quieren poner, están
descubriendo todos los días.
Con una inmensa ventaja,
debo reconocerlo, con mayor inteligencia, con mejores oportunidades que las que
tuvimos nosotros, muchas mejores oportunidades que las que tuvimos nosotros y
más inteligencia, porque creíamos que por nuestra sola voluntad se podía
cambiar el mundo y no era así. Hoy son jóvenes que van a pintar escuelas, que
van a las cárceles, que van a los barrios, que van a militar con las armas de
la democracia, con plena participación, tratando de llevar ideas, convencer, no
importa cuál sea la fuerza política a la que pertenezcan. Pero la verdad que yo
me siento muy orgullosa, primero de haber sido merecedora por parte de María
Cristina Verrier de esta custodia que me entrega, no soy la propietaria. Vieron
que dijo que el dueño de todas estas
banderas es el pueblo argentino, ella me pasó la custodia. Como yo quiero
también –siempre lo digo- pasar la posta para las nuevas juventudes, para los
que van a protagonizar. Porque no hay vuelta que darle, las grandes
transformaciones, la historia, la movilizan los jóvenes, acá y en todo tiempo
de la historia, si uno mira la edad de los líderes los que pasaban los 30 años
eran pocos, así que ustedes ya tienen que estar también mirando para abajo
porque vienen por ustedes dentro de poco. (Risas)
Es la ley de la vida y
además es maravilloso que tengamos a miles de jóvenes pintando banderas, a
miles de jóvenes pintando escuelas, a chicos trabajando en el territorio con
las escuelas, yendo a ver a los chicos, me parece algo tan maravilloso, tan
increíble, en lugar de que estén en otros sitios, que merece ser resaltado. Que
a nadie se le ocurra por favor desviar un avión de Aerolíneas Argentinas a
ninguna parte, eso por favor no. (Risas y aplausos)
Lo que pasa es que eran
momentos diferentes, había una dictadura en el país, no había libertad, éramos
medio locos además, también es cierto, por qué no decirlo. Y hay una gran
contradicción, porque ustedes vieron que los medios de comunicación por ahí
sacan chicos que están bailando y los critican. Cuando van a bailar, porque van
a bailar, cuando tomaron cerveza e hicieron algún lío es porque tomaron cerveza
e hicieron algún lío; cuando militan porque militan. ¿Saben qué creo que les
molesta a algunos viejos? Los jóvenes. Y ojo que cuando digo viejos no hablo de
edad cronológica, porque hay algunos que son muy jóvenes, pero de “acá” deben
tener 3 siglos más o menos. No es una cuestión cronológica. La verdad, les
molesta que bailen, les molesta que vayan a los boliches, si no van a los
boliches adónde van a ir, van a militar, y cuando van a militar también les
molesta; no sé qué es lo que quieren. Así que por favor, basta con los jóvenes,
déjenlos tranquilos vivir y que hagan su propia experiencia histórica, que la
están haciendo en un país muy diferente al que nos tocó vivir a nosotros. Digo
en serio lo de Aerolíneas, primero porque es del Estado, también en aquel
momento era del Estado pero era un Estado autoritario y dictatorial, ahora hay
democracia, hay foros internacionales. Porque por ahí…, viste esa cosa
imitativa que hay, por favor que a nadie se le ocurra nada, está todo muy bien,
vamos bien diplomáticamente, vamos a hacer las cosas bien como las estamos
haciendo ahora, como les pedí a nuestros jóvenes atletas que cuando fueran a
Londres tuvieran una conducta ejemplar, porque lo que están esperando
precisamente es que hagamos cosas que no estén bien para poder aferrarse como
náufragos en el mar al último tablón.
Así que les pido a todos
que sigamos trabajando de la misma manera que hemos hecho y que estas historias
de los argentinos, estas historias colectivas, estas historias de vida, tengan
el lugar que deben tener en la historia. Ya lo tienen, no hay ningún lugar a
dudas que han quedado definitivamente inscriptos en la historia y aquellos que
se hayan ocupado de enterrarlos y anonimarlos, de desaparecerlos, nosotros
puntualmente uno a uno los vamos a ir sacando, mostrando, explicando. Para que
nunca más tengamos una sola información, una sola mirada, una sola visión de la
historia, tampoco invalidamos las de los otros porque ya están consagradas,
están allí, simplemente las discutimos, las debatimos y le damos a cada uno el
lugar que tuvo en la historia. Todos tuvieron un lugar en la historia y nadie
pretende negarle ese lugar a nadie, lo único que pretendemos es que también
surjan los que protagonizaron la verdadera historia de la emancipación, de las
luchas por las libertades, y que siempre fueron en su gran mayoría muy jóvenes
y también, por qué no decirlo, muy humildes los que la protagonizaron, más allá
de algunos liderazgos que hubo.
Así que quiero
agradecerle a mi querida María Cristina Verrier, si es que me está viendo, por
esta posta de custodia. Yo la voy a pasar directamente a los museos, en
definitiva las voy a dejar en custodia del pueblo argentino, porque al estar
una aquí en el patio de la Casa Rosada, otra en el Congreso de la Nación, otra
en el Museo del Bicentenario, otra en el Museo de Malvinas, en definitiva esta
custodia, Cristina, ya no la podemos tener las mujeres por más que seamos
buenas, sino que la debe tener otra mujer que se llama la Patria, que está
acompañada y va a estar siempre acompañada por la buena historia.
No los voy a dejar ir
hoy, estoy muy entusiasmada con esto. Es que me recuerda además cosas de mi
juventud, es como si de repente volviéramos a ser jóvenes todos con esto.
Quiero finalmente agregar algo que tenía pensado leer, que estaba en la séptima
bandera, en Lezama, y es una carta dirigida al papá de Patricia. “28 de
septiembre de 1970. Compañero integrante de la Operación Cóndor, don Cécar Cao
Saravia: Compañero, esta bandera flameó orgullosa 36 horas en nuestras
Malvinas, regresan invictas a la patria, porque no fueron ni siquiera rozadas
por la mano del usurpador inglés. Son el símbolo de una juventud que no resigna
su ideal de Nacionalidad” -nacionalidad está escrito con mayúscula-, sin
embargo para este momento histórico son proscriptas”.
Estamos hablando del 28
de septiembre de 1970. “No son nuestras, son de la patria, es decir de todos
los argentinos, por eso hoy las confiamos a tu honor para que las custodies
hasta que puedan flamear en los más altos mástiles de nuestra tierra. Por Dios
–Dardo Cabo era un militante católico muy importante- y por la Patria.” Y están
las firmas de Dardo Cabo y María Cristina Verrier.
Muchas gracias.