El Partido de la
Revolución Democrática (PRD) y el oficialista Partido Acción Nacional (PAN)
denunciaron al candidato Enrique Peña Nieto, ganador de las elecciones
presidenciales del 1 de julio, de presunto lavado de dinero y compra de votos.
Las acusaciones se sumaron a las sospechas de irregularidades contra el
postulante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que obligaron al
recuento oficial de sufragios.
Los presidentes del PAN y
el PRD pidieron al Instituto Federal Electoral (IFE) y a la Procuración General
de la República (PGR) que se expidan “antes de que Peña Nieto sea declarado
presidente electo”. En una conferencia de prensa, ofrecida el 12 de julio,
ambos partidos afirmaron que “existen evidencias fuertes, contundentes, de
manejo ilegal de recursos durante esta campaña”. Si bien aclararon que “la
acusación no implica necesariamente que se trate de dinero del crimen
organizado”, reafirmaron que se percibe “el manejo de fondos de procedencia
desconocida por las vías no oficiales”. Ambos partidos sospechan de una
triangulación financiera a través de empresas fantasmas al grupo Monex para la
emisión de monederos electrónicos (tarjetas prepago) para pagar a operadores
políticos del PRI.
El PRI rechazó las
acusaciones sobre el presunto “uso de fondos ilícitos” durante la campaña
electoral, aunque reconoció que utilizó tarjetas de prepago para cubrir “gastos
ordinarios” durante el proceso. Si bien negó tener relación jurídica o
comercial con Banco Monex o haber recibido “aportes ilícitos” de esa u otra
empresa, admitió que en marzo pasado contrató a la empresa “Alkino Servicios y
Calidad” para prestar servicios “consistentes en la entrega de tarjetas de
prepago con recursos disponibles para ser utilizadas por personas autorizadas
por el partido”. Agregó que “como resultado de la contratación (…) el PRI
recibió siete mil 851 tarjetas de prepago con recursos disponibles, por un
monto total de 66 millones 326 mil 300 pesos (4,9 millones de dólares)”.
Luego de la presentación
de las denuncias, el PRD anunció un plan de acción para demostrar que Peña
Nieto “compró la Presidencia”. El programa incluye asambleas informativas en
todo el país, mensajes públicos por medios de comunicación, en la vía pública y
en redes sociales; y festivales artísticos.
De acuerdo con los
resultados previsionales, Peña Nieto obtuvo 38,21% de los votos computados;
Andrés López Obrador, del PRD, 31,59%; y Josefina Vázquez Mota, del PAN, con
25,41%. El recuento oficial debe finalizar antes del 6 de septiembre para poder
concretar el período de transición hasta la asunción del nuevo mandatario,
previsto para el 1 de diciembre.