Lunes, 9 de
Julio del 2012
PALABRAS DE LA
PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN EL ACTO DE
CONMEMORACIÓN DEL 196° ANIVERSARIO DE LA
DECLARACIÓN DE LA INDEPENDENCIA, EN LA CIUDAD DE SAN MIGUEL DE TUCUMÁN
Señor Gobernador de la provincia de
Tucumán; señor Vicepresidente de la Nación; señores gobernadores de las
hermanas provincias de Jujuy, de Santiago del Estero, de la Rioja; señores
intendentes de la Capital y de las otras localidades de esta hermosa Tucumán:
yo recién, cuando escuchaba las palabras del señor Gobernador, recordaba que
hoy hace exactamente 9 años que venimos a conmemorar el 9 de Julio, nueve por
nueve, desde aquel 2003. (APLAUSOS)
Hace exactamente 9 años, quien fuera
mi compañero de vida y de militancia, venía a esta Provincia a pocos meses de
haber inaugurado su presidencia; era un mundo totalmente diferente y también un
país totalmente diferente. Éramos nosotros los que nos habíamos caído del mundo
y era ese hombre el que marcaba un camino que a muchos tal vez, pero no al
pueblo profundo, que tiene otros saberes y otra comprensión, entonces él nos
proponía un camino que no era independiente del mundo, porque sabía que había
un mundo globalizado pero necesitábamos romper las cadenas que durante décadas
se habían tejido sobre las posibilidades del pueblo argentino; esas cadenas que
eran el endeudamiento, esa deuda externa feroz que nos obstruía, que obturaba
toda posibilidad de crecimiento y desarrollo; esa dependencia de ese organismo
multilateral de crédito que nos daba clases a nosotros y al mundo.
Él le proponía y les propuso a los
argentinos un modelo que parecía a contramano del mundo y de la historia en
esos momentos; tuvo que soportar agravios, descalificaciones, burlas, porque
tal vez no tenía la enjundia académica de algunos que supieron explicarles y
engañar muy bien a los argentinos con los mecanismos de la dependencia. Venía
con la frescura, pero también con la gestión de un hombre que había militado
desde muy joven y que creía que otro país, otra nación era posible. Él creía en
la patria, siempre creyó en la patria.
Sabía también que era necesario
comenzar un proceso de fuerte industrialización que generara los millones de
puestos de trabajo que vinieran a cubrir esa miseria de un 25 por ciento de los
argentinos que, como recién decía aquí José, aquí en Tucumán, en aquel 9 de
Julio había un 25 por ciento de desocupados. Hoy hay un 4 por ciento, por abajo
de la media nacional.
Porque ese proyecto no sólo era
nacional, popular y democrático, sino además, profundamente federal, como
fueron las luchas de tantos próceres, de tantos argentinos que regaron la
tierra argentina en la lucha por libertad y la independencia.
Desde aquel 9 de Julio, la Argentina
comenzó lentamente pero inexorablemente a levantarse sobre sus ruinas, a
levantar sus banderas, a sentirse orgulloso de ser argentinos.
Recuerdo también, imposible
olvidarlo, otro 9 de Julio del 2007, aquí, no en día soleado y maravilloso como
hoy, era un día invernal, de nevisca, yo ya era candidata a presidenta, parecía
que el tiempo me anunciaba algunas cosas que me iban a pasar, parecía que el
tiempo me anunciaba algunas cosas que pasaron después, pero que también con
fortaleza, con coraje pero por sobre todas las cosas con profundas convicciones
en que la lucha no sólo es por crecer, sino por crecer con igualdad y equidad
es que tenemos que seguir trabajando. (APLAUSOS)
Ni a él ni a mí nos importa el
crecimiento económico por sí mismo; sabemos que el crecimiento tiene que venir
con la redistribución del ingreso para que haya igualdad, para que haya
equidad, para que haya justicia, esa justicia social durante la cual mucho
tiempo se llenaron la boca declamándola pero pocas veces ejerciéndola en nombre
de nuestras ideas, de nuestro partido y de nuestro movimiento.
Por eso, este 9 de Julio, que ha sido
siempre una fecha muy emblemática para nuestro movimiento. Perón siempre decía
que el 9 de Julio era la fecha de los peronistas y yo les propongo que desde
aquel Bicentenario maravilloso que vivimos, juntamos las dos partes de la
patria, la del 25 de Mayo y la del 9 de Julio, porque son la misma cosa, porque
son exactamente la lucha de ideales para tener una patria más grande. Y hoy,
este 9 de Julio nos encuentra casi con un mundo dado vuelta; una Argentina que
ha crecido en estos 9 años a un ritmo como nunca lo había hecho en sus 200 años
de historia, el crecimiento más importante, 80 por ciento de nuestro PBI hemos
crecido, desendeudamiento, más de 5 millones de puestos de trabajo, recuperamos
la administración de los recursos de los trabajadores, recuperamos nuestra
línea de bandera que vuelve a conectar a todos los argentinos, recuperamos
Yacimientos Petrolíferos Fiscales para que vuelva a ser patrimonio de los
argentinos…(APLAUSOS); millones de hombres y mujeres que había quedado a la
vera del camino, incorporados a los beneficios previsionales que nos convierten
en el país con mayor cobertura, 95 por ciento de cobertura previsional; mejor
poder adquisitivo de América latina para nuestros asalariados, el mejor salario
de toda América latina, más de 2.500 convenciones colectivas de trabajo donde
se vuelve a negociar libremente entre trabajadores y patrones con la
participación del Estado.
Por eso, hoy nos encontramos con un
mundo dado vuelta, ese mundo ideal que le refregaron por la cara durante sus 4
años y medio de gestión, que me refregaron también a mí y algunos todavía
intentan monocordemente defender, se ha derrumbado.
Recién lo decía José, una crisis
internacional sin precedentes, tal vez peor que la del 2008 o que la del 2009,
porque en realidad primero dijeron que eran la “subprime”, parece que el primer
argumento fue echarle la culpa a los pobres que habían comprado casas y como
después las casas no las podían pagar, por eso había venido la crisis mundial;
después vino la caída de Lehman Brothers, allí ya no pudieron ocultar tanto la
cosa, uno de los mayores bancos del mundo que se caía; y ahora, claramente ha
aparecido la verdad desnuda, la verdad implacable. Han timbeado durante 9 años
en las grandes centrales mundiales de poder, en los paraísos fiscales, miles de
millones que no se sabe si existen, que solamente existen en un mundo virtual.
Me ha tocado verlo a mí con Argentina
miembro del G-20, ver como otrora economías florecientes, algunos primeros
inversores en nuestro país, hoy se desploman agobiados por el peso de su deuda
externa. No nos alegra, al contrario, nos preocupa y nos ocupa, porque sabemos
que en un mundo tan interconectado no hay posibilidades de no recibir los
coletazos de semejantes desastres.
Por eso, hoy, aquí, puedo venir de frente a mirar los ojos de miles y miles de tucumanos que se han acercado a conmemorar esta fecha patria para decirles que no estábamos equivocados cuando planteábamos la necesidad de producción, de capital a favor del trabajo, de la producción de bienes y de servicios. (APLAUSOS)
Por eso estamos todos los días
imaginando políticas proactivas, contracíclicas como es el Plan Procrear que va
finalmente a hacer su primer sorteo este 20 de julio, préstamos para jubilados,
seguir incrementando el que haya negociaciones colectivas de trabajo, que haya
más inversión y por eso hemos reformado la Carta Orgánica del Banco Central,
para que los bancos que tanto dinero han ganado en estos años los destinen
también a la inversión para las grandes empresas y para las pequeñas y medianas
empresas. (APLAUSOS)
Así como nosotros, el Estado,
sostiene la demanda agregada a través del salario de los trabajadores a través
de políticas activas, necesitamos que nuestros empresarios inviertan para poder
seguir con la rueda del crecimiento, para poder seguir agregando valor cada vez
más valor a nuestros productos, porque cada valor que se agrega, son miles de
puestos de trabajo que ingresan al circuito y son miles de argentinos que
tienen la dignidad del trabajo registrado y bien remunerado, que ese es nuestro
objetivo final.
Por eso digo que tal vez, pocos hayan
sido los gobiernos en toda nuestra historia, que hayan podido desde un mismo
proyecto, ver cómo ha cambiado el mundo y cómo ha cambiado el país. Porque
siempre con la interrupción institucional durante décadas o tal vez los
fracasos económicos que desembocaban finalmente en crisis institucionales, ni
qué recordar el 2001.
En estos días, argentinos, el próximo
3 de agosto, la Argentina terminará de pagar el corralito de los dólares que se
hizo en el año 2001. (APLAUSOS) Ese corralito que, como yo digo, ningún
consultor económico de esos que hablan todos los días anunciándoles a ustedes
las cosas horribles que va a hacer este Gobierno. Vienen anunciando desde el
2003 a la fecha, cosas espantosas, sobre todo, después de la última elección.
Parece que el número de los votos los preocupó un poco y se dedicaron entonces
a lanzar rumores de que íbamos a hacer tal cosa o tal otra. No solamente ellos mienten,
hay unos cuantitos otros que aparecen en los medios de comunicación que también
lo hacen. (APLAUSOS)
Pero ya es hora de que cejen en esos
intentos, porque ya nos hemos dado cuenta todos o casi todos los argentinos.
¿Cómo puede ser que no hayan podido prever, con tanta inteligencia y tanta
información, lo que iban a hacer en el 2001 cuando los bancos cerraron las
puertas y no le devolvían la plata a la gente por indicación del Gobierno? ¿A
quién le contaron? ¿Algún argentino escuchó por radio, por televisión,
escucharon o leyeron en algún diario, local o nacional, que el Gobierno iba a
tomar esa medida? Contéstenme, ¿escuchó alguien?
- “No”, contesta el público presente.
¿Escuchó alguien?
- “No”, contesta el público presente.
Y sin embargo la tomaron y dejaron a
la Argentina y a miles de argentinos colgados del pincel, argentinos a los que
ahora nosotros este 3 de agosto les vamos a devolver en dólares lo que se
quedaron de otros gobiernos.
Por eso es hora de que aquellos
argentinos que todavía no se dieron cuenta, les pidan a estos que los engañaron
que rindan cuenta de una buena vez por todas. (APLAUSOS)
También sabemos y él lo sabía también
y yo lo sé también como lo sabemos todos los argentinos de la necesidad
imperiosa de la unidad nacional. Si uno recorre estos 200 años de historia, si
uno conmemora y recuerda lo que pasó en Tucumán cuando prácticamente San Martín
tuvo que obligar a que declararan la independencia porque tenían dudas, sabemos
que la unidad nacional es presupuesto básico para seguir creciendo, más allá de
las diferencias. Unidad nacional no quiere decir que todos pensemos u opinemos
los mismo; unidad nacional quiere decir ponerse de acuerdo sobre las banderas
fundamentales para que nuestro pueblo siga logrando crecer y nuestra patria
siga siendo eso, una patria. (APLAUSOS)
Unidad nacional a la que convoco a
los 40 millones de argentinos, porque necesitamos también de otra unidad
superior que es la unidad regional, la unidad de la América del Sur, de este
MERCOSUR ampliado, de esta UNASUR. (APLAUSOS)
Miren las cosas que hemos podido
resolver y por eso hoy nuestra región y en ella la Argentina, tienen un
protagonismo inédito. Lo podemos ver y razonar a partir de nuestros recursos,
de nuestras potencialidades, de nuestra producción.
Por eso, este 9 de Julio debe servir
para que cada argentino, piense cómo piense, provenga de dónde provenga, sepa
que no se puede dejar engañar nunca más. Ni tampoco ver en otro hermano que
está en otro partido o que piensa diferente o que viene de un lado diferente,
un enemigo, al contrario.
Si la mayoría de los argentinos, la
absoluta e inmensa mayoría de los argentinos tiene las mismas necesidades. ¿O
se creen que les va a ir mejor a algunos si les va mal a las grandes mayorías?
Cuando le ha ido bien solamente a unos poquitos, siempre les ha ido bien,
independientemente de cómo le vaya a las grandes mayorías.
Pero nuestros trabajadores, nuestra
clase media, nuestros estudiantes, nuestros docentes, nuestros científicos,
nuestros empresarios, comerciantes, saben que solamente podremos seguir
creciendo en la medida que el país siga teniendo una política que proteja a
nuestras empresas a nuestro trabajo, a nuestros trabajadores.
Saben también que hemos logrado
reducir la deuda de esa Europa que, por ejemplo, hoy llega a límites de más del
100 por ciento de su PBI, apenas un 14 por ciento del PBI vinculado con
tenedores privados o nacionales.
Perece un milagro, parece mentira
cuando él vino acá por primera vez, ese 9 de julio, debíamos más del 130 por
ciento de nuestro PBI; hoy vengo yo y estamos debiendo el 14,9 a tenedores
nacionales privados o extranjeros. El resto es intra sector público. (APLAUSOS)
¡Cómo no sentirnos orgullosos,
argentinos, de la tarea realizada! ¡Claro que falta mucho, siempre va a faltar!
Porque siempre cuando uno sube un escalón quiere subir al siguiente, es algo
que viene de la condición humana. Cuando conseguiste el trabajo, querés ver si
te podés comprar la casita y después la moto o el auto, después mandar los
pibes a la universidad, una universidad que sigue y seguirá siendo popular,
nacional, gratuita, pública como lo fue siempre desde el primer grado, como nos
ha marcado la historia. Nueve universidades se han creado durante la gestión
iniciada en el 2003 y hasta la fecha.
La distribución federal también que
permite el crecimiento armónico con una obra de infraestructura en caminos, en
rutas, en viviendas, en hospitales como nunca se había visto y que federalizó
la inversión de este Norte que ni siquiera estaba conectado eléctricamente,
donde no había casi agua corriente ni cloacas y hoy estamos trabajando y dando
industrias y electricidad para poder seguir creciendo al Norte y al Sur para
quebrar ese maleficio que arrastramos durante 200 años de una zona centro super
desarrollada a la cual emigraban miles y miles de tucumanos, santiagueños,
salteños, jujeños, riojanos a buscar una nueva oportunidad. Ahora queremos que
no se vaya ningún tucumano ni riojano ni salteño, queremos que se queden en su
tierra porque hay trabajo, porque hay oportunidad de estudio, de vivienda.
(APLAUSOS)
Por eso este 9 de Julio, nos tiene
que llevar a la gran reflexión a los argentinos. Y para conmemora los
documentos para los trans, el matrimonio igualitario, la igualdad. (APLAUSOS)
¿Saben una cosa? Cuando Néstor fue
diputado, a él no le gustaba la tarea legislativa, lo aburría enormemente, era
un hombre que no podía estar quieto y creo que fue a la Cámara cuando le tocó
jurar como diputado, a un mensaje mío, porque tampoco fue a todos los mensajes,
y la única ley que votó fue la del Matrimonio Igualitario. (APLAUSOS)
Una sociedad que ha recuperado, que
ha devuelto a miles y miles de argentinos su verdadera identidad, que ha
reparado, que ha dado más igualdad, que no le ha quitado igualdades a nadie; al
contrario, ha ampliado igualdades a otros que no tenían los mismos derechos que
teníamos tantos argentinos. (APLAUSOS)
¡Qué orgullo siento como argentina
cuando veo que en naciones como la “France”, la Gran Francia de la cual
vinieron las ideas revolucionarias de mayo, recién ahora se esté tratando el
matrimonio igualitario! ¡Mi madre! ¡Quién nos ha visto y quién nos ve! Y me
siento orgullosa de esta Argentina igualitaria, reparadora, solidaria y justa.
(APLAUSOS)
Además, y para finalizar, les pido…Yo
sé que esa frase que cantan en las consignas, que en los malos momentos los
pibes van a estar, sé que es cierta porque tiene una verdad histórica. Tiene
una verdad histórica que es el compromiso de los jóvenes históricamente, desde
Bernardo Monteagudo, desde Mariano Moreno, desde Belgrano, pasando por todas
las generaciones y por toda la historia de la Humanidad. Son los jóvenes los
que empujan, son los jóvenes los baluartes y la vanguardia del cambio, porque está
en el ADN de la juventud, aquí están los secundarios y los universitarios y
también los que están en los barrios trabajando.
Yo quiero que ustedes, jóvenes
universitarios y secundarios también, como lo hacíamos nosotros, vayan a los
barrios junto a los más humildes porque allí se aprende lo que sufre el pueblo,
las cosas que necesitan, ahí uno adquiere la sensibilidad que nunca más pierde.
Porque es en la juventud, porque es en la edad en que aprendés a incorporarte a
la vida, donde se te quedan fijados los conceptos y las ideas. (APLAUSOS)
No era casualidad que Eva tuviera
apenas 20 y pico de años, aunque parezca por allí por su peinado y su rodete y
ustedes la vean como una señora; tenía la edad de ustedes cuando asumió como
primera dama de este país. ¡Cómo no iba a revolucionar este país! Mujer, joven.
(APLAUSOS)
Por eso, yo les pido, para finalizar,
que a esa Argentina le pongamos unidad, organización y solidaridad. Unidad,
porque depende de nosotros, de los 40 millones de argentinos que tiremos para
el mismo lado para seguir creciendo. Organización, porque se requiere de todos
y cada uno de nosotros, sea en la universidad, en la escuela secundaria, en el
barrio, en el sindicato, en el movimiento social, en la parroquia, se organicen
para el gran objetivo que es la solidaridad, la igualdad y la equidad. Para eso
los quiero a los argentinos unidos y organizados. No es una unidad para
cualquier cosa, es una unidad para ayudar a los demás, es una unidad para darle
al que todavía le falta el trabajo, es solidaridad y es justicia por la que
venimos luchando desde hace más de 200 años.
Gracias, Tucumán; gracias, Argentina
y feliz Día de la Patria.
(APLAUSOS)
(APLAUSOS)