UN SITIO WEB PARA RESCATAR 7 MIL IDIOMAS
EN RIESGO DE EXTINCION. http://www.endangeredlanguages.com
Lenguas que buscan sobrevivir
Una alianza de organizaciones se unió a Google para formar una base de datos con audios y videos de lenguas que pueden desaparecer. Cualquiera podrá aportar material sobre esos idiomas. En la lista figuran once lenguas originarias de Argentina.
Ya está disponible en Internet un proyecto que documentará y clasificará más de siete mil lenguas en peligro de extinción en todo el mundo. Cuenta con audios y videos y una plataforma colaborativa. Fue creado por 20 organizaciones asociadas y Google como partner tecnológico. De la Argentina, hay once idiomas originarios que figuran en la lista.
En la iniciativa confluye lo más nuevo en avances tecnológicos con otras manifestaciones, antiguas en su mayoría, creadas por las personas: las lenguas en riesgo. El sitio permitirá buscar y compartir información actualizada sobre el tema. Clara Rivera Rodríguez, directora del Proyecto Lenguas en Peligro, cuenta que “una lengua desaparece cuando desaparece el último hablante. Es muy importante tener información y registro sobre ellas. Porque cuando dejan de existir personas que las hablen desaparece también una forma de ver el mundo, de entenderlo. Y sus costumbres y modo de vida y lo que es más, desaparece su conocimiento científico, por ejemplo, su sabiduría sobre la medicina a través de plantas”.
Hay 3050 lenguas ya disponibles en el sitio http://www.endangeredlanguages.com que cuenta con registros de audio o video. El proyecto lo lleva adelante la Alianza para la Diversidad Lingüística, con 20 organizaciones socias y Google como partner tecnológico, y que nació para convertirse en “la fuente más actualizada en relación con las lenguas en vías de extinción”. En esta tarea colaboran catedráticos y profesionales que pusieron on line el material. A su vez, los usuarios pueden modificar la información y enviar datos, audios o videos sobre un idioma. Los especialistas lo reciben y lo hacen disponible.
En ese sentido, Rivera Rodríguez agrega que “a través del sitio puede conocerse el nivel de vitalidad de cada idioma, identificar su riesgo, así como su localización geográfica. De los 3050 idiomas que figuran, el 10 por ciento ya tiene alguna muestra en audio o manuscritos o algún video”. En relación con la Argentina, hay once lenguas: teushen, quechua, ñandeva, mocoví, vilela, tehuelche, ona, pilagá, wichí, chorote, nivaclé. Algunos de ellos, casi extintos: según datos del sitio, del tehuelche quedan tres hablantes.
El puntapié para este desarrollo fueron las conclusiones del Proyecto Catálogo de Lenguas en Peligro (Elcat, por su sigla en inglés), de la Universidad de Hawai en Manoa y del Instituto de la Lengua y las Tecnologías de la Información, de la Universidad de Eastern Michigan. Luego tomó la posta la Alianza por la Diversidad Lingüística, una coalición de organizaciones que utiliza la tecnología para proteger las lenguas en peligro. La misión de la Alianza es acelerar y fortalecer el área de documentación, apoyar a las comunidades involucradas en proteger y revitalizar estas lenguas y concientizar a la población en general.
Todas las organizaciones que trabajen con lenguas en peligro pueden solicitar ingreso a la Alianza. De la Argentina participaron los especialistas de la UBA Ana Fernández Garay y José Pedro Viegas Barros.
Si bien Google jugó un papel en el desarrollo y lanzamiento de este proyecto, el objetivo a largo plazo es que los expertos en el campo de la preservación del lenguaje tomen la iniciativa. En pocos meses, la empresa entregará las riendas del proyecto a un Concejo Cultural conformado por las organizaciones participantes.
Rivera Rodríguez, que trabajó en otros proyectos especiales de Google, como el del Museo del Prado en Google Earth, cuenta que “la tecnología juega un papel muy importante en este nuevo proyecto porque es posible comunicar a través de ella desde una punta a otra del planeta a todos los internautas. Esto supone una gran ayuda en el campo de la investigación lingüística, para poder trabajar colaborativamente. Hay comunidades que existen en más de una región, la garífuna está en Guatemala, pero también hay una en Nueva York, entonces este proyecto permite la comunicación entre ellos y la colaboración para poner los materiales online”.
Los teléfonos inteligentes son otro elemento que pueden ayudar en este proyecto, porque si bien en las regiones con idiomas en peligro de extinción la conectividad suele ser baja, estos celulares permiten grabar esas voces y posteriormente subirlas a las red. Sobre cada idioma es posible proporcionar al sitio datos como el número de hablantes, nivel de uso, lugares donde se habla, si se enseña a los niños, si su transmisión es generacional, si se utiliza en un grupo étnico o comunidad.
Fuente: Diario Página 12
Paula Carri