PALABRAS DE LA
PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ EN EL ACTO DE RECORDACIÓN DEL 60
ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DE EVA PERÓN, MERCADO CONCENTRADOR DE JOSÉ C.
PAZ.
Gracias, muchas gracias, compañeros y
compañeras; amigos; hermanos y hermanas: aquí en este lugar, en este
maravilloso lugar que inauguró él, se me agolpan…”nacional y popular, te juro
que en los malos momentos los pibes siempre vamos a estar”… gracias, no me
hagan llorar. En este lugar me vienen a la mente imborrables recuerdos y
momentos, no solamente de aquí de este lugar maravilloso, de José C. Paz, donde
siempre me han recibido como una más, y sepan que me siento una de ustedes más
que cualquier otra cosa. (APLAUSOS). Me viene a la mente también, un momento
muy importante, allá por el 25 de mayo del 2006, donde hicimos una inmensa
movilización en la Plaza de Mayo y él habló. Recuerdo que empezó ese discurso
muy emocionado, era la primera vez que hablaba en la Plaza de Mayo – creo que
nunca más volvió a hacerlo – y dijo en sus primeras palabras: “y un día
volvimos”.
Quería simbolizar en esas palabras a
toda una generación, la mía, la generación del Bicentenario, la que teníamos
18; 19; 20 años y algunos más, cuando el General Perón retornaba a la Patria. Y
lo habíamos traído, sí digo lo habíamos traído, porque fueron las grandes
movilizaciones y luchas populares de los trabajadores, de los jóvenes, del
pueblo argentino que se movilizó por el retorno de su líder. (APLAUSOS). Pero
no volvimos para hacer cualquier cosa porque como él lo había marcado, el 25 de
mayo del año 2003, no iba a dejar sus convicciones en la puerta de la Casa de
Gobierno. Tal vez muy pocos creyeron en esas afirmaciones, tal vez muy pocos
entendieron aquel 25 de mayo cuando dijo: “y un día volvimos”. Y es que
volvimos para que ella, para que Eva Perón, que había prometido volver y ser
millones cumpliera con su propia profecía de volver a una Argentina diferente.
(APLAUSOS).
Hoy, como miembro de esa generación,
que ayudó a que Perón retornara a la Patria, desde el llano y como militante
quiero decir también que 30 años más tarde de aquel 73 Presidente y Presidenta
ya no luchamos por el retorno de Perón, sino por el retorno eterno de Eva, que
volvió en los millones de puestos de trabajo, que volvió en los millones de
jubilados y pensionados que incorporamos y que año tras año a partir del 2003,
han visto mejorar su situación, sus haberes. Volvimos a través de los cientos
de miles de viviendas y soluciones habitacionales, ahí también está ella. Ella
está en los 2 millones de netbooks que hemos entregado a nuestros estudiantes
de las escuelas secundarias públicas. Ella ha vuelto en las diez universidades
nuevas, que hemos inaugurado y también – como señalaba el Intendente – del
presupuesto educativo más importante del que se tenga memoria; ella ha vuelto
en la recuperación de los fondos de los trabajadores que habían sido
privatizados, durante la época de los noventa. Y ahí sí que volvieron millones
que tenían cautivos, pero los multiplicamos porque en poco más de 2 años,
tenemos el doble o el triple de lo que habíamos recibido para que todo el
pueblo argentino: jubilados, trabajadores, empresarios que reciben créditos y
ayudas puedan sostener ese crecimiento maravilloso; ella ha vuelto – 60 años
después – para incorporar a millones de pibes a la dignidad de la Asignación
Universal por Hijo para que los padres no tengan que mendigar un guardapolvo o
un par de zapatillas o un cuaderno para llevar a sus hijos a la escuela.
(APLAUSOS). Ella ha vuelto en más de las 1.300 escuelas; ella ha vuelto en el
millonario presupuesto para las universidades y para ciencia y tecnología.
Díganme si esa maravillosa Tecnópolis
no es una moderna versión de la Ciudad de los Niños, díganmelo, acorde con los
tiempos, acordes con la evolución. (APLAUSOS).
Hoy llevamos superados más de un millón de visitantes en apenas diez
días o menos de una semana en Tecnópolis. Es el lugar donde las familias
argentinas con sus hijos van a disfrutar lo que hemos hecho los argentinos en
estos 200 años de historia; ella también ha vuelto en los miles y miles de
hombres y mujeres que han visto reconocida y recuperada su identidad con el
matrimonio igualitario. ¿Dónde creen que estaría Evita, con quién habría votado
ella? (APLAUSOS). Ella que era la
amazona de la libertad y de la igualdad por sobre todas las cosas porque había
sufrido en carne propia la desigualdad y la pobreza y los prejuicios de una
sociedad que muchas veces no entiende que alguien puede no pensar lo mismo, ser
igual o sentir lo mismo, y sin embargo es un hermano, un hermana, un compañero
o una compañera. Ella ha vuelto también en la dignidad de una Patria que ha
dejado de ser colonia porque ella predijo que vamos a dejar de ser colonia, o
la bandera flameará sobre sus ruinas.
Y déjenme decirles qué proféticas que
resultaron aquellas palabras, que muchas veces las leemos y las repetimos. Ella
dijo, en una oportunidad: “la Patria dejará de ser colonia o la bandera
flameará sobre sus ruinas”. Díganme ustedes si no recuerdan las imágenes del
2001, cuando se incendió el país, cuando bajo las políticas neoliberales y de
subordinación al Fondo Monetario Internacional y a las indicaciones de afuera
nos habían sumergido en la vergüenza de recibir, cada seis meses, la visita de
un Virrey, que venía a decirlos lo que teníamos que hacer. (APLAUSOS).
Si uno ve, si uno escucha, si uno
tiene la capacidad de escuchar con sus propios oídos; más que mirar, la de ver
con sus propios ojos las cosas que han pasado desde que ella no estuvo y lo que
hemos logrado hasta ahora, díganme si no estamos haciendo las cosas para
cumplir con ese legado y ese mandato histórico que ella le impuso a todo aquel
que se dijera peronista. (APLAUSOS).
Yo me siento realmente con la inmensa
responsabilidad de conducir los destinos de la Patria, en momentos que no son
fáciles. Pero no solamente no son fáciles por lo que pasa en el mundo, no son
fáciles tampoco para mí en lo personal estar sin él, toda una vida al lado de
alguien que fue algo más que tu marido, que era tu mejor amigo, que era tu
mejor maestro, tu mejor compañero te dificulta muchas veces las cosas. Pero yo
trato de hacer honor a lo que le prometí, allá en Calafate, muy despacito,
cuando le dije: “no te voy a hacer quedar mal, no te voy a hacer pasar
vergüenza”. (APLAUSOS). Ese fue mi compromiso
con él, porque él había dado todo, él te cuidaba.
Cuando, Mario, a veces me daba un
poco de rabia porque yo decía “no me trates como si fuera una nena”, pero él me
cuidaba permanentemente y le decía a todos los compañeros, como le decía a
Mario y a otros compañeros, que son testigos, “cuídenla”. Porque su inmenso
amor hacia mí, que fue tan grande como el que yo le tuve a él y que todo junto
es el inmenso amor que le hemos tenido a nuestro pueblo, a nuestra patria, a
nuestros compañeros desaparecidos. (APLAUSOS)
Ella también, que fue desaparecida,
ella también que durante 18 años fue desaparecida también ha vuelto en la
justicia, en la memoria, en la verdad que hemos puesto en la política de
derechos humanos como uno de los pilares y que hoy nos muestra como ejemplo al
mundo. (APLAUSOS)
Yo no quiero llorar, porque a los
grandes no se los recuerda llorando; a los grandes se los recuerda combatiendo,
trabajando y luchando por llevar adelante sus ideales. (APLAUSOS)
Esta Patria que hemos construido
entre todos los argentinos y que es para todos los argentinos, aún para los que
no están de acuerdo; porque lo maravilloso, lo distintivo, lo diferente de un
proyecto nacional, popular, democrático y de inclusión social, es que incluye y
beneficia aún a aquellos que lo critican y que lo boicotean permanentemente.
Eso tiene de diferente cuando se milita y se participa de un proyecto nacional,
popular y democrático. (APLAUSOS)
Pero déjenme decirles que si hay un
lugar donde hoy la veo a ella, donde la veo más que nada es en los cientos de
miles de jóvenes argentinos que se han incorporado a la política y que la
llevan en su corazón, que la llevan en sus banderas, que la llevan estampadas
en sus remeras, en los movimientos sociales juveniles, en las universidades, en
los sindicatos.
Mario, Mario querido, no te preocupes
por los saboteadores; siempre va a haber saboteadores de los procesos
nacionales, populares y democráticos. Lo que nunca van a poder sabotear es la
historia, porque la historia, finalmente, más temprano que tarde, termina
haciendo justicia.
Y si no, mírenla a ella, esa mujer
que hace 60 años pasaba a la inmortalidad, esa mujer que alguien pintó en las
paredes de la vieja mansión Alzaga Unzué donde ella murió, “viva el cáncer”; la
denostada, la malquerida, la vilipendiada, la injuriada hoy renace eterna en la
memoria del pueblo y de la historia. No ya de la Argentina solamente, del
mundo.
Si es el lugar que más vienen a
visitar, si es el personaje que más les interesa, cómo ha podido derrotar a los
insensatos, a los que quisieron desaparecerla, a los que la injuriaron.
Por eso tenemos que aprender a
distinguir entre los tiempos biológicos y de la cronología de los tiempos
históricos.
Yo hoy por la mañana leía muchas
crónicas, hoy se escribieron en todos los diarios cosas muy lindas de Eva,
todos, no había nadie, es imposible que hoy a 60 años…Fíjense cómo los derrotó:
a 60 años, ninguno de los que la insultaban y agraviaban pueden firmar una nota
ni pueden decir nada porque ha sido reconocida por todos.
Por eso, me gustaría que algunos
compañeros que escribieron hoy y decían de su breve vida, de su breve paso: si
uno lo mide en términos biológicos, fue breve; pero la historia no se mide por
los tiempos biológicos. La historia se mide por lo que cada uno de nosotros ha
hecho cuando le ha tocado pasar por el mundo y esa mujer no tuvo 30 años o 33,
esa mujer tuvo siglos porque fueron siglos de lucha por la libertad, por la
igualdad, por la justicia social que ella supo interpretar y dar a su pueblo.
Por eso no hay que preocuparse, hay
que ocuparse para no estar descuidados, eso sí, para no estar descuidados.
Pero no perdamos el tiempo en
aquellos que por ambiciones, por limitaciones, no importa, no me gusta
adjetivar y mucho menos en un día como hoy, no comprenden el curso de la
historia. Y que cada uno de nosotros no va a ser juzgado por los titulares del
diario de mañana, sino que va a ser juzgado definitivamente por la historia y
por la memoria del pueblo. (APLAUSOS)
Ella pudo ganarle a la historia con
la memoria del pueblo; ella es eterna y hoy venimos a homenajearla y repetirle
única. Pero debemos aprender las lecciones que nos da la historia y saber que
el camino que hemos elegido que es el de lograr que en la Argentina cada vez
haya menos pobres, significa también enfrentar intereses.
Porque en la economía, como lo digo
siempre, nada es neutro: lo que se le da a uno es porque lo pone otro. No hay
ninguna otra fórmula posible.
Sepan que mientras las
descalificaciones, las injurias o los agravios sean por este camino que hemos
elegido, que es lograr ser más libres, más independientes, desendeudando al
país como nunca nadie lo había hecho a partir de 1955, porque también,
recordemos un poco la historia para los más jóvenes, entramos en el Fondo
Monetario después del ’55, Perón nunca quiso formar parte de ese acuerdo. Por
eso les digo que es la historia, precisamente, la que nos va a juzgar.
Y yo quiero convocarlos a todos, a
convocarlos por el mensaje de unidos, organizados y solidarios, porque la
unidad del pueblo argentino, que no es una unidad vacía y sin contenido, es una
unidad con dirección, con sentido, la organización que no es contra nadie, sino
es a favor del pueblo y la defensa de sus derechos y la solidaridad que es la
base que debe unir a todos los trabajadores, que debe ser el horizonte y el
punto de llegada, porque los que ya tienen un trabajo bueno y registrado,
tienen que ayudar al otro hermano que todavía está recibiendo la Asignación
Universal por Hijo, que todavía no está registrado y tenemos que aprender a ser
solidarios, porque esa es la base sobre la que ella trabajó.
Ella siempre decía, sobre todo en la
última etapa cuando escribió su libro “Mi mensaje”: “Por allí puedo entender
–ella utilizaba mucho la palabra oligarquía- que la oligarquía no nos quieran o
nos desprecien, pero lo que más me cuesta entender es cuando alguno de
nosotros, venido de abajo, se junta frente y junto a los que siempre nos
atacaron para, precisamente, socavar la unidad de este movimiento”.
Pero bueno, tenemos que ser fuertes,
manejar nuestras palabras y también manejar nuestros silencios, que suelen ser
también muchas veces más elocuentes que las palabras.
Por eso, yo quiero decirles a todos
juntos hoy aquí, no solamente a los que integran el movimiento peronista, sino
a todos los argentinos como Presidenta de los 40 millones de argentinos, que en
ese billete en el que ayer por primera vez la imagen de una mujer, de esa mujer
en el reverso de ese billete, dice “en unión y libertad”. Y entonces, unidos y
organizados, solidariamente en unión y en libertad, sentiremos que ella ha
cumplido su legado histórico y es más eterna que nunca a 60 años de haber
pasado a la inmortalidad.
Gracias compañeros, el mejor homenaje
que le podemos hacer a Eva es militar y trabajar incansablemente por la
felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación.
Gracias José C. Paz, gracias
provincia de Buenos Aires, gracias Argentina, gracias a todos, los quiero
mucho. (APLAUSOS)
Jueves, 26 de Julio del 2012