Un hombre entra a un bar, se acoda en la barra y pide un vodka con hielo.
El barman le da la bebida, y ve con extrañeza que el cliente, después de terminar su trago, saca una pequeña foto de una mujer del bolsillo de su traje y la mira de reojo. Después de esta rara actitud, ordena un segundo vodka con hielo.
El barman entrega el vaso con el pedido, y ve cómo la situación se repite: el cliente bebe su trago, saca la foto, la mira de reojo, vuelve a guardarla y ordena un tercer vodka con hielo.
La situación se repite con un cuarto y un quinto trago, hasta que el barman no puede más con la intriga y le dice al cliente:
El barman le da la bebida, y ve con extrañeza que el cliente, después de terminar su trago, saca una pequeña foto de una mujer del bolsillo de su traje y la mira de reojo. Después de esta rara actitud, ordena un segundo vodka con hielo.
El barman entrega el vaso con el pedido, y ve cómo la situación se repite: el cliente bebe su trago, saca la foto, la mira de reojo, vuelve a guardarla y ordena un tercer vodka con hielo.
La situación se repite con un cuarto y un quinto trago, hasta que el barman no puede más con la intriga y le dice al cliente:
-Mirá, campeón: yo te traigo todos los vodka con hielo que me pidas, pero me tenés que decir por qué sacás esa foto carné de mujer de tu bolsillo cada vez que terminás un vaso...
-¿Ah, eso? Simple: es una foto de mi mujer; la miro después de cada trago, y cuando me empieza a parecer linda, sé que es hora de volver a casa...