Una llamarada llamada Eva Perón
Eva Perón fue una
llamarada. No se me ocurre otra imagen más apropiada para definir el fulgurante
y vertiginoso paso por la vida de una mujer a quien siete años le bastaron para
convertirse en leyenda, en uno de los mitos perdurables del siglo XX.
Aunque su
historia es bien conocida, interesa revisar algunos hitos fundamentales. Nacida
en Los Toldos en 1919, hasta 1944 fue Eva Duarte, una actriz de cierto éxito en
la radio, el cine y el teatro. Pero el terremoto que en enero de ese año
destruyó la ciudad de San Juan sacudió su conciencia social y la impulsó a consagrarse
con alma y vida a ayudar a los damnificados.
No podía sospechar que esa
generosa entrega a las víctimas de la catástrofe haría nacer en ella a otra
persona que la historia conocería como Eva Perón y los pobres del mundo como
Evita. Como si anticipara ese destino, ella escribió una vez: “Confieso que
tengo una ambición, una sola y gran ambición personal: quisiera que el nombre
de Evita figurase alguna vez en la historia de mi patria. Y me sentiría
debidamente, sobradamente compensada si la nota terminase de esta manera: de
aquella mujer sólo sabemos que el pueblo la llamaba, cariñosamente, Evita.” No
sólo figura en la historia de su patria, sino que su figura alcanzó proyección
internacional. Y sesenta años después de su partida, el pueblo sigue llamándola,
cariñosamente, Evita.
Por eso, el pasado 7 de
mayo en que Evita habría cumplido 92 años inauguramos un monumento en su
homenaje en su ciudad natal. No por azar la escultura se ubica en la entrada de
la ciudad de Los Toldos, frente a la estación de ferrocarril, sino porque ese
lugar emblemático vio partir a la joven Eva Duarte cuando decidió viajar a
Buenos Aires a probar suerte como artista. Esta obra es resultado de una
iniciativa del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires por instrucciones
expresas del Gobernador Daniel Scioli. Para llevarla adelante, organizamos un
Concurso Nacional de escultura, en el cual participaron como jurado, entre
otros, la totalidad de las intendentes mujeres de la Provincia pertenecientes a
distintos partidos políticos. Finalmente, el encargado de realizar el monumento
fue el escultor Carlos Benavídez.
Recordar a Eva Perón fue uno de los motivos
que impulsar la decisión de construir un monumento en su memoria, pero también
nos alentó la creencia de que tenemos la obligación de afianzar los valores de
solidaridad que ella transmitía, y que permanentemente pretende mantener vivos
el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires. Y no creemos que exista mejor
lugar para instalarlo que la ciudad que la vio nacer.
No sólo lo consideramos
congruente con la realidad histórica haber impulsado la concreción de un
monumento en esta ciudad, sino que es, además, una expresión de justicia para
con una comunidad que, indudablemente, fue creciendo con el afecto hacia una
mujer que es referencia mundial de ofrenda hacia los más vulnerables. Una mujer
que se convirtió en bandera de los humildes, acaso porque también ella, como
muchos grandes de la historia, sufrió la incomprensión de su tiempo.
Por Lic. Juan Carlos D´Amico, presidente del
Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires
Artículo publicado en mayo del
2011 -Fuente:
miradasalsur.com