jueves, agosto 09, 2012

A propósito de la unidad de negocios YPF-PdVSA: Mosconi y un modelo para Latinoamérica toda - À propos de l'unité d'affaires YPF-PdVSA: Mosconi et un modèle pour toute l'Amérique latine


 Entre 1927 y 1928, el general realizó un viaje interamericano en el que atacó a las compañías petroleras internacionales e impulsó una política petrolera coordinada para toda América Latina.

El primer director de YPF, el general Enrique Mosconi, asumió el cargo de la petrolera estatal el 17 de octubre de 1922. Sin solicitar un solo dólar al extranjero, financiada la empresa exclusivamente con el petróleo que extraía, Mosconi desarrolló una de las más importantes industrias petroleras del continente. Su plan original era el del nacionalismo integral en materia de petróleo. Modificó esa opinión en 1925 y propuso, en consonancia con el sistema de la Anglo Persian, la sociedad mixta del Estado con las empresas extranjeras. Volvió a su proyecto inicial en 1928 al expresar que “no queda otro camino que el monopolio del Estado pero en forma integral, es decir, en todas las actividades de esta industria: la producción, la elaboración, el transporte y el comercio [...] sin monopolio del petróleo es difícil, diré más, es imposible para un organismo del Estado vencer en la lucha comercial a las organizaciones del capital privado”. Subrayaba además que para defender los yacimientos petrolíferos argentinos de las acechanzas de los consorcios extranjeros se requería “una magnífica insensibilidad a todas las solicitaciones de los intereses privados concordantes o no con los intereses colectivos, pero sobre todo hace falta un poder político capaz de contener todas las fuerzas opuestas.” Finalmente, en 1936 volvió a condescender con los partidarios del “monopolio mixto”–como mal menor debido a las dificultades que se oponían al monopolio estatal completo–. Ya desde 1930, la deficiencia en la producción de petróleo argentino era una realidad. Su causa transcurría oculta al pueblo y también a los ojos de Mosconi. La economía justista, orientada en lo determinante a la agroexportación, subordinaba la totalidad del país al plan del imperio inversor y comprador-vendedor.

YPF: 1922-1928. En 1922 sólo se encontraba en explotación el yacimiento de Comodoro Rivadavia, que producía en total aproximadamente unos 450 mil metros cúbicos anuales. YPF (cuyo capital total para octubre del mismo año rondaba los 62 millones de pesos moneda nacional) produjo 320.863 metros cúbicos y las compañías particulares 97.972. En 1923, la producción estatal fue de 381.868 metros cúbicos, duplicando la particular. En 1924, los yacimientos fiscales produjeron 506.919 metros cúbicos y 168.200 las empresas particulares. Las cifras correspondientes a 1925 fueron: producción por YPF, 589.922 metros cúbicos; particular 333.691, y al año siguiente: 680.870 metros cúbicos contra 477.674 respectivamente. A lo largo de esos años, el consumo interno también registró aumentos. El 10 de enero de 1924, como consecuencia de una solicitud del entonces coronel Mosconi, el Poder Ejecutivo dictó un decreto mediante el cual se ampliaba la reserva petrolífera fiscal al sur y creaba nuevas reservas de exploración oficial en los territorios nacionales de La Pampa, Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Por un nuevo decreto del 30 de octubre, se autorizó a YPF a realizar perforaciones de exploración y avanzada en tierras libres de pedimentos mineros de la zona de Comodoro Rivadavia. La producción conjunta de Comodoro Rivadavia y Plaza Huincul fue para el mismo año de 474.602 metros cúbicos. 

La flota petrolera de la empresa se componía de diez unidades con un total de 24.003 toneladas. Por entonces, la destilaría de Comodoro empezaba a elaborar aeronaftas de excelentes cualidades, hecho particularmente significativo para Mosconi desde que en 1922, ante la negativa de un gerente de una compañía extranjera de proveer de aerocombustible, juró trabajar por la eliminación de los factores que le imponían al país una situación de dependencia. En 1927, la producción fiscal de petróleo fue de 802.026 metros cúbicos (casi un 50% más que en 1922, de los cuales el 76,6% era estatal) y de 508 pozos productivos en el conjunto de los yacimientos. Mientras que las ventas de subproductos aumentaban, las importaciones de nafta bajaban. Un año después se aprobaba el convenio celebrado entre YPF y Ferrocarriles del Estado sobre operaciones de transporte de petróleo y derivados. YPF crecía sostenidamente; la valiosa experiencia argentina debía ser contada y reproducida.

YPF COMO MODELO LATINOAMERICANO.

Entre 1927 y 1928, Mosconi realizó un viaje interamericano en el que atacó a las compañías petroleras internacionales e impulsó una política petrolera latinoamericana coordinada. El primero en seguir el ejemplo argentino fue Uruguay. A principios de 1929 –año en el que la producción nacional de nafta cubría el 70% del consumo interno– Edmundo Castillo, ministro de Industria de Uruguay, realizó una visita oficial para inspeccionar las instalaciones de YPF y entrevistarse con su director general. Mosconi lo recibió cálidamente y subrayó las ventajas económicas de una refinería de propiedad nacional, pero también aconsejó a su huésped que organizara una corporación gubernamental para comercializar los productos de la refinería. 




Estas ideas fueron la semilla de Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (ANCAP), la corporación de energía estatal que el Congreso uruguayo creó en 1931. Dos años después, el gobierno de Montevideo autorizó a ANCAP a comenzar la construcción de la gran refinería de La Teja y la organización de un sistema nacional de bocas de expendio.
El ejemplo de YPF también influyó poderosamente en Bolivia. En 1936, luego de la Guerra del Chaco, se creó Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), una corporación de propiedad estatal organizada sobre el modelo de la ya famosa empresa estatal argentina. El primer presidente de YPFB, Dionisio Froianini, alabó “los éxitos brillantes de YPF argentinos” que son “una nota altamente honrosa no sólo para la Nación Argentina sino para América Latina toda.” Tres meses después, el presidente David Toro decretó la expropiación de la Standard Oil Company of Bolivia, alegando que había violado los términos de su concesión. La confraternidad petrolera alentaba decisiones políticas de peso contra las compañías extranjeras. Finalmente, tenemos el caso de Brasil, donde la ideología de Mosconi y del modelo de YPF brindaron una inestimable y vigorosa colaboración para la creación de la estatal brasileña de petróleo.
El 14 de julio de 1938, la Academia de Ciencias y Arte de Río de Janeiro reconoció la labor de Mosconi otorgándole su medalla de oro. Al año siguientee, el general Julio Caetano Horta Barbosa, primer presidente del Conselho Nacional de Petróleo (CNP), se entrevistó con Mosconi, quien una vez más subrayó que las refinerías estatales resultaban esenciales para permitirle al CNP fijar los precios en el mercado brasileño. En un debate en el Club Militar de Río, en 1947, Horta sostuvo que las experiencias argentina y mexicana probaban que los monopolios petroleros estatales beneficiaban a toda la economía nacional, mientras que los monopolios privados encadenaban a los países al imperialismo.
Petrobras surgiría recién en 1953, durante el segundo gobierno de Vargas. Razones de espacio impiden a esta autor explayarse sobre iguales ejemplos en Colombia, así como en el México de Lázaro de Cárdenas. Mientras Mosconi difundía la tesis de la nacionalización y monopolización del petróleo en América Latina, en la Argentina durante el segundo gobierno de Yrigoyen, la explotación exclusiva por el Estado era defendida por la gran mayoría de los legisladores yrigoyenistas, enfrentados a los “antipersonalistas” (alvearistas y socialistas) y a los conservadores.
YPF sería después fuertemente golpeada durante la década del ’30, para volver a resurgir con inusitada fuerza durante el primer y segundo gobierno de Perón.

Federico Bernal. Página 12

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