jueves, agosto 09, 2012

Elecciones en EEUU: ¿Obama lo está empeorando? - US élection: Obama est le pire?


Hubo una vez en la que millones de personas parecían creer que elegir a Barack Obama como presidente mejoraría las relaciones raciales en EE. UU. Jason Wilhite, un afroestadounidense de Carolina del Sur, era uno de ellos. "Pensaba que los estadounidenses habían progresado en cómo veían a la gente negra, pero lo entendí mal".

A casi cuatro años de haber entrado en la era de Obama, muchos estadounidenses llegan a la conclusión de que elegir a un negro como presidente hizo poco en cuanto a calmar las tensiones raciales. De hecho, algunos sospechan que la presencia de Obama en la Oficina Oval podría estar entorpeciéndolas.

Un sondeo de Newsweek da un crudo relieve a este cambio. En 2008, el 52 por ciento de los estadounidenses dijo al Centro de Investigación Pew que esperaba que las relaciones raciales mejorasen como resultado de la elección de Obama; sólo un 9 por ciento anticipó un empeoramiento. Pero hoy esa brecha de 43 puntos desapareció. Según la encuesta de Newsweek, un 32 por ciento de los estadounidenses piensa ahora que las relaciones raciales mejoraron; y un 30 por ciento que empeoraron. Tome en cuenta aquellos que dicen que nada cambió, y el resultado es asombroso: casi el 60 por ciento de los estadounidenses está convencido de que las relaciones raciales se han estancado.

Los blancos son críticos con Obama: el 51 por ciento cree que él no ayudó a salvar la división racial del país. Incluso los negros concluyen, por un margen de 20 puntos, que las relaciones raciales no mejoraron con Obama.

La pregunta ahora es por qué. No sorprende que los afroestadounidenses se sientan pesimistas después de una recesión que puso el desempleo de los negros en 16,7 por ciento. La sorpresa es que una de las señales más alentadoras del progreso racial, la elección de un presidente afroestadounidense, parece estar aumentando sus divisiones. Lo que revela el sondeo de Newsweek es que hay resentimientos que complican una controversia como la de la muerte de Trayvon Martin. Sólo es la chispa que los hace estallar. No es Obama. Es toda la población.

En el centro de la división racial hay un desacuerdo sobre la frecuencia y la severidad de la discriminación contra los afroestadounidenses. Al preguntarles, el 89 por ciento de los negros y el 80 por ciento de los blancos concuerdan en que los estereotipos raciales todavía se dan en EE. UU. Pero pregúnteles cómo afectan esos estereotipos las vidas de las personas, y negros y blancos no ven lo mismo. El 70 por ciento de los blancos piensa que los negros tienen una oportunidad igual de conseguir una vivienda; sólo un 35 por ciento de los negros dice lo mismo. El 70 por ciento de los blancos cree que las dos razas reciben un trato igual en el mercado laboral; apenas un 25 por ciento de los negros concuerda.

La mayoría de los negros sabe cómo se siente sufrir el racismo; la mayoría de los blancos, no. Según el sondeo de Newsweek, el 74 por ciento de los negros se sintió discriminado por su raza; sólo un 31 por ciento de los blancos se ha sentido alguna vez así. Mientras tanto, un 45 por ciento de los negros siente que las personas les temen a veces o todo el tiempo. 




Los negros tienen cuatro veces más probabilidades que los blancos de decir que han sido detenidos injustamente por la policía, y dos veces más probabilidades de decir que han sido atacados por su color de piel.

Que la gente de color aún tenga que pelear por lo mismo que en 1950 ó 1960 es un dilema que Obama heredó: un EE. UU. blanco y ansioso de que le convenzan de que el racismo es una cosa del pasado, y un EE. UU. negro todavía consciente de que no lo es.

Entonces, ¿cómo es que Barack Obama está separándolos todavía más? Al insistir en que todo este malentendido racial entre en el terreno político, donde es amplificado y distorsionado por las fuerzas polarizadoras del partidismo. Antes del 23 de marzo la derecha y la izquierda parecían estar de acuerdo en que la muerte de Trayvon Martin era una tragedia, y que las posturas políticas eran inadmisibles. Obama decidió intervenir, y dijo que si él tuviera un hijo "se vería como Trayvon". Según un asesor del Caucus Negro del Congreso, Obama había "planeado por días decir esas palabras, y él sabía el impacto que tendrían". Pero el enfoque de guiño de Obama no fue sutil como para impedir otro altercado. Tan pronto como sus comentarios sobre Trayvon se hicieron públicos, los conservadores dieron un giro de 180 grados. Michelle Malkin acusó al presidente de "echar leña al fuego". Rick Santorum dijo que Obama estaba "aprovechando esta cosa horrible en que las familias están sufriendo e inyectando… una retórica divisoria". Newt Gingrich preguntó si Obama estaría "bien" si a "un blanco… le hubieran disparado" porque "no se veía como él". Y cosas por el estilo.

Estas pugnas frustrantes no durarán por siempre. A la larga, el simple hecho del presidente Obama —un rostro moreno junto a todos esos retratos calcáreos en los libros de historia de EE. UU.—empezará a tener su propio efecto. Los nenes blancos verán a los niños negros de forma diferente. Los chicos negros se verán a sí mismos de forma diferente.

Y eso, esperaría uno, será más que suficiente para compensar cualquier dolor que experimenten ahora.

Newsweek
Andrew Romano y Allison Samuels

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