A un hombre, hipocondríaco, se le mete en la cabeza que contrajo la gripe A.
Por eso, va día por medio al Hospital, y exige -siempre de muy mal modo- que lo atiendan, que le hagan análisis, que lo internen...
Finalmente, una enfermera le dice:
Por eso, va día por medio al Hospital, y exige -siempre de muy mal modo- que lo atiendan, que le hagan análisis, que lo internen...
Finalmente, una enfermera le dice:
-Mire, señor: para salir de dudas, vamos a tomarle la temperatura con la última de las máquinas que se inventaron, capaz de detectar hasta una febrícula de media décima, además de dar un diagnóstico sobre el origen de la fiebre.
Pero para garantizar el resultado, la toma de temperatura debe ser rectal. Así que, por favor, dese vuelta y bájese los pantalones y los calzoncillos.
Pero para garantizar el resultado, la toma de temperatura debe ser rectal. Así que, por favor, dese vuelta y bájese los pantalones y los calzoncillos.
El hombre protesta, pero finalmente obedece. La enfermera introduce el objeto, y se va del cuarto dejando la puerta abierta.
Y así queda este enfermo imaginario, doblado sobre una camilla a la vista de todo el sanatorio.
Cada uno que pasa mira el espectáculo y no puede evitar reírse.
Hasta que entra un médico, que entre carcajadas le pregunta cómo anda.
Y el paciente responde:
Y así queda este enfermo imaginario, doblado sobre una camilla a la vista de todo el sanatorio.
Cada uno que pasa mira el espectáculo y no puede evitar reírse.
Hasta que entra un médico, que entre carcajadas le pregunta cómo anda.
Y el paciente responde:
-No sé cómo ando, pero lo que no entiendo es por qué carajo se ríen todos. ¿Acaso nunca vio a alguien a quien le toman la temperatura rectal?
-Sí, muchas veces, pero... ¡¡¡ con un clavel, nunca !!!!
