La Universidad de
California afirma que ingresos de 1% de empresarios del mundo, se duplicaron en
20 años, mientras los ingresos del 90% de la población común, se desplomaron
5%.
El periodista David
Brooks reportó para el periódico mexicano La Jornada que los “súper ricos de
Estados Unidos”, y del mundo cometieron un golpe de Estado, mediante el
estallido del sector financiero, para tomar el control político de países
estratégicos.
La “receta neoliberal”
que promueven estos personajes se caracteriza por gran desigualdad económica y
concentración de riqueza sin precedentes en manos de unos pocos, que al final
quebraron las economías del mundo. El artículo afirma que desde la gran
depresión, EE.UU. es el país con mayor desigualdad económica en el mundo.
Cuatrocientas personas
son dueñas “de más riqueza que la mitad más pobre de la población
estadounidense” compuesta por 150 millones de personas. La familia Walton,
propietaria de la cadena Wal-Mart posee una fortuna de casi 90 millardos de
dólares, más riqueza que el 40% de la población de ese país. Es decir que un 1%
controla 40% de la riqueza nacional.
La agencia estadounidense
de noticias Associated Press asegura que analistas esperan que el nivel de
pobreza en Estados Unidos alcance su punto más alto en 50 años, donde uno de
cada seis estadounidenses adultos y uno de cada cuatro niños, se sumaron al
ejército de los pobres y pronostican que los niveles de pobreza se elevarán en
los próximos tres años.
En los países en
desarrollo, los ricos insisten en que son el motor de la economía; que sus intereses
son los de la Nación; que generan empleo, inversión, y oportunidades; así como
los recursos para el desarrollo a través del pago de sus impuestos. De igual
forma los intereses de los ricos del llamado tercer mundo tienen poco que ver
con los intereses nacionales.
El informe “The Price of
Offshore Revisited” de la red de investigaciones Tax Justice Network, afirma
que los ricos no invierten sus fortunas en sus países, ni pagan los impuestos
que deben a su Nación. Por el contrario “hacen todo por ocultar sus riquezas y
evadir sus responsabilidades fiscales”.
Entre 21 y 32 billones de
dólares de “riqueza financiera” están escondidos en paraísos fiscales o en
bancos en el extranjero; ya sea en fondos legales o ilícitos, según el informe.
Los montos expuestos equivalen a más del PIB anual combinado de Estados Unidos
y Japón, supuestos países del primer mundo.
Por lo tanto esos
aproximados 32 billones no forman parte del cálculo sobre desigualdad en el
mundo, pues son cuentas secretas. Mientras 50% de la población del mundo cuenta
con 1% de la riqueza mundial para sobrevivir, según un informe de James Henry,
economista exjefe de la empresa McKinsey & Co.
Si se incluye el tesoro
que se encuentra en islas Caimán o Suiza, la desigualdad en el mundo es mucho
mayor que la calculada hasta ahora. Más de 30% de la “riqueza financiera” en el
mundo es controlada por 91 mil personas, o el 0.001% de la población mundial.
El club de los
millonarios cuenta con manos amigas en los principales bancos del mundo, tiene
el poder para hundir economías o “para anunciar que países como Grecia, España,
México y, sí, Estados Unidos, no tienen recursos para gasto social y tienen que
despedir a millones y practicar políticas de austeridad, mientras esconden el
tesoro que han extraído de sus pueblos fuera del alcance de sus países, fondos
suficientes para generar empleo y desarrollo nacional en gran parte del
planeta” señala el reportaje.
En 139 países las élites
han extraído entre 7.3 y 9.3 billones de dólares no reportados entre 1970 y
2010, mientras la deuda externa de algunos países alcanzaba los 4 billones de
dólares en 2010. Los bienes de estos países están en manos de un pequeño número
de ricos, mientras las deudas son cargadas por los ciudadanos comunes, afirma
el informe.
El impacto fiscal crece,
pues si la riqueza escondida es de por lo menos 21 billones de dólares gana en
intereses sólo un 3%, y ese monto pudiera haber sido gravado por gobiernos al
30%, lo que generaría ingresos por impuestos de 189 billones de dólares
anuales.
Por lo tanto el club de
súper ricos sostiene el poder político en los países donde los gobiernos no
evitan la corporativización de sus funciones y de los medios de comunicación
mercantilistas. Los estadounidenses del club tienen una influencia masiva en la
política. Un fallo de la Suprema Corte de un caso conocido como Citizens
United, permite a los súper ricos plena libertad para gastar fondos ilimitados
en las elecciones.
El senador independiente
Bernie Sanders explicó que “lo que la Suprema Corte hizo en Citizens United es
decir a esos multimillonarios: ‘ustedes son dueños y controlan la economía, son
dueños de Wall Street, son dueños de las empresas de carbón, son dueños de las
empresas petroleras. Ahora, por un muy pequeño porcentaje de su riqueza, les
vamos a dar la oportunidad de ser dueños del gobierno de Estados Unidos’”