jueves, julio 05, 2012

Venezuela, entre el Mercado y la Política - Venezuela, entre le marché et la politique

ARRANCÓ LA CAMPAÑA ELECTORAL 
ENTRE EL MERCADO Y LA POLITICA

Jesse Chacón Director GISXXI

Observen el detalle al fondo del Salón donde se reúne el Gabinete Venezolano. Sí, es el Salón "Néstor Kirchner".
Ha arrancado la contienda electoral en Venezuela, en el punto de partida encontramos al candidato de la oligarquía y los monopolios agroindustriales, Enrique Capriles y al candidato de la patria y la independencia Hugo Chávez.

El primero ha optado por una estrategia política asumida como mercadeo político, donde el ciudadano es reducido a la condición de consumidor. Se busca identificar sus necesidades emocionales y estéticas (sensibilidad y gusto). El objetivo es tejer estrategias de satisfacción simbólica, ganar la hegemonía de ese segmento poblacional. Lo curioso es que poco o nada importa la dimensión material de los sujetos, sus condiciones de exclusión, o cuando importa, es para construir líneas de argumentación del candidato que permitan ganar la conexión con esos electores. Les encantaría poder hacer su campaña solo en los estratos medios y de élite, pero saben que el sujeto definitivo en la contienda son los sectores populares.
En contravía, Hugo Chávez viene desarrollando una estrategia de campaña programática, la cual identifica los sujetos históricos con potencial transformador y las tareas de superación de la exclusión y la dependencia en la sociedad venezolana; el discurso de campaña es construido como la propuesta de país que el candidato y su partido político, una vez elegidos, continuarán desarrollando.
El modelaje neoliberal había vendido la idea, durante toda la década del 90, que las campañas programáticas eran cuestiones del pasado. Un libro muy de moda para ese entonces, llamado “La Sociedad Despolitizada” de Nicolás Tenzer, les daba el contexto y la justificación.

En su libro, Tenzer retrataba a las sociedades occidentales, tanto del norte como del sur, pintándoles como sociedades apáticas por la política, en las cuales el ciudadano perdía progresivamente su interés por la participación y la construcción de canales de representación. Era una ciudanía configurada desde el mercado y el consumo, no desde la preocupación por lo público; para su movilización política, era necesario recurrir a las más sofisticadas técnicas de la segmentación y el mercadeo, las cuales serían aplicadas ahora a la política.

Esta estrategia electoral, continúa siendo utilizada de manera intensiva y con grandes márgenes de utilidad política, en las sociedades hegemonizadas por el liberalismo económico; sin embargo, en las sociedades como la venezolana, donde se han configurado rupturas en el orden oligárquico imperante, logrando aperturar ciclos de revolución, esta estrategia cae en el vacío, una y otra vez.
La estrategia se torna ineficaz, porque la realidad cambió. En Venezuela, se ha revertido la condición de sociedad despolitizada para convertirse en una sociedad en abierta polémica pública, donde los ciudadanos buscan construir nuevas representaciones y canales de expresión que les garanticen realizar sus intereses materiales y sociales.
En Venezuela, en la década del 90 y durante los primeros 12 años del siglo XXI, se constituyó y se ha desarrollado de manera ascendente, una conciencia nacional popular con potencial emancipatorio, la cual ha sido capaz de soportar y profundizar las tareas de transformación histórica en el campo de la igualdad y la libertad. Esto que llamamos conciencia nacional popular, se encarnó en el sujeto popular y ha transformado radicalmente el mapa social y político de Venezuela hacia una sociedad justa e igualitaria, donde todos los actores políticos pueden concursar libremente desde las reglas básicas de la democracia.



En este contexto social y político, solo una estrategia electoral, capaz de identificar lo que está en juego para la vida de la gente y transformarlo en clave de programa y propuesta, es capaz de construir la conexión con el sujeto nacional popular.
Máxime que lo que está en juego, es el modelo de sociedad que se seguirá construyendo o que se restaurará desde la visión reaccionaria de las élites. Lo que está en juego hoy en la campaña electoral que se desarrolla, es la histórica disputa por resolver: ¿para quién es el fruto de la renta petrolera, para las mayorías o para las élites y las transnacionales?
El petróleo es, en definitiva, el eje que estructura la disputa electoral que comienza. Para el candidato Capriles, no hay otra ruta que el regreso a la mirada tecnocrática y neo-liberal privatizadora, que pretende reeditar los libretos de privatización de los recursos. Es el sueño de la oligarquía venezolana, volver al gran negocio de las migajas que le caen de la mesa de las transnacionales del petróleo.
Para el candidato Chávez, la apuesta no es otra que continuar profundizando la mirada nacional y revolucionaria del petróleo, continuar sembrándolo para transformarlo en salud, educación, vivienda, para construir el buen vivir. 

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