Un hombre camina por una playa en California y tropieza con una vieja
lámpara. La recoge, la frota, y sale un genio (por supuesto). El genio le dice:
- "Ok, ok, me liberaste de la lámpara, blah, blah, blah... Esta es
la cuarta vez en el mes que lo hacen y me estoy cansando de tantos deseos, así
que olvidate de los tres deseos, ¡vos solamente tenés uno!".
El hombre se sentó, pensó por un rato y dijo:
- "Siempre quise ir a Hawaii, pero le tengo miedo a los aviones,
nunca volé... ¿Podés construirme un puente hasta Hawaii para que pueda llegar
manejando?"
El genio se rió y dijo:
- "Eso es imposible, ¡pensá en la logística para hacerlo!... ¿Cómo
podrían las bases llegar hasta el hondo del Pacífico??? ...pensá en los costos!
¡¡¡Cuánto acero!!! No, no, tenés que pensar en otra cosa".
El hombre dijo:
- "Ok."... Y trató de pensar en otro buen deseo... Finalmente
le dijo:
- "Yo me casé y divorcié cuatro veces, mis esposas siempre se
quejaron de que a mi no me importaba nada, ¡de que era un insensible!, así que
me gustaría entender a las mujeres... saber cómo sienten... qué piensan cuando
están en silencio... saber porqué lloran... saber realmente qué les pasa cuando
ellas dicen "nada" ...en fin ...saber cómo hacerlas felices...".
Entonces el genio dijo:
- "Vos, el puente... ¿lo querés de dos o de cuatro carriles?